A once días de un hecho en el cual un niño de tres años fue atacado por dos pitbulls en el barrio Juan XXIII, la propietaria de los animales pudo dar su versión de lo ocurrido ese día. Lamentó lo que pasó, pero insistió en que los perros no son agresivos y que reaccionaron porque el pequeño ingresó a su vivienda, donde ellos estaban atados. También pidió ayuda porque sus vecinos y la familia de nene insisten en exigir el sacrificio de ambos animales.
«Todo fue un accidente, gracias a Dios no fue tan grave, pero igual fue muy feo lo que pasó. Y yo no sé qué hacer con mis perros porque los vecinos quieren que los haga desaparecer», dijo la mujer, de nombre Reina, a EL LIBERTADOR. También contó que antes de que ocurriera el ataque, el pequeño que fue mordido y otros niños estaban tirando cohetes.
«Ellos ya estaban alterados por los cohetes y cuando tiraron la pelota hacia mi terreno, mi hijo les iba a pasar, pero el nene vino corriendo y ahí lo mordieron», explicó e insistió: «Fue lamentable todo esto y ahora no sé cómo hacer para volver a tenerlos de vuelta en mi casa».
Reina contó que sus perros son un macho y una hembra, Biork y Akira, que son parte de su familia desde que ambos tenían 40 días de vida. «Yo los tenía como mis bebés, comían y dormían con nosotros, no son malos. Pero pasó esto y ahora los tuvimos que separar. A la hembra la tengo conmigo, y al macho en otro lugar donde se está enfermando de tristeza», relató.
AMENAZAS
La mujer también contó que desde que ocurrió el ataque, viven un calvario debido a la reacción de sus vecinos. «No quieren saber nada con mis perros, no los quieren escuchar. Cada tanto pasan y sacan fotos y me amenazan. Ya no sé qué hacer, no los queremos sacrificar, son parte de nuestra familia ¿Cómo pueden pedirnos algo así?», clamó.
Finalmente, respecto a lo que se difundió sobre el hecho, remarcó que no se contó la verdad. «Nosotros nos hicimos cargo desde un primer momento. Los llevamos al hospital, les conseguimos los remedios, todo lo que hizo falta. En ningún momento nos quisimos desligar del tema», dijo.
«Lo que no cuentan es que el nene tan chiquito estaba en la calle y que, gracias a Dios no sufrió heridas graves, pero fue una irresponsabilidad también de sus padres. A los dos o tres días le dieron el alta. Y cuando lo trajeron, a las horas ya estaba jugando otra vez en la calle», destacó y volvió marcar que es injusto que ahora le echen toda la culpa a los animales.
Sujetos de derecho
Tal como informó EL LIBERTADOR en su edición de ayer, la familia de los dos perros cuenta con el apoyo de ONG Conciencia Verde Corrientes y el asesoramiento del Instituto de Derecho Animal. Analía Gómez, abogada y proteccionista habló al respecto y sostuvo que no van a permitir que el sacrificio de los pitbulls se lleve a cabo.
«Es injusto que porque una persona salga a pedir en los medios, se condene a muerte a dos animales. Aunque hay mucha ignorancia sobre esto, se trata de seres sujetos de derechos. No lo vamos a permitir», dijo.
Gómez explicó que estos animales, cuyos derechos están amparados por la Ley 14.346, son parte de un nuevo concepto de familia. La denominada familia multiespecie que reconoce que la relación de las personas con seres de otras especies es un vínculo reconocido que se debe respetar.
También recordó que hay una mirada sesgada porque se trata de perros de una raza históricamente estigmatizada. «En este caso esto se nota aún más. La gente pide que se los mate y creen que solucionan el problema y no es así», había dicho.
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