Eduardo de Pedro se convirtió en el personaje más influyente del Gobierno nacional. Es reconocido por propios y extraños como el Ministro político que mejor entiende el juego de las grandes ligas. Mientras que otros como Guzmán, son conocidos por la opinión pública por sus constantes yerros o críticas hacia su rol de funcionario, «Wado» se mueve como pez en el agua, ya sea con quienes responden a Alberto Fernández, como quienes secundan a Cristina Kirchner. A tal punto que ya es tenido en cuenta para la carrera principal del año que viene, como número puesto para el principal distrito del país.
20-CONTRATAPA-17Por estas semanas, y con la pelea del Presidente con la Vice a flor de piel, los referentes del Frente de Todos coincidieron en dejar las diferencias de lado y priorizar el acercamiento de los sectores para evitar un quiebre definitivo en la alianza gobernante.
Así, Máximo Kirchner, Sergio Massa, «Juanchi» Zabaleta y Gabriel Katopodis se reunieron con el Ministro del Interior en dos oportunidades con el objetivo de armar una mesa chica para contener a la dirigencia y a los funcionarios en medio de la guerra latente puertas adentro del Gobierno.
Según trascendió en las últimas horas, la mesa tendría dos representantes por el albertismo, por el kirchnerismo y el massismo. La idea sería la de asegurar la institucionalización del espectro oficialista, con el estilo del Frente Amplio de Uruguay. La moción habría sido del titular de la Cámara baja nacional, pero habría quedado cajoneada por la feroz tensión entre Alberto y Cristina.
En medio de estas negociaciones de armisticio, De Pedro se convirtió en una figura clave para el necesario consenso. En los últimos meses demostró tener la destreza diplomática a escala local como internacional. Un hecho que no pasó desapercibido fue la audiencia de más de hora y media que -bajo estricta reserva- tuvo el Papa Francisco con Wado, en contraste con la fallida reunión con Santiago Cafiero, así como con la negativa del Santo Padre a recibir a Alberto Fernández.
Intertanto, todos los demás exponentes que podrían integrar la mesa chica superior esgrimir críticas hacia un sector y otro. Sin embargo, «Wado» hasta pudo mostrarse a los abrazos con el propio Ministro de Economía, blanco predilecto del cristinismo. También tuvo la posibilidad de encabezar un acto acompañado de «Coqui» Capitanich, apuntado para ir por la Presidencia en detrimento del intento de Alberto para la «re».
Es el único que pudo mantenerse al margen de la reyerta oficialista, con una agilidad para maniobrar que lo ubicó en una poltrona de especial relevancia, tanto para Olivos como para el Instituto Patria.
NO SE METIÓ EN LA INTERNA
Resulta más que necesario recordar que Cristina ninguneó a Alberto en público y que el Presidente la cruzó desde Europa. A la vez, Máximo Kirchner cuestionó a Guzmán en varias oportunidades, al igual que otros exponentes del cristinismo. Y el Ministro de Economía no se quedó callado, colaborando para la «grieta oficialista».
Así se sucedieron diferentes hechos, como programados en una agenda, que evidenciaron la disputa latente entre el Jefe de Estado y la ex Presidente.
De a poco, en los últimos días, los guiños entre ambos sectores se fueron acumulando, como un ensayo de aplacamiento bélico. El viernes pasado, por ejemplo, Máximo agradeció al Presidente por «acompañar» la actualización del salario mínimo. El lunes, Gabriel Katopodis pidió que Cristina participara de las decisiones de Alberto. Y ese mismo día, Eduardo «Wado» de Pedro compartió un acto a los abrazos con Martín Guzmán y Gustavo Melella.
LO QUE VIENE
Con este escenario, resta por ver en qué quedará el pretendido acto de apoyo a Fernández, impulsado por el titular de la Uocra, Gerardo Martínez previsto para este viernes. Será en Esteban Echeverría y fueron invitados varios gobernadores, intendentes, legisladores y funcionarios de Balcarce 50, así como dirigentes del PJ y referentes de la CGT. Wado confirmó presencia.
Tanto las presencias como las ausencias dirán mucho en el mitin que podría marcar un antes y un después en la gestión de Alberto.
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