El obispo de Goya, Adolfo Canecín compartió la declaración de los obispos de la región pastoral Buenos Aires, que expresa textualmente: «No estás solo, lloremos juntos: la droga mata».
Se propone trabajar todos en generar y sostener la cultura de la prevención de las adicciones; a capacitarse los que tienen el talento para trabajar en la rehabilitación creando redes y articulando iglesias, ONGs, instituciones del Estado y otros; e insistir permanentemente al Estado nacional acerca de la necesidad de combatir decididamente el delito del narcotráfico y narcomenudeo.
«Sí, la droga mata: no podemos permitirnos pasar por alto esta tragedia y tantas otras que transcurren todos los días. Hay que hacer memoria y aprender juntos a convivir con este dolor, allí donde hay heridas, que no van a cerrar nunca», manifiesta el escrito.
Y declara que «estamos profundamente conmovidos con las muertes de jóvenes y adultos como consecuencia del consumo de estupefacientes, lloramos juntos con sus familiares y amigos por tanto dolor e impotencia, acompañamos tantas luchas con nuestra oración y cercanía».
«La adicción es un grito, clama con angustia, clama pidiendo ayuda. La drogadependencia se fue extendiendo, profundizando y complejizando», aseveran.
COMPROMISO
SOCIAL
«Podemos oír tantas noticias en torno a este gravísimo hecho, así llamado ‘caso de la droga adulterada’, como si existiera una ‘droga legítima’. Muchos alzan sus opiniones diciendo que se legalice la droga. Escuchando a tantos pibes de nuestros barrios, lo que comenzó como un pasatiempo, una probada, termina siendo una espiral de violencia, abandono escolar, situación de calle, muerte», comparten, y aseguran que «la despenalización del consumo, la legalización de las sustancias, sólo traerá más consumo y marginalidad».
«Seguramente se instalará en la sociedad que las drogas legales no hacen daño: las drogas matan siempre. Por todo esto hacemos nuevamente un llamado a la sociedad para trabajar juntos fuertemente en la prevención de las adicciones», alientan.
«No nos cansemos de pedir a las autoridades del Estado nacional, que se ocupen de ir detrás de los mecanismos de corrupción en todos sus niveles, que alimentan este circuito del narcotráfico, que destruyen tantos barrios, comunidades, familias, hermanos», señala el manifiesto. Y asimismo, alienta «a la creación de mayores espacios de contención e internación, para que las familias más pobres puedan llevar a sus familiares adictos».
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