El ex Diputado nacional se mostró optimista por la recuperación del justicialismo. Abogó por modificaciones estructurales para las próximas elecciones internas. Apunta a que sean a padrón cerrado. Y no descartó otorgarle mayor poder al Congreso y al Consejo del Partido para fortalecer las estructuras. Remarcó que la «unidad se construye de abajo hacia arriba, y mediante el voto de los afiliados», destacando la autocrítica de Cristina y de Alberto al admitir que fue un error la estrategia de los últimos años, de cercenar la participación de todos. Ubicó las elecciones para el primer cuatrimestre del año 2023 y se pronunció por la necesidad de unificar las partidarias con las electivas, sin perjuicio de analizar el alcance que pueda tener el dotar al Congreso y a los concejos municipales para la definición de las candidaturas.
02-TAPA-POLITICA-20Así se desarrolló la entrevista de Rodolfo Martínez Llano con La Otra Campana, que se emite por LT7, en dúplex con LT25 y FM Capital.
Me gustaría que dé un análisis de la situación política, puertas adentro del PJ, pero también fuera del ámbito partidario.
-El tema es largo para el corto tiempo que tenemos, pero todo tiene que ver con todo. Siempre es importante abordar lo específico desde lo general. Estuve varios días en Buenos Aires. Distintos medios, en días posteriores al 14 me han llamado. Preferí tomarme tiempo. He estado dialogando con todos. Eso es muy importante. Tener la mente abierta, escuchar, ser escuchado, tratar de contribuir en este momento difícil que está viviendo el PJ a escala nacional y lógicamente a escala provincial. Hay que entender que es una responsabilidad común tratarnos bien. El resultado electoral nos debe llamar a una profunda reflexión de que muchas cosas no se han hecho bien. Esto nos obliga de acá a 2023, a corregir rumbos para ser competitivos en la elección, tanto de las Primarias, que gracias a Dios se han confirmado plenamente, y a su vez, como un gran salto cualitativo vamos a tener en 2023. Ya no vamos a tener esa horrible discusión que hubo en 2019, respecto del uso de la boleta corta o larga. Todos los que se inscriban van a correr, en igualdad de oportunidades, y esto es muy importante porque hace a la democracia interna, a la participación y el respeto de todos los sectores. Y hace a la movilización del partido, que sin dudas es un elemento central. Lo importante, es que el Gobierno nacional ha tomado cuenta de que ha hecho las cosas mal, tanto en 2019 como en este turno electoral, y tiene la firme decisión de corregir. Hay plena coincidencia y esto es un paso positivo. El peronismo no es una franquicia, es militancia y sentimiento que se anula cuando el dedo desvirtúa la participación y la legitimidad de las representaciones políticas. Puertas adentro del justicialismo es fundamental unificar el mensaje, mejorar las acciones de gobierno que apunten a revertir un cuadro electoral que, hoy por hoy, es muy negativo. Soy optimista. El PJ tiene un fuerte potencial. En Corrientes ha quedado demostrado en esta última elección que, más allá del abandono, la falta de organización, falta de conducción política, de trasparencia en la elección de candidatos, viendo el vaso desde el punto de vista positivo, hemos mantenido el piso del PJ en el 35 o 36 por ciento, y esto es muy importante. No tenemos que hablar que perdimos por 23 puntos, aunque sí es absolutamente inaceptable para una elección nacional. Corrientes fue una de las peores provincias en cuanto a la diferencia respecto a Juntos por el Cambio. Hay que entender que con el 35 o 36 por ciento de voto cautivo, genuino voto peronista, solamente nos falta organizar y trabajar por lo que nos falta, que son 12 puntos más o 13, para poder revertir el resultado electoral y mirar con esperanza el próximo turno electoral de 2025, en el que vamos a pugnar por la Gobernación. Antes, tenemos dos etapas fundamentales. Por un lado, la reorganización del PJ; y por el otro lado, la elección de medio tiempo de 2023, en la que vamos a renovar, parcialmente, los órganos legislativos.
