El Presidente protagonizó la agenda diplomática de la Cumbre de la Asean con un enfoque centrado en la seguridad, el comercio y el liderazgo estadounidense. Durante un encuentro con Lula da Silva, reafirmó su compromiso con la lucha contra el narcotráfico, defendió su estrategia en el Caribe y abordó la posibilidad de reducir aranceles a las exportaciones brasileñas. Aunque su par ofreció mediar en la crisis venezolana, el líder norteamericano mantuvo su postura de independencia diplomática y de defensa de los intereses nacionales.
04-POLITICA-9El presidente de Estados Unidos, Donald Trump encabezó una intensa agenda diplomática en el marco de la Cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), celebrada en Kuala Lumpur.
En ese contexto, mantuvo una reunión bilateral con el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en la que se abordaron temas vinculados al comercio, la seguridad regional y la situación política en América Latina.
El encuentro se desarrolló en un contexto internacional signado por el aumento de las tensiones en el Caribe y la ampliación de las operaciones militares estadounidenses contra el narcotráfico.
Desde el inicio de su viaje, Trump insistió en que su prioridad era fortalecer la posición de Estados Unidos frente a las amenazas transnacionales y avanzar en acuerdos económicos que beneficien al país.
En declaraciones previas a la reunión, Trump aclaró que «Venezuela no figuraba entre los temas a tratar», aludiendo a las diferencias de enfoque con su par brasileño. Sin embargo, durante el diálogo, Lula propuso que Brasil actuara como mediador entre Washington y el régimen de Nicolás Maduro, en un intento de evitar una mayor escalada militar en la región.
La Casa Blanca informó que el primer mandatario estadounidense mantuvo una postura firme respecto de la situación venezolana y reiteró su compromiso con la defensa de la democracia y la lucha contra el narcotráfico. El gobierno norteamericano considera que las acciones emprendidas en el Caribe responden a la necesidad de proteger la seguridad nacional y frenar el avance de las organizaciones criminales transnacionales.
Trump aprovechó su participación en la cumbre para reafirmar el liderazgo estadounidense en el hemisferio occidental y subrayar la importancia de que los países latinoamericanos cooperen en la lucha contra el crimen organizado. Acompañado por el secretario del Departamento de Guerra, Pete Hegseth, el primer mandatario viajó a Asia tras anunciar la ampliación de la campaña antidrogas a operaciones terrestres.
Balance
El encuentro en Kuala Lumpur marcó un nuevo capítulo en la política exterior de Donald Trump, centrada en el fortalecimiento del liderazgo estadounidense y en la defensa de los intereses nacionales frente a las tensiones internacionales. El Presidente norteamericano consolidó su imagen de negociador directo y de defensor de los principios de reciprocidad y control fronterizo. Al mismo tiempo, buscó proyectar la idea de que Estados Unidos sigue siendo un actor indispensable en la resolución de los conflictos hemisféricos.
Seguridad
La administración Trump ha profundizado su ofensiva contra el narcotráfico en América Latina mediante una estrategia combinada de acciones navales, aéreas y terrestres.
En ese sentido, el Pentágono confirmó el despliegue del portaaviones USS Gerald R Ford, el más grande de la flota estadounidense, como parte de la campaña denominada Defensa de la Patria. Esta misión tiene por objetivo «desmantelar las organizaciones criminales transnacionales y contrarrestar el narcoterrorismo», de acuerdo con el comunicado oficial del Departamento de Defensa.
Sean Parnell, portavoz del Pentágono, precisó que la presencia reforzada en el área del Comando Sur permitirá «detectar, monitorear e interrumpir actividades ilícitas que amenazan la estabilidad hemisférica».
El grupo de ataque del Gerald Ford se suma a tres buques de asalto anfibio, cazas F-35B, aeronaves de patrulla P-8 y drones MQ-9 con base en Puerto Rico.
Cónclave
El diálogo entre Trump y Lula se extendió durante aproximadamente 50 minutos y tuvo como principal eje la revisión de las políticas comerciales entre ambos países. A pesar de que el gobierno brasileño intentó introducir el tema venezolano, el primer mandatario estadounidense priorizó la discusión económica y la necesidad de corregir los desequilibrios arancelarios. El Presidente norteamericano dejó abierta la posibilidad de revisar los aranceles del 50 por ciento que actualmente rigen sobre las exportaciones brasileñas. Fuentes diplomáticas estadounidenses indicaron que la conversación fue cordial y que se acordó la creación de grupos de trabajo para evaluar alternativas.
Claves
Lula le ofreció a Trump asumir un rol de mediador entre Estados Unidos y el régimen de Nicolás Maduro, con el objetivo de aliviar las tensiones diplomáticas y evitar una escalada regional.
Trump mostró disposición a participar en negociaciones multilaterales que involucren a América Latina, aunque condicionó su colaboración a un enfoque "firme frente a los regímenes autoritarios".
A pesar de las profundas diferencias políticas entre ambos líderes, el diálogo se mantuvo en un tono pragmático, centrado en intereses geopolíticos y comerciales antes que en afinidades ideológicas.

