Cada vez son más frecuentes las estafas virtuales, sobre todo a través de Whatsapp, que involucra la suplantación de identidad junto con una supuesta venta de dólares a un precio menor que el del mercado. Si bien el número de teléfono es diferente, el perfil era una copia del perfil legítimo, incluyendo fotografía y nombre de cuenta.
No se trata de algo nuevo, aunque cada vez se conocen más casos de personas que son engañadas, sobre todo con el surgimiento de la pandemia. Últimamente, muchas tienen como protagonista a la red de mensajería instantánea Whatsapp, la segunda plataforma más utilizada en la Argentina, detrás de Facebook, según los últimos datos del Instituto Reuters.
En diálogo con EL LIBERTADOR, especialistas en la prevención del ciberdelito explicaron: «Lo que hacen es ingresar dentro de los grupos de Whatsapp, toman contactos estando dentro de ese grupo, y se hacen pasar por una persona de la lista, con su foto de perfil y manda mensaje diciendo que cambió el número. Dentro de ese contexto de confianza surge un ofrecimiento para la compra de dólares, generalmente lo hace un precio más barato para cobrar el interés, y pide para hacer la transferencia».
Agregaron: «Cuando pasa todo ese proceso, las personas que son damnificadas creen en un principio y terminan cayendo», dijo.
A partir de esto insisten en no comprar dólares a través de ofertas sospechosas, ya que los estafadores logran captar a la víctima que termina haciendo la transacción solicitada.
RECOMENDACIONES
Ante la eventualidad de un delito, las personas se deben acercar a denunciar a Salta 430, al área de Delitos Complejos.
No obstante, en caso de quien sufre el robo de la identidad, especialistas indican que lo mejor es dar aviso a todos los contactos y viralizar la solución del mismo modo que se viraliza el problema.
En caso de quien recibe el mensaje, otro de los consejos para prevenir fraudes por Whatsapp son: comprobar si el número es correcto. Si uno de tus amigos o conocidos de repente tiene un número nuevo y te pide dinero, deberías encontrarlo, como mínimo, sospechoso.
Intentar llamar al antiguo número que se tenga del amigo o conocido, o contactarlo por una vía distinta (por ejemplo, por correo electrónico, SMS, etcétera) para verificar la historia.
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