Por Noelia Irene Barrios
EL LIBERTADOR
El 12 de octubre de 1917 una tragedia ocurrió a 30 kilómetros del pueblo de Concepción del Yaguareté Corá. Una niña de cuatro años murió al caer de una carreta en movimiento intentando salvar a su muñeca. La triste historia de esta pequeña correntina conmocionó a tal punto a la comunidad, que hicieron de ella un culto que año tras año reúne a más personas. Se llamaba Pilar Zaracho y fue inmortalizada como La Pilarcita.
Los registros de la trágica muerte de la niña coinciden: Pilar viajaba con sus padres en una carreta tirada por bueyes porque la familia se mudaba de Mercedes a Concepción. La pequeña iba jugando con su muñeca de trapo hasta que en un momento, ésta se le resbaló y cayó al camino de arena. Al verla, la niña se tiró al suelo tratando de alcanzarla, pero tuvo tanta mala suerte que al caer, una de las ruedas la aplastó provocándole la muerte.
La historia agrega que allí mismo, su padre puso una cruz para recordar a su niña. La gente de la zona pronto comenzó a rendirle culto y pedirle favores y los devotos dicen que la niña santa les cumple.
Por eso, año tras año, centenares de personas de distintos puntos de la provincia y la región se acercan a cumplir sus promesas y dejarle muñecas en la capilla que se levantó en lo que hoy es el paraje Cerro Pitá, en el mismo sitio en donde hace 106 años ocurrió la tragedia.
AGRADECIDOS
La capilla Pilarcita Zaracho es el punto de encuentro de los devotos de la pequeña santita popular cuyo homenaje está unido a la celebración litúrgica de Nuestra Señora del Pilar. El santuario es administrado por la familia Zaracho, la misma de la pequeña milagrosa. Ellos reciben a las miles de personas que se acercan peregrinando a pie, caballo, en motos, autos y bicicletas, para agradecerle por los favores concedidos y que refuerzan su muestra de gratitud con una nueva muñeca para su altar.
El culto a la pequeña creció de tal forma que actualmente es uno de los sellos culturales y religiosos indiscutidos de la provincia, pero principalmente de la localidad de Concepción. En su honor, además de la capilla, fue creado en 2013, el Museo Temático Infantil La Pilarcita, convertido en uno de los puntos más visitados por los turistas que llegan al pueblo.
Este espacio fue una idea de la recordada artista correntina, «Marily» Morales Segovia. La escritora y escultora, nacida en Concepción fue una de las grandes devotas de la niña santa. Su cariño por La Pilarcita fue tal que donó 400 muñecas de todo el mundo, parte de su propia colección, para que sean exhibidas al público y ayuden a difundir la historia de esta pequeña, así como también la del otro personaje histórico nacido en el Yaguareté Corá, el niño héroe, Pedro Ríos, el Tamborcito de Tacuarí.
En 2009, Marily donó a la capilla una muñeca de trapo que confeccionó especialmente para rendirle un homenaje a la niña santa. En ese entonces, en una entrevista dijo: «El chamamé es también un rezo, el correntino reza con el chamamé». De ahí la letra de la música que hizo para aportar a la memoria de Pilar Zaracho y recordar siempre su eterno amor inocente: «La Pilarcita y los ángeles, le sonríen a Jesús, le piden que nuestras almas resplandezcan con su luz».
TESOROS. «Hasta aquí han llegado muñecas de todo el mundo, porque se enteraron que La Pilarcita es la niñita correntina que todos recordamos por el amor que tuvo a su muñeca», reza un cartel en la entrada del Museo La Pilarcita, en Concepción. Las más curiosas son: la perteneciente a la época romana, a la egipcia y la de origen incaico. La primera es un facsímil de cerámica del siglo II después de Cristo y proviene de Tarragona, España; la segunda, también de cerámica, representa a un juguete del 1700 antes de Cristo (su material original era la piedra); la última es un tejido natural que representa a una muñeca peruana de 1.000 años de antigüedad.
LLEVADA AL TEATRO. «Pilar murió cuando nadie la veía y ahora que ya no está, todos quieren verla, sobre todo una vez al año, en el aniversario de su partida, porque dicen por ahí, que si se le deja una muñequita en el altar que se le construyó, ella concede un deseo. Por este motivo el pequeño pueblo se revoluciona cada vez que llega esta fecha, ya que, a pesar del calor agobiante, no queda habitación por alquilar». Así comentan la trama de una obra teatral, dirigida por María Marull reconocida actriz, directora y guionista argentina. Su propuesta rescata la historia de La Pilarcita se convirtió en un éxito en las tablas porteñas desde su estreno en 2015.
UN PUNTO DE FE. La capilla de La Pilarcita está ubicada en el paraje Cerro Pitá, en el departamento de Concepción del Yaguareté Corá, a casi 30 kilómetros del pueblo. El templo se erigió en el mismo lugar en el que falleciera Pilar Zaracho, en 1917. Con el paso del tiempo, este espacio fue creciendo y teniendo algunas remodelaciones, especialmente para albergar las miles de muñecas que fueron y siguen llevando los devotos que van a agradecerle a la santita por algún milagro concedido. Cada 12 de octubre, la celebración central se hace con misas, un gran almuerzo popular y, por supuesto, con el infaltable baile chamamecero.
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