Disruptiva, histórica y necesaria. Así se podría describir a la aparición de EL LIBERTADOR en la escena correntina. Ocurrió hace 25 años, el 2 de abril de 1998. Cuando la voz del poder era única, sin oposiciones ni un sistema de medios forjado para pluralizar las voces. Fue allí cuando se instaló este medio. Fue allí cuando se marcó un antes y un después en la vida de los correntinos.
Fue, quizás, la más clara demostración de que un medio puede nacer, crecer y desarrollarse sin depender de la pauta oficial y, aun sin ella o limitada por largos periodos, en la medida en que tiene el reconocimiento del público lector que pondera la objetividad y el pluralismo.
En este contexto, no debe extrañar -por aquello de la necesidad de construir sobre los ejemplos- que durante el Gobierno de la coalición de 1999 tampoco EL LIBERTADOR haya recibido un peso del erario público provincial.
Desde su origen se encargó de correr el velo de un poder avasallante y arraigado que hacía tiempo se había olvidado de la gente. Lo expuso y lo combatió, sin claudicar. Fue sin más armas que la verdad. Una labor que demandó sus esfuerzos y sus riesgos asumidos por su cara visible con el temple propio de quienes son conscientes de su responsabilidad ante la historia.
Esta osada empresa fue encarada por su propietario, José Rodolfo Martínez Llano, un dirigente político, empresario agropecuario, abogado y periodista punzante que, en medio del malestar social de la época, ofreció a la ciudadanía la posibilidad de corroborar la coyuntura en hechos. Para hacerlo, se nutrió de un equipo de periodistas que, con profesionalismo, vocación y convicción se ocupó de ofrecer una particular forma de contar la actualidad.
En breve, EL LIBERTADOR sentó sus bases como una marca registrada, un lugar dónde observar, un espacio dónde analizar la realidad provincial y discutirla. Investigando, generando debate, fundamentando, compartiendo, interactuando. De eso se trató siempre el quehacer informativo, impronta que aún se mantiene como axioma interno de la redacción. De otra manera, alejados de la realidad, no se hubiera podido avanzar sobre las cuestiones que realmente aquejan a una sociedad.
Hace 25 años apareció un medio informativo que se ofreció a toda la provincia, siendo el de mayor llegada territorial. Mostrando lo que ocurre en cada rincón del Taragüí, sin predilecciones políticas ni cuantitativas.
El contexto en el que se propuso esta manera de acercarse a la gente fue complicado, con un gobierno destituido por el sistema de contrapesos del Estado, intervenciones federales y un sinfín de reclamos sociales que habían convertido a Corrientes en un hervidero. Incluso así, se continuó con el compromiso asumido, fortaleciendo las formas de disponer de información veraz, capaz de ser utilizada como prueba hasta en los estrados judiciales.
El trabajo no se amilanó, a pesar de las presiones, de las críticas y demás achaques que se lanzaron para esmerilar un producto que rápido se convirtió en un clásico de los hogares, de las radios y, tiempo después, de los portales.
Hoy, 25 años después, los desafíos son otros. A la ya clásica acuciante coyuntura del país, sobre la que hay que informar, se le agregó la arremetida tecnológica, el mundo virtual. Con ello se acrecentaron los riesgos de lo inverosímil, representados por las fake news. También se sumaron la ansiedad de los públicos, la vorágine informativa y el sinfín de plataformas para la circulación de la noticia.
Frente a todo ello, EL LIBERTADOR sigue marcando la diferencia. En sus Bodas de Plata puede mostrarse vigente, impregnado en la correntinidad como un medio confiable. Abastecido de un plantel de periodistas, reporteros gráficos, armadores, correctoras, y todos los demás colaboradores que están comprometidos con la verdad, preparados como pocos en la región para afrontar las exigencias.
Las redes sociales, la web y el papel se combinan de una manera virtuosa que viene dando sus frutos. Reconocido recientemente por la Asociación de Entidades Periodísticas Argentina (Adepa), así como por el Foro de Periodismo Argentino (Fopea), los productos periodísticos desarrollados para la multiplataforma son aceptados por las diferentes audiencias latentes.
La proyección nacional del medio, anticipando muchas veces noticias de alto impacto, contribuyeron junto a la trabajosa tarea cumplida por Juan Carlos Fernández Llano a lograr el reconocimiento de los medios de todo el país nucleados en Adepa que, mediante el voto en Asamblea, designaron al representante de EL LIBERTADOR en la Junta de Directores de la entidad madre del periodismo nacional, dentro de los primeros nueve cargos de su conducción.
No es un hecho menor que, en tiempos de una severa crisis de los medios gráficos de todo el país, la empresa editorial no tenga un solo juicio laboral en ninguna de las tres provincias en que tiene medios y el hecho de que se halle al día en el pago de aportes, obra social de sus empleados, así como que no registre deudas de ninguna naturaleza y esté al día con todas sus obligaciones impositivas.
Este reconocimiento no sólo habla bien del trabajo que realizamos. También destaca a nuestros lectores, a nuestros seguidores, porque pasan a ser parte de un público que busca veracidad, profesionalismo y compromiso a la hora de entender la actualidad. Una combinación de valores que está asegurada con este equipo de trabajadores que torna posible que Corrientes tenga al verdadero «Diario de Todos».
Sí, 25 años después seguimos acá, sumando el ímpetu de nuestros héroