Por el Padre Horacio Da Silva*
Aasesor de Medios de Comunicación del Arzobispado.
Hermanos:
«Y mientras estaban allí, se les cumplió el tiempo. Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada» (Lucas 2, 6-7).
«Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de buena voluntad» (Lucas 2,14).
«Pero no olviden queridos hermanos, que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día» (2° Pedro 3, 8).
Ha comenzado un nuevo año y con él, el hombre inicia y renueva su andar por un extenso camino de trescientos sesenta y cinco largos días, depositando tal vez sus pesares, sus logros, sus aciertos sus desaciertos. Un tiempo para cumplir y concretar objetivos truncos, redoblar esfuerzos, corregir errores y lo más importante sería y tendría razón de ser, renovar «la fe en Cristo Jesús».
El Dios Todopoderoso y eterno brinda una vez más centenares de oportunidades, de posibilidades, de deciros; ya les brindó el tiempo y el espacio, ahora vosotros hagan un buen uso de él.
Dispongan de ese regalo invalorable con mesura, con respeto hacia el prójimo, utilizándolo para actos loables para consigo mismo y para con los demás. Entiendan el significado real de recibir un regalo, un regalo en valor, que no hay dinero en papel que los compre.
Si de regalos, obsequios, ofrenda o dones se refiere, es oportuno mencionar los tributos que recibió Jesús por parte de los Reyes Magos.
Los Reyes Magos de Oriente (o simplemente Reyes Magos) es el nombre por el que la tradición cristiana denomina a los «magos», denominación que recibían los sacerdotes eruditos en el Antiguo Oriente. Los nombres provienen de un texto llamado «Liber Pontifiacalis», que dice que Gaspar era conocido como el rey de India; Melchor, como el rey de Persia y Baltasar era el rey de Etiopía o Arabia. Se dice que los reyes no poseían magia o eran hechiceros, simplemente eran personas que poseían un amplio conocimiento en astronomía y ciencia; que, según el Evangelio de Mateo, tras el nacimiento de Jesús de Nazaret, acudieron desde Oriente para rendirle homenaje y entregarle regalos de gran riqueza simbólica: oro, incienso y mirra.
¿Qué significa cada regalo?
Oro: era el regalo que se le daba a los reyes. Esto significa que Jesús era catalogado como el rey de los judíos.
Incienso: la cultura judía y hebrea usaba el incienso como ofrenda a Dios. Darle el incienso a Jesús significa que ellos lo reconocían como divinidad e hijo de Dios.
Mirra: los judíos lo utilizaban para embalsamar cadáveres y perfumar a las personas, significa que los reyes reconocían al Niño como hombre y que moriría por los hombres.
«Es momento que se empiecen a entender el significado real e intrínseco de los regalos y obsequios que se recibe día a día».
«Que la lista de regalos que pidieron al Niño Jesús y que pedirán a los Reyes Magos, sea un listado de varias páginas con deseos y propósitos:
Salud, trabajo, prosperidad, amistad, la práctica de la solidaridad, cooperación, misericordia, amor, alegría, compasión, olvidar odios, rencores, envidias, practicar y hacer una actividad diaria la catequización en familia y la fe en Jesucristo Eucaristía».
Como información destacada y relacionada con esto, cabe mencionar que en la provincia de Corrientes, la celebración y recordación de los tres Reyes Magos está muy afianzada y especialmente de manera cultural, con «el rey mago San Baltasar», quien no está canonizado por la Iglesia Católica, pero forma parte de las tradiciones, costumbres, etnias y cultura regional y argentina y sudamericana.
Corrientes y gran parte de la Argentina, Paraguay y Uruguay comparten estas tradiciones y costumbres culturales e históricas que en cierta manera hacen aflorar la fe. A través del canto, la danza, el baile, la expresión artística demuestran su agradecimiento y defensa de las raíces.
Tal vez, sin justificaciones algunas, todo termina en el principio como un Alfa y Omega; por eso…
«Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes» (1° Pedro 3, 15).
«Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de Él» (1° Juan 4, 9).
Es Palabra de Dios
- Párroco de la localidad
de San Roque.
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