Hoy se conoció el cuadro con el rostro de la beata argentina María Antonia de Paz y Figueroa, conocida popularmente como Mama Antula, que el próximo 11 de febrero será proclamada Santa.
En las últimas horas, el Vaticano descubrió por primera vez la imagen oficial de la primera santa argentina junto al altar mayor de la Basílica de San Pedro en Roma, donde se celebrará la Santa Misa en la que será canonizada. Allí quedará el cuadro con su rostro y, además, se escribirá su nombre en el libro de los Santos y Santas de la Iglesia Católica.
La canonización de Mama Antula por parte del Papa Francisco será la primera ceremonia de este estilo que se celebre en el interior de la Basílica de San Pedro, ya que la tradición marca que se realice en la Plaza San Pedro. Asimismo, compartirá con la Madre Teresa de Calcuta el hecho de ser los únicos santos en estar elevados a los altares en soledad.
El papa Francisco es fiel devoto de Antula. En sus años de arzobispo de la Ciudad solía nombrarla y tener presentes sus enseñanzas en las homilías y desde que asumió la titularidad de la Iglesia Católica pregonó para declararla beata, lo que sucedió el 27 de agosto de 2016, en Santiago del Estero.
HISTORIA DEL RETRATO
La imagen utilizada en la misa de canonización es una representación de la copia del cuadro pintado por José de Salas, quien nació en Madrid en 1735 y murió en Buenos Aires en 1809. Se educó en la Academia de San Fernando de Madrid y arribó al país en 1772. Era un artista de caballete academicista y había retratado a varios funcionarios del virreinato como los virreyes Nicolás del Campo y Pedro Melo.
Cuando María Antonia de Paz y Figueroa falleció el 7 de marzo de 1799, descubren que jamás ella había permitido que le realizaran un retrato. Ante el inminente sepelio, que se realizó la madrugada siguiente en el camposanto de la Piedad, fueron a buscar a José Salas. “La casa de ejercicios estaba ubicada muy lejos del casco céntrico: había que atravesar tres arroyos para llegar a la plaza de la Victoria (actual plaza de Mayo), los cuales, cuando llovía, eran imposibles de atravesar”, remarca Di Fazio.
Cuando llegó José de Salas, apenas pudo realizar unos esbozos del rostro. Se retiró, luego, a pintar el cuadro. La descripción la hace el integrante de la comisión histórica de la causa de Mama Antula:
“Él la ubica de pie, frente a la casa de ejercicios, envuelta en su manto negro el cual utiliza en forma de velo y vestida con un hábito negro y al cuello un velo blanco que lo cubre. El cuadro es un óleo cuyas dimensiones son 125 centímetros de alto por 90 centímetros de ancho, incluido el marco de madera. La paleta de colores aplicada se limita al ocre, rojo y negro. El cuerpo de la beata ocupa la mayor parte de la superficie pictórica. Su rostro destaca por la forma angular y por la mirada ensimismada mirando hacia la derecha. En su mano derecha sostiene una cruz alta y en la izquierda un libro abierto, detrás de ella se observa la puerta de ingreso a la casa de ejercicios”.
Debajo del cuadro, Salas escribió:
“Doña María Antonia de la Paz. Fundadora de esta Santa Casa. Nació en la ciudad de Santiago del Estero el año de 1730 y murió en esta Capital el día 7 de marzo de 1799. Este retrato es obra de Don José Salas, quien, por afecto a esta Señora, lo colocó graciosamente para perpetuar su memoria”.
El retrato fue colgado en la habitación donde falleció la santa. Siglos después será la imagen destacada de una misa presidida por el papa Francisco. “Dudo que en su vida don José de Salas habrá soñado que, basado en una obra suya, un lienzo fuera desplegado en la basílica de San Pedro del Vaticano”, consideró Gerardo Di Fazio, vicepostulador de Causas de canonización del Vaticano.