La de ayer fue una jornada negra para la economía argentina. El dólar blue batió todos los récords y superó la temida barrera de los 1.000 pesos: llegó a venderse a 1.050 y cerró a 1.010. Ante esta situación, los comerciantes locales expresaron su angustia por no saber cómo hacerle frente sin afectar a los clientes. A la par, en algunos mayoristas de la ciudad ya se pudo ver el efecto de la corrida con largas filas para abastecerse antes del inevitable retoque de precios.
«Con esta situación, así como está el país, todos y especialmente los comerciantes, no sabemos qué hacer. No tenemos listas de precios de los proveedores y no sabemos qué precios poner. No tenemos salida y estamos preocupados por nuestros consumidores. La incertidumbre es total, es como un gran apagón de luz donde no sabemos para dónde ir», dijo a EL LIBERTADOR el titular de la Asociación de la Producción de Industria y Comercio de Corrientes, Enrique Collantes.
«Realmente estamos afligidos porque tratamos a toda costa de evitar afectar a nuestros consumidores. El sector comercial la está pasando muy mal», agregó y en cuanto al horizonte post electoral dijo: «Ojalá que cualquier candidato tome la economía en serio. Esperemos que alguno cumpla y acierte con sus promesas».
Por su parte, el gerente de la cadena de supermercados Impulso, Raúl Rogido, dijo a este medio que hacen «muchos esfuerzos para cuidar a los clientes y estar competitivos».
«Nosotros sabemos que si los precios suben de manera exagerada, corremos el riesgo de perder consumidores. La gente no se desespera, no compra si el costo es muy elevado. En estos momentos de crisis es cuando los compradores agudizan la vista, esperan, comparan precios y recorren supermercados. Por eso nos tenemos que concentrar en hacer el esfuerzo para darles alternativas y que no se vayan. Por ejemplo, la compra en cuotas sin interés», explicó.
DÍA DE
LA MADRE
En cuanto a las expectativas de remontar las ventas para el domingo 15, Día de la Madre, el que habló fue Collantes y manifestó una gran preocupación.
«Teníamos pensado que iba ser una buena jornada de ventas porque la gente compra más en todos los rubros, pero esta realidad nos está anticipando otra cosa. Todos los comerciantes vamos a tener que ajustarnos una vez más para mantener ofertas o sostener alguna forma de financiación para los clientes. De igual forma, tenemos algo de esperanza», cerró.
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