La madrugada del sábado, lo que parecía ser la escena de un delito, terminó en un olvido con suerte. Cerca de las 5 de la mañana, un móvil de la Comisaría 14ª que patrullaba las calles de un barrio de la ciudad de Corrientes, se topó con una imagen que encendió las alarmas: un auto, con el baúl abierto de par en par, en la entrada de una casa.
Los agentes, con el olfato policial afilado, no dudaron un segundo. Detuvieron la marcha de su patrullero y se acercaron sigilosamente a la vivienda, ubicada en la calle Conte, entre Roberto Giusti y Fernández de Moratín, en el barrio Dr Montaña. Golpearon las manos, una y otra vez, hasta que, al cabo de un rato, una persona salió somnolienta.
Para sorpresa de todos, se trataba de la propietaria del vehículo, un Chevrolet Corsa. La mujer, admitió que el cansancio extremo con el que había llegado a su casa minutos antes, le jugó una mala pasada. Simplemente, se olvidó de cerrar el baúl de su auto.
Tras revisar su vehículo confirmó que, afortunadamente, no faltaba nada del interior. Lo que parecía ser un delito para los agentes, terminó en una anécdota con final feliz.