Primero lo primero, la reorganización partidaria. Aparte es lo que reclama la gente del Interior.
-Estos pocos minutos que tenemos prefiero avocarme a esto. Voy a dejar el resto de los temas para la salida con otras radios, pero lo quiero enfocar con un mensaje hacia los compañeros. Es un mensaje de optimismo, fuerza, fe y esperanza. Tenemos que hacer lo que hay que hacer. Cuando se repiten las cosas que se han hecho mal, los resultados van a seguir siendo malos. Si los peronistas entienden, hasta el último compañero del más recóndito lugar de la provincia, ya sea Yatay Tí Calle, Herlitzka, Colonia Liebig, Colonia Libertad, Villa Olivari, la Isla Apipé, todos los lugares tienen que recibir un mensaje muy claro. La responsabilidad, en esta etapa que vamos a pasar a protagonizar, es que el delegado normalizador cree las condiciones para el desarrollo de un proceso electoral que legitime las representaciones.
Primero hay que trabajar varios meses sobre los padrones para crecer en cada uno de los pueblos y considerar que, antes que pensar en la interna propiamente dicha, es fundamental organizar las reglas de juego. Las reglas de juego en política son un actor en sí mismo. Con unas reglas de juego se puede competir de igual a igual. Con otras, prima, de alguna manera, a quienes controlan el aparato. Pasa en lo que se ve, por ejemplo, hay provincias que son muy difíciles de penetrar, como Misiones, Formosa, Santa Cruz, San Luis o la propia Corrientes. En las elecciones provinciales adoptan normas como son la ley de lemas, que hacen que quienes manejan la caja del Estado corran con mucha ventaja. En esas provincias, en las Primarias, se perdió en Santa Cruz, en San Luis. Eso demuestra que la voluntad del votante muchas veces van por un lado, pero las reglas de juego juegan de manera distinta. Por eso me centro en dos aspectos, en la necesidad de organizar el partido. Por un lado, antes de pensar en la interna, en la que, por ahí muchos compañeros, con algo de ingenuidad, inexperiencia y desconocimiento están ansiosos, es importante reformular por completo la Carta Orgánica. Para que permita que el partido se fortalezca y sea la herramienta electoral que torne competitivo al PJ en una elección general. Para eso hay 6 o 7 modificaciones fundamentales, necesarias.
No es lo mismo el truco que el ajedrez, la loba o el póker. Por eso es importante que esas reglas de juego sean claras y apunten no a tener el partido como una franquicia o como algo que, durante muchos años, durante el tiempo de Julio Romero y durante la intervención de Vicente Joga se ha dado. Tenemos la matriz retocada de esa Carta Orgánica que ha quedado en el pasado. Creo que las experiencias debemos recogerlas, como la han recogido a escala nacional, que se han dado cuenta que han perdido la provincia de Buenos Aires porque no han permitido que haya elecciones Primarias competitivas. Esto último lo hizo Juntos por el Cambio, que en 17 distritos habilitó la participación. Si en el orden nacional tomaron nota de esto y tienen la decisión de que las próximas Primarias sean lo más amplia posibles, acá también debemos entender que, no habiendo una ley nacional o una ley provincial de organización del proceso electoral, como son las Primarias, desde el PJ tenemos que darnos nuestra propia ley interna con el fin de posibilitar que la unidad venga de abajo hacia arriba. Es decir, darle las condiciones para que, en cada uno de los 74 pueblos de la provincia, haya internas estrictamente locales y participen todos los que quieran, sin perjuicio de tener que integrarse a una lista provincial. Que sea la disputa en cada localidad por los espacios de poder para integrar conducciones políticas fuertes en cada uno de los municipios. Hay dos temas que son centrales. Por un lado, la eliminación de las internas abiertas. Esto es fundamental porque no estamos en condiciones de tener una elección con 800 mil electores y corremos además el riesgo cierto de que el Gobierno se meta.
