De un momento a otro, las frutas y otras cosas tenían olor a podrido. Lejos de ser algo pasajero, la sensación desagradable se mantiene varias semanas y no cambia. Esa es la condición con la que deben aprender a convivir algunos pacientes recuperados de Covid-19 tiene un nombre, se llama parosmia y es una afección olfativa cada vez más vinculada al coronavirus.
Fabián, un correntino que ahora padece de esta distorsión del sentido del olfato contó su experiencia a EL LIBERTADOR. Dijo que se había contagiado de Covid-19 hace unos meses y que en ese momento, lo primero que padeció fue la pérdida total del olfato. Pero no se imaginó lo que vendría después.
«Yo perdí el cien por cien del olfato cuando me enfermé. Más o menos al mes, lo recuperé, pero un mes y medio después, me empezó a pasar esto y sigo así desde entonces», dijo.
En sí, parosmia es un término médico utilizado fundamentalmente en otorrinolaringología y neurología para referirse a diversas distorsiones del sentido del olfato. Pero es un problema incómodo que afecta la calidad de vida de quienes lo padecen, porque torna desagradables a las situaciones que antes eran cotidianas.
«Lo que me pasa básicamente es que hay algunas cosas, algunos alimentos y productos de limpieza y de higiene personal que les siento un olor feo que antes no estaba. No sé si antes les sentía un olor distinto y eso ahora se convirtió en algo feo; o que, directamente, de la nada les siento olor feo», agregó Fabián.
MOLESTIA
El joven describió que, si bien no es con todas las cosas, percibe ese molesto aroma en frutas, algunas bebidas y elementos de higiene. «Ese olor aparece en las peras, en algunas manzanas, no en todas no sé por qué, en las naranjas, pero no en la cáscara sino en la pulpa, y en la parte interna de la cáscara de las bananas. También en el jabón blanco neutro, la pasta de dientes y en algunas cervezas».
Cuando describió la sensación, intentó ser lo más fiel posible: «Es como un olor a fruta fea, descompuesta. Pero no es igual a algo que haya sentido antes. Es un olor nuevo que no recuerdo haber sentido antes».
INCERTIDUMBRE
De momento, es poco lo que se sabe sobre esta afección y su relación con el coronavirus. Se la considera uno de los síntomas poscovid o covid largo, pero son escasas las conclusiones, ya que se trata de algo que despertó la atención de la comunidad científica, recién tras las llegada de la pandemia.
«El sentido del olfato es importante. Es lo que te ayuda a disfrutar de la comida y a percibir el peligro, como en el caso del humo. Está relacionado con nuestros recuerdos, como el olor del perfume de tu madre o de tu abuela. Dependiendo de la gravedad, esta afección puede ser desde una molestia hasta un síntoma frustrante e inductor de ansiedad», dijo el doctor Richard Orlandi, médico otorrinolaringólogo y profesor del Departamento de Cirugía de la Universidad de Utah, en la web oficial de esa institución.
Por la poca información que se tiene, según el sitio mencionado, se cree que la mayoría de las personas que experimentan este síntoma también perdieron del gusto y del olfato mientras estaban enfermas, tal cómo le ocurrió al joven correntino. Pero hasta el momento, todas son aproximaciones.
Para más, tampoco se puede anticipar todavía el tiempo que cada paciente deberá tolerar esta molestia. Algunos estudios sugieren seis meses, otros, un promedio de tres. Lo cierto es que quienes lo padecen deben armarse de mucha paciencia.
Cuando todo se vuelve desagradable
En el caso del correntino, prima la sensación desagradable del aroma de una fruta podrida. Pero otras personas que padecen de parosmia también decriben los olores como aguas residuales, huevos podridos, medias con moho y otros. Así lo reveló un estudio liderado por Rasheed Ali Rashid, del departamento de Medicina de la Universidad Tikrit (Iraq), que analizó esta secuela del Covid-19 en 268 pacientes, adultos y jóvenes, que la padecían.
En promedio, los sujetos partícipes de la investigación percibieron malos olores durante tres meses y vieron afectada su cotidianidad.
«Se consideró alterada la calidad de vida si el paciente refirió disminución del apetito o del peso corporal o cambio de humor», registraron los especialistas a cargo del trabajo.
Una consulta que puede ayudar
Si bien, no hay un tratamiento específico para la parosmia poscovid, la consulta a un especialista en otorrinolaringología puede ser de mucha ayuda. Casos como el de Fabián, pueden servir de ejemplo para aquellas personas que pueden encontrarse padeciendo esta afección sin saber de qué se trata.
Los profesionales de medicina recomiendan que los sujetos perciban perfumes, eucalipto y otra serie de olores fuertes «para volver a entrenar al cerebro a ‘recordar’ cómo oler».
No hay una certeza del tiempo que demande la recuperación de un paciente, pero la suma de experiencias puede ser de utilidad para recabar más datos sobre esta condición que, de un día a otro, se volvió tema de agenda, con la irrupción del coronavirus en todo el mundo.
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