Con motivo del Día Mundial contra la Trata de Personas, que se conmemora el 30 de julio, fecha instituida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Iglesia insistió en un fuerte llamado a luchar contra ese delito que considera un crimen de lesa humanidad.
El obispo de la Diócesis de Goya, Adolfo Ramón Canecín, destacó el mensaje de la Comisión Episcopal de Migrantes de la Conferencia Episcopal Argentina, que se pronunció sobre ese mal que afecta a miles de personas, citando al Papa Francisco, ya que «la trata constituye una violación injustificable de la libertad y la dignidad de las víctimas, por lo que debe considerarse un crimen de lesa humanidad».
«En miles de casos, sobre todo mujeres y niñas, las víctimas están sometidas a múltiples formas de explotación, a través de matrimonios forzados, esclavitud sexual, doméstica y laboral», añadieron en el texto, donde retomaron las palabras del Pontífice que enfatiza que «una persona no puede ser nunca puesta en venta».
Asimismo, denuncia el organismo de la Iglesia, que «el clima horroroso de las guerras es propicio para el inhumano e invisibilizado crimen de la trata, «es una herida abierta y profunda en el cuerpo de Cristo, en el cuerpo de la humanidad entera».
UNA PERSONA NO
ES MERCANCÍA
Como siempre, los obispos atentos a la realidad actual, advirtieron que «la sospecha de querer implementar la ley de alquiler de vientres en nuestro país también nos enfrenta a una mentalidad de que la persona humana pueda ser tratada como un objeto, manipulable y sin dignidad. No son mercancía. ¡Esto también es trata de personas! El Estado debe cuidar la vida desde su concepción, protegerla, y no dejar espacio a la inmoralidad, a la corrupción y a la impunidad», alertaron.
EXPLOTACIÓN
LABORAL
De igual manera, denunciaron «todo tipo de explotación laboral, velada o encubierta. Francisco nos pide una economía que cuide el trabajo, creando oportunidades de empleo que no exploten al trabajador mediante condiciones laborales degradantes y horarios extenuantes».
Finalmente, animaron «a todos» a «mantener viva la indignación contra la trata, sin ceder a la arrogancia de la violencia, el dinero y el poder. El trabajo de sensibilización debe empezar en casa, por nosotros mismos, porque sólo así seremos capaces después de concientizar a nuestras comunidades», como pide el Papa.
«La Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes, se suma a todas las denuncias y afirma con Francisco que ¡La trata de personas es violencia!», concluye el contundente mensaje, que definitivamente va más allá de este sábado, en el que se conmemoró la fecha.
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