Una elección interna de 800 mil personas es total y absolutamente inmanejable. Tenemos que pensar de eliminar el voto directo. Hacer las elecciones partidarias, como electivas, a padrón cerrado; es decir, que solamente voten los afiliados, por eso es necesario un proceso muy fuerte de afiliación para permitir que nuestro padrón crezca en toda la provincia. Además de la eliminación del voto de las internas abiertas, creo también que hay que analizar la posibilidad de que la conducción del partido no sea por el sistema D’Hont, sino por mayoría y minoría, para darle fortaleza y fuerza a la conducción. No sirve que tengamos un Consejo Provincial en el que el Presidente esté pintado. Necesitamos una conducción que realmente permita que el que gane pueda gobernar el partido. Por el otro lado, tenemos que plantearnos muy seriamente el tema de la elección directa. En su momento se creyó que era un gran logro. La experiencia muestra que no ha sido así. Quizás para algunas candidaturas o para todas sea oportuno y necesario considerar la posibilidad de volver al sistema de elección indirecta. Es decir que, el candidato a Gobernador, sin dudas, debe surgir, en el tiempo que corresponda, a través del consenso en un Congreso partidario y no someterlo a una elección directa, que muchas veces no nos lleva a que ese consenso tenga la fuerza suficiente y el marco de diálogo, en este caso, con el Gobierno nacional. Los consensos son buenos cuando son amplios, en el caso de los congresales del partido, cuyo rol debe ser valorizado.
Habrá que analizar la conveniencia de que esto también sea extensivo a la elección de los candidatos locales, como hace la UCR y otras expresiones políticas, para fortalecer las estructuras partidarias. Necesitamos que nuestros congresales vuelvan a ser lo que fueron, hombres y mujeres con fuerza y respeto en la conducción del partido, como órgano soberano que es el Congreso. Dimos un paso atrás con el voto directo, con quitarle al Congreso facultades esenciales que siempre las tuvo. Esto de los súper poderes, que tan malos resultados nos han dado, le ha quitado al Congreso el carácter de autoridad soberana y se ha minimizado a la genuina representación partidaria.
Un partido organizado nos permite definir estrategias, la organización, movilización y una maquinaria electoral puesta al servicio de ganar una elección. Nos permite lo que es el ABC del peronismo, que es la conducción política.
Aquellos compañeros que expresan cierta ansiedad por las elecciones internas, es respetable la urgencia. El tema es que la interna nos sirva para ordenar definitivamente un Partido Justicialista que, con esto de las listas de unidad, que tanto daño han hecho a nivel nacional como provincial, y que lo hemos vivido. Si tomamos nota de esta experiencia, vamos a dar un salto cualitativo muy importante. Entiendo que el 2022 debe ser para un proceso de reordenamiento de los padrones, para que en cada lugar de la provincia se trabaje intensamente en la afiliación, en la incorporación de los padrones y en el control de la incorporación de esas fichas al padrón. Que se convoque a interna con un cronograma electoral extendido para permitir que cada uno de los pasos del proceso electoral se vaya cumpliendo muy tranquilamente. Es decir, que los compañeros participen en cada una de las localidades del Interior. Que conozcan las reglas de juego, que se organicen y que, cuando llegue el momento de votar, verdaderamente se haga en un marco de total transparencia. Debe existir un tiempo de un mes para que pueda reclamarse la incorporación de afiliados.
