Luego de no poder realizarse en 2021 a causa de la pandemia, la Fiesta Nacional del Chamamé volvió con todo este 2022. Con nueve noches cargadas de emoción, se vivió un festival marcado principalmente por los protocolos de prevención de Covid-19.
Más allá de eso, se dieron varias situaciones polémicas que marcaron la fiesta. En primer lugar, el aforo. Días antes de la realización de la primera noche, el Instituto de Cultura confirmó que el aforo del anfiteatro para todas las lunas chamameceras sería del 50 por ciento, un total de 7.500 personas. Sin embargo, y sobre todo en la última noche, se pudo observar claramente un lleno total en el Cocomarola. Más allá de eso, desde el Gobierno provincial declararon que cada noche, como máximo, hubo presentes 7.500 personas.
En segundo lugar, el uso de barbijos: el Gobierno provincial anunció la obligatoriedad del uso de barbijo en el anfiteatro. Pero, en el lugar, se pudo ver bastantes personas circulando sin el mismo dentro del anfiteatro. Desde la seguridad de la Fiesta comentaron que había bastante malestar de los asistentes por esta disposición.
Finalmente, la manifestación en el último día de la Fiesta. Ayer, domingo 23, se hicieron presente más de un centenar de personas en las afueras del anfiteatro Cocomarola para reclamar por diversas situaciones. Por un lado, agrupaciones ambientalistas en reclamo de respuestas ante la situación de los incendios en todo el territorio provincial. Por otro lado, grupos de vecinos de barrios La Tosquera y Rio Paraná que se manifestaban por problemas en el servicio de energía eléctrica y agua en sus respectivos hogares. Para evitar que la situación pase a mayores, se dispuso un fuerte operativo policial.