1 de noviembre, se celebra Ángeles Somos, en la solemnidad de Todos los Santos, una costumbre ancestral en la zona como en otras latitudes del continente latinoamericano, ocasión en la que niños y adolescentes ataviados como ángeles o incluso en algunos lugares de algún Santo o simplemente con alguna vestimenta blanca salen a las calles para solicitar por las casas una colación y corresponderles con bendición.
En Corrientes, varias localidades siempre preservaron la costumbre como atalayas de la identidad y de sus valores ante el embate de prácticas externas por el bombardeo de los grandes medios de comunicación, especialmente porteños, con el aval de intereses diversos. Sin embargo en los últimos años muchas comunidades retomaron la celebración, muchas de ellas encabezadas por las propias autoridades municipales y provinciales correntinas, como se informó en las ediciones de este miércoles 27 y en la de este domingo 31 de octubre.
Caá Catí, Mburucuyá, Itatí, Gobernador Virasoro, Monte Caseros, Curuzú Cuatiá y la Capital provincial son sólo algunas de las ciudades que hoy serán parte de la celebración.
EN CAÁ CATÍ
Y EN CURUZÚ
Como en esta ocasión se informó sobre Caá Catí, cabe recordar que aquí, la jornada tiene la particularidad de dos momentos, al decir sobre el acontecimiento el titular de la Secretaría de Educación, Cultura y Turismo, Matías Geneyro. «Por la mañana los chicos salen y recorren las calles visitando domicilios, conmemorando las almas puras y de los niños difuntos, es la esencia de la celebración; cada chico lleva el mensaje de paz, de confortación, de consuelo a las familias que perdieron a un niño» y lo hacen hasta el mediodía ataviados para la fecha o portando cruces con florecitas, mientras recitan pregones y en algunos casos entregan a los moradores de los domicilios que los reciben decenarios del santo Rosario, «en tanto reciben una colación, comidas tradicionales, como chipá y variedad de golosinas y hasta les entregan frutas», relató.
El otro momento es por la noche, «turno de la serenata, que congrega a músicos locales, de la zona y de otras provincias que se suman al festejo y llevan por los hogares como ofrenda canciones, recitados», y si bien son temas musicales de diversos géneros, el que se impone es el chamamé, en tanto «las familias salen a sus veredas a esperar sus serenatas y les brindan a los visitantes comidas típicas y comparten bebidas».
DESDE UN
INSTITUTO
DE INGLÉS
Respecto a la información de Curuzú Cuatiá, la directora municipal de Cultura y Turismo, Virginia Aguirre Talamona recordó que en esta ciudad la hacía un instituto de idioma inglés, y luego «tomamos esa iniciativa que hacían ahí con sus alumnos, e invitándolos a su vez hicimos una invitación masiva a otras instituciones educativas y religiosas, también» para sumarse al acontecimiento festivo.
Explicó que desde el Municipio decidieron realizar la celebración con una inscripción previa para estimar la cantidad de niños y adolescentes que asistirán, porque «les ofrecemos como obsequio caramelos y una estampita con Oraciones o rezos propios para Ángeles Somos, algunas son Oraciones que encontramos y que se usaban antes», destacó en esa entrevista que mantuvo con EL LIBERTADOR y no quieren que a ninguno les falte esos obsequios.
Anticipó que se planificó un recorrido desde la Municipalidad por unas cuadras en el centro, y se invitó a negocios y casas de familias a preparar luminarias, para que los chicos sepan que pueden pedir ahí su colación.
El embate de la globalización de otros
Tal como en la Argentina, en Colombia, por mencionar otro país latinoamericano, tampoco escapa a la globalización cultural, pero de las grandes potencias que se imponen a través de los medios de comunicación locales que los miran más a ellos que a su propio país, convirtiéndose en importadores de simplemente lo moderno o porque es más cool («cul», que está de moda o resulta atractivo) si es de Europa o Estados Unidos.
Ya en 1993 el diario El Tiempo de Colombia, publicó en una Nota de la Redacción: «Hace veinte años y de manera paulatina fue desapareciendo una tradición que nació en Mompox (Bolívar), entre los condes y marqueces españoles, y que luego se expandió entre toda la comarca costeña: Angeles somos, del cielo venimos pidiendo limosma para nosostros mismos. Las costumbres americanas (estadounidenses), traídas con el desarrollo de los medios masivos de comunicación y el intercambio comercial, abrió el interés de los niños hacia otras celebraciones infantiles con el patrocinio de los mayores, especialmente por la noche de brujas o halloween , que se celebra el 31 de octubre… Que vuelvan los ángeles este año, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) lanzó la más gigante campaña en Cartagena y el resto de Bolívar para rescatar esta manifestación cultural infantil», señaló entonces.
Eduardo Hernández.
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