El corazón de Corrientes late con angustia y esperanza desde hace un año, marcado por la ausencia de Loan Danilo Peña, el pequeño de 5 años que desapareció sin dejar rastro. Lo que comenzó como una búsqueda desesperada en un paraje rural se convirtió en un clamor nacional e incluso internacional, un grito unificado que pregunta una y otra vez: ¿Dónde está Loan?
Desde el primer momento, la comunidad respondió con una solidaridad conmovedora. Las calles de 9 de Julio, Capital, Goya y otras localidades de Corrientes, e incluso de otras provincias y países se llenaron de marchas multitudinarias, encabezadas por la familia y vecinos, exigiendo la aparición con vida del niño. En varias oportunidades, «todo Corrientes marchó por Loan», reflejando un dolor compartido y una firme determinación.
Padres de otros niños desaparecidos, como Miguelito Bejarano, se unieron a estas movilizaciones, sintiendo el mismo vacío y la misma necesidad de justicia.
Las postales de estas marchas, con carteles, velas y rostros llenos de preocupación, mostraron la fibra humana de una sociedad que no se resigna a la pérdida de uno de sus hijos.
Hubo ejemplos de cargado sentido emocional, como lo hecho por los bomberos de Saladas, que le dedicaron una carta, reflejando el sentimiento de todo el país. Incluso canciones manifestaron la congoja.
La búsqueda activó mecanismos de emergencia como el Alerta Sofia, un sistema diseñado para la localización rápida de niños y adolescentes desaparecidos, buscando una difusión masiva para maximizar las posibilidades de encontrarlo.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, los días se transformaron en semanas, y las semanas en meses, y se llegó al año sin respuestas definitivas. La investigación ha sido compleja, con contradicciones y versiones cruzadas que sólo aumentan el misterio.
Hubo detenciones y abogados como Fernando Burlando que se sumaron al caso, criticando en ocasiones los tiempos de la justicia.
El tiempo pasa, pero el dolor de la familia y la comunidad no cesa. Se cumplieron un mes, dos meses, seis meses y un año sin Loan, y cada día es un recordatorio de su ausencia.
Su cumpleaños, que habría sido el número 6 el pasado 8 de mayo, se vivió con la tristeza de su silla vacía. Su mamá, María, aferrada a la esperanza, compartió su sueño recurrente: «Sueño que vuelve y me dice ‘volví, mamá».
La familia ha compartido videos conmovedores, esperando su regreso. «Un niño correntino que falta en todo el país», se ha convertido en el doloroso lema de esta espera.
El caso de Loan también puso de manifiesto una preocupación más amplia: ¿Dónde están otros niños correntinos que nunca más aparecieron?
Organizaciones como la Mesa contra la Trata en Santa Lucía reclamaron por Loan, vinculando su desaparición con la lucha global contra la trata de personas, un flagelo que lamentablemente sigue presente.
El pedido por Loan sigue vivo. La Justicia sigue su ralentizado curso, a veces con tensiones y declaraciones que generan expectativa. Pero más allá de los procesos legales, lo que persiste es el «clamor federal» por un niño que falta, un niño que inspiró canciones y unió a un país en un ruego constante: que Loan vuelva a casa.
Hoy, el misterio de su desaparición sigue irresoluto, con siete personas detenidas en un punto de la investigación. Pero por encima de todo, queda la imagen de un pueblo entero que no olvida a su pequeño Loan y que sigue gritando su nombre, con la fe intacta de volver a abrazarlo.