MERCEDES. Todo indicó durante la semana que este viernes se cumpliría la orden judicial de desalojo de los 17 puesteros, de 60 relevados, que se negaron a abandonar el lugar que ocupan irregularmente en el predio del gaucho Gil, sin embargo pese a la llegada de dos máquinas para demoler las construcciones y de varios gendarmes para hacer cumplir la resolución de la Justicia, no se concretó la medida y dijeron que este lunes volverían.
En un relato detallado, el portal informativo Tu Mercedes comentó ese día que temprano llegaron dos máquinas de la Dirección de Vialidad Nacional escoltadas por varios gendarmes para avanzar en la limpieza de la banquina, mientras transcurrió la mañana sin mayores novedades.
Después del mediodía llegó un abogado del organismo vial, quien al descender de la camioneta pareció decidido a hacer cumplir la orden del Juzgado Federal. Diálogos y reuniones se sucedieron antes de que las maquinarias se pusieran en marcha, las que se desplazaron hasta una casilla que ya estaba vacía y comenzaron a derribarla, tras lo cual se detuvo el operativo porque de inmediato las máquinas estuvieron arriba de los carretones, listas para partir del lugar.
Nadie dio una explicación y sólo se escuchó decir que el lunes volverían. Los gendarmes se quedaron un rato más dialogando con algunos puesteros que se les acercaron.
En otro aspecto, algunos puesteros expresaron sentirse engañados «desde un primer momento», como lo testificó una mujer del grupo, quien comentó que hace más de 20 años está en el lugar y que gracias a su trabajo hoy tiene un hijo profesor y una hija que irá a la universidad. Al consultársele si estarán mejor lejos de la banquina respondió que sí, «pero no adentro de una carpa», como la que le facilitarán ahora de amplias dimensiones para ubicarse allí. Como ejemplo citó un tinglado que se construye frente al predio en un terreno privado; «algo así sería lo ideal para poder trabajar», apuntó.
Además, otros advirtieron que detrás de la instalación de esa carpa, en el espacio donde se reubicarán provisoriamente, hay un gran negocio.
Lo evidente es que por el momento no hay una solución inmediata. Ahora sólo resta esperar qué pasará mañana o cuando la Justicia Federal y todos los engranajes logren una solución de fondo a la problemática del entorno del monolito que perpetúa el sitio de la muerte de Antonio Gil, a la vera de la Ruta Nacional 123, en jurisdicción de la ciudad de Mercedes.
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