Fuentes Renovables de Energía SA (Fresa) es la primera central energética por biomasa forestal de la provincia y la más grande el país. Su potencia nominal es de 40 megavatios (MW) y como se consume de la energía generada en la misma para el proceso de combustión, son 36 MW los que efectivamente nutren las líneas de Transnea para ser distribuidos, llegando a representar el 10 por ciento del consumo provincial.
A partir de 2024, con la puesta en funcionamiento de la Central Térmica San Alonso, que se está construyendo a unos pocos metros dentro del mismo predio, se aportará 37 MW con una potencia nominal del mismo valor anterior.
En una visita realizada a las instalaciones de Fresa, durante un recorrido organizado por el Ministerio de Turismo, tal como se comentó en una edición anterior sobre el «tour de industrias» en la costa del río Uruguay, EL LIBERTADOR indagó sobre el impacto en el empleo local con la instalación de dos centrales.
Al respecto, el gerente general Luciano Baroni contó que hay 91 empleados distribuidos entre ambas centrales y muchos de los procesos son automatizados o plausibles de serlo. Se utiliza también inteligencia artificial para poder optimizar el manejo de las dos centrales térmicas. De todas maneras, aclaró que «siempre se van a requerir perfiles técnicos, como ingenieros, técnicos mecánicos o técnicos electricistas».
Además, tienen una política fuerte de capacitación interna del personal contratado, en su mayoría, locales.
«Sí vos ponés un aviso en Linkedin o en Job Posting, bajo la forma que vos quieras, de un técnico operador en turbo generador, en la zona no lo vas a conseguir. Es un perfil que no hay. Entonces, tenés que buscar la persona con el perfil más adecuado, que tenga las habilidades y el potencial, como para poder enseñarle y que en un período de tiempo, pueda hacer ese trabajo», explicó.
gerente general Luciano Baroni; y Adriana Steckler, jefe de Masso y Relaciones Institucionales.
ARTICULACIÓN
Desde el área de Recursos Humanos de la firma, se está trabajando en la articulación con instituciones de formación locales, a fin de potenciar perfiles y formaciones específicas. «Lo que queremos es generar un impacto social positivo a nivel educativo y nuestra idea es aprovechar la construcción de la central nueva para poder llevar adelante ese proyecto», puntualizó Baroni.
«Para cualquier empresa tener personas calificadas de otros lugares siempre es caro y riesgoso. Es caro porque tiene un costo logística de mudanza. Y riesgoso porque nada te garantiza que a los tres meses no te diga que se va porque no se halla. La apuesta principal del proyecto pasa por desarrollar los talentos locales, los talentos regionales», afirmó.
CAPACITACIÓN INTERNA
Al ser consultados sobre la migración de los talentos capacitados a otras industrias con una mejor oferta económica o en moneda extranjera, el responsable de Recursos Humanos, Atilio Amerio sostuvo que «peor es no formar y que se quede».
«Preferimos apostar siempre a la capacitación, al desarrollo y a fidelizar. A mí no me gusta la palabra ‘retener’, que es como retenerla contra su voluntad. La palabra correcta es ‘fidelizar’, que esa persona elija quedarse», explicó Amerio.
Sin embargo, comentó que las veces que les sucedió con talentos que emigraron a Estados Unidos o Europa, hubo frustración y alegría a partes iguales.
«El mercado laboral se rige por la oferta y demanda como todos los mercados. Hay personas que se fueron a trabajar al exterior, pero no le podés cortar el desarrollo a esa persona, porque se va por una propuesta mucho mejor», señaló.
«Te sentís frustrado porque se va una persona clave y tenés que comenzar el proceso para formar a su reemplazo, y te alegra porque están robando jugadores de primera división, o sea, equipos que juegan muy alto. Entonces, decís: no estamos haciendo las cosas mal», celebró.
HISTORIA DE UN VIRASOREÑO
Juan Ángel Villalba nació en Virasoro, es ingeniero forestal desde hace quince años y volvió a la ciudad por cuestiones personales hace dos meses luego de trabajar en Entre Ríos. Fue contratado para trabajar en Fresa y comentó a EL LIBERTADOR que «la forestoindustria es una gran oportunidad para la provincia de Corrientes».
«Tenemos suelos aptos para la forestación que genera un gran número de empleos por hectárea y atrae a más industrias. En este caso, que generamos bioenergía lo que estamos utilizando es el subproducto de la industrialización y vamos cerrando el ciclo de optimizar el uso del árbol al cien por cien», explicó.
Como virasoreño e ingeniero forestal, aseguró que «es un granito el poder estar trabajando en un proyecto que es sustentable».
«Estamos aprovechando lo que antes se tiraba, quemaba o generaba molestias en los alrededores de la ciudad. Es un una gran en evolución en la industria y ojalá sigan viniendo más proyectos así», sostuvo.
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