Unos 200 mil jóvenes eligieron recibir la primavera y celebrar el Día del Estudiante, este fin de semana, realizando el sacrificio de caminar los más de 70 kilómetros que separan a la ciudad de Corrientes de la Basílica de Itatí.
Se trató de la 45ª Peregrinación Juvenil del Nordeste Argentino (NEA) a Itatí, una multitudinaria muestra de fe a la Virgen Morena que se inició durante la mañana de ayer, sábado por la Ruta Nacional 12, bajo el lema «Aferrados al amor de María, construyamos la fraternidad».
Con fervor y fe, los peregrinos, en su amplia mayoría de a pie, así como también ciclistas fueron arribando durante toda la jornada marcada por el calor del sol, a la Basílica de Itatí, muchos extenuados y doloridos, para depositar sus agradecimientos y súplicas a los pies de la Madre de Jesús.
La misa central dedicada a los jóvenes, estuvo presidida por el Arzobispo de Corrientes Monseñor, Andrés Stanovnik, concelebrada por los obispos de las diócesis que participaron de la tradicional caminata: monseñor Adolfo Canecin de Goya; Hugo Montini de Santo Tomé; de Reconquista, Ángel José Macín; de Oberá, Damián Santiago Bitar; de Resistencia, Ramón Alfredo Dus; de Formosa, José Vicente Conejero; de Posadas, monseñor Juan Martínez; de San Roque, Saenz Peña, Hugo Barbaro; de Puerto Iguazú, Nicolás Baisi y el rector del santuario padre Porfirio Ramírez.
Stanovnik, el pastor peregrino, antes de su mensaje saludó a los peregrinos y especialmente a las personas que los ayudaron durante el trayecto desde Corrientes a Itatí, y reveló que su grupo llegó al templo mariano a las 6 de la mañana.
A continuación, reflexionó el Arzobispo sobre el lema elegido para esta edición: “Aferrados al amor de María, construyamos la fraternidad’. Importantísimo; aferrados, es una palabra fuerte, sólida, segura. El amor de María es eso, fuerte, sólido, seguro. Élla alcanzó esa consistencia amorosa aferrándose a la cruz de su Hijo. La gran enseñanza para nosotros, en este abrazo doloroso, a la vez tierno y fuerte, hermanos y hermanas, construyamos fraternidad. Sí, también nosotros, aferrados al amor de María; llegamos con los pies cansados, es cierto, pero con el alma desbordada de alegría y de paz”.
Finalizada la celebración eucarística, con la fe renovada, los jóvenes del NEA entregaron la imagen sagrada que acompañó este año a la Diócesis de Goya a la de Saenz Peña, Chaco y antes de a la bendición final, se leyó el manifiesto. Así, la Peregrinación concluyó con un emotivo recitado al ritmo del chamamé «Peregrino de la Esperanza», para emprender el regreso a sus hogares.
Fotos: Basílica de Itatí