A mí me han confirmado las autoridades nacionales la decisión de un reordenamiento prolijo. La participación del Correo Argentino, que es fundamental para que no haya ninguna duda y que la elección en definitiva permita que ganadores y triunfadores, legitimados por el voto y sin ninguna clase de posibilidad de protestar, se integren en un mismo sentido. Quizás tengamos que pensar en unificar en un mismo día, sea en marzo o en abril de 2023 la elección, ya con un cronograma electoral largo, una reafiliación y que todos los pasos se hayan cumplido en un marco de compañerismo. Esos son elementos que hay que largarlos al debate y, sobre todo, que ese debate se extienda hasta el último pueblo de la provincia. Lo que veo en cada pueblo, primero, es el abandono, y luego la queja por la ausencia de los creen ser dirigentes provinciales. Por el otro lado, que están sometidos. Quieren organizarse y votar libremente, y decir a posteriori a qué lista provincial quieren adherirse. Y ahí está la importancia fundamental del reglamento electoral, que es el que determina la manera en que se encajan, dentro de las ofertas electorales provinciales, cada una de las realidades locales. Lo que decididamente no podemos seguir haciendo es condicionado a la dirigencia del Interior a los armados provinciales. Deben tener plena autonomía para fortalecerse como estructuras de peso en cada localidad. El reglamento electoral complementa las necesarias modificaciones que deben hacerse, que junto con la Carta Orgánica y con el cronograma electoral, así como la conformación de una Junta Electoral equilibrada, va a permitir que realmente la democracia interna impere en el PJ, y que ese 35 por ciento de votos que hemos mantenido en este último turno electoral, se potencie mucho. Hemos visto localidades que no han tenido candidatos u otros que han votado a radicales como candidatos del Frente de Todos, con resultados que están a la vista. O el mismo caso de Mercedes, donde tenemos un hombre que es de Cambio Solidario, que no pertenece al PJ. Aquellos que quieran participar tienen que afiliarse, ponerse la camiseta. El mismo caso de Canteros y todos aquellos que andan dando vueltas, o los llamados del Frente Renovador. Los quiero dentro del partido, jugando en el mismo sentido. El proceso de alianzas es un proceso posterior. Eso es lo que a mí entender debe darse, porque si no se produce la distorsión. Lo hemos vivido en el caso de Santo Tomé, la mala praxis política que se dio, no se logró la unidad. Y no vale la unidad pensada como las unidades de Corrientes, que 5 o 6 dirigentes con la mano de Buenos Aires crean que han unido al partido, cuando estamos viendo que, hacia abajo, esa unidad no existe y hay mucha gente descontenta. Ahí se explica el voto que ha sacado Valdés. Valdés no es dueño de los votos que muestra. Muchos son de peronistas descontentos, que han encontrado en Valdés una forma de castigar una situación que no les ha gustado. Ha pasado en las elecciones provinciales. Las listas no contuvieron siquiera el núcleo duro del peronismo y caímos al 22 por ciento. En más de una oportunidad dije que no participé de la lista de unidad. Aun así, tengo muy buen diálogo. No estuve de acuerdo con algunas cosas, pero dije que igual iba a acompañar, pero que no quería ser partícipe de ese tipo de armado. Todas mis candidaturas siempre fueron por el justicialismo. Pero otros compañeros no lo vieron así, prefirieron encontrar el voto castigo a través de Valdés. Por ello es importante la necesidad de respetar a los compañeros no solamente del Interior y la Capital, en la que nuevamente volvimos a hacer una elección tremendamente mala en ambos turnos electorales.
Visualizo una interna en Capital con siete u ocho listas para distribuirse unos veinte mil electores que podrían ir a votar, y visualizo que, en el Interior, en muchas localidades habrá más de dos.
Le decía al compañero «Juanchi» Zabaleta, días atrás en Buenos Aires y a otros compañeros funcionarios del Gobierno nacional, que en esta última elección, de los 6 legisladores que hemos puesto, solamente 1 es de raigambre justicialista. Las cosas deben hacerse de otra manera si verdaderamente queremos valorizar la presencia y la pertenencia del partido. Aquel que quiera, que se ponga la camiseta, se anote, se ponga atrás y comience a empujar el carro para el tiempo que se viene, pero no seamos ingenuos de seguir regalando candidaturas alegremente, cuando al momento de poder definir políticas en la Legislatura provincial nos encontramos con que quienes llegan con los votos del PJ terminan jugando en la vereda de enfrente. Muchas veces ya nos pasó.
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