En su carácter de bióloga, zoóloga y especialista en Etología, la doctora María Nieves Alabarcez, se refirió al uso de pirotecnia como «el disfrute de algunos frente al sufrimiento de la mayoría», una problemática que preocupa, enoja y hace padecer a gran parte de la sociedad.
En diálogo con Radio Power de Goya, dejó algunas consideraciones para reflexionar, además de material que publica en su Facebook: Dra Alabarcez: Conocer el modo de ser para respetar a todo Ser.
Según el Diccionario de la Real Academia Española la palabra «empatía» significa «sentimiento de identificación con algo o alguien. Capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos. Cuánta tela para cortar si se habla de perjudicar a otros seres y cuánto para analizar sobre conciencia ciudadana», manifestó.
ATAQUE A DOS
DE LOS SENTIDOS
Señaló la profesional que es costumbre de hombres y mujeres medir y calificar lo que ocurre de manera antropocéntrica, como medida y centro de todas las cosas se cree que a todos los seres les ocurre lo mismo y puntualizó que de los cinco sentidos, la pirotecnia ataca especialmente a dos: la audición y la vista.
En el caso de los oídos, los seres humanos los tienen miles de veces menos sensibles que los de muchos animales y personas con Trastornos del Espectro Autista. A riesgo de naturalizar y hacer caso omiso las recomendaciones de las campañas de concientización respecto al uso de la pirotecnia, es importante señalar qué ocasiona y a qué nivel afecta en los animales y en las personas autistas, resaltó.
«Nosotros, en cada uno de nuestros sentidos, tenemos la capacidad -a nivel del cerebro- de procesar una cantidad de información en un tiempo determinado. Los sentidos los reciben a décimas de segundo. Ejemplo: tocamos una pava que estuvo en el fuego y no sabíamos que quemaba, no nos detenemos a pensar eso, ¡retiramos la mano inmediatamente! Cuando recibimos una cantidad de estímulos superior a lo que podemos procesar, el cerebro se nos bloquea. Cuando nos quemamos sentimos dolor, cuando recibimos mayor volumen en decibeles (Unidades por las cuales se miden los grados de sonido) eso provoca dolor a nivel del oído interno y daños físicos permanentes. A nosotros nos provoca molestia el sonido de algún elemento de pirotecnia, a un perro le provoca dolor, a un autista le provoca dolor», subrayó enfáticamente. Agregó que «cuando llegamos a superar la capacidad de procesar esa información nuestro cuerpo y cerebro dejan de razonar y entramos en el modo reacción, vamos a intentar salir a correr para alejarnos de ese peligro. Es habitual en familiares de personas con Síndrome del Espectro Autista comentar que deben pasar las noches del 24 y 31 de diciembre junto a sus hijos encerrados en el baño», describió.
Seguidamente lamentó que «a pesar de todas las campañas, hay personas que aún la utilizan, sin importarles la salud de otros seres, como niños con autismo y muchas especies de animales. Muchos animales, silvestres y domésticos, mueren por el aturdimiento o el miedo», como animales viejos, cardíacos, o hipersensibles a los sonidos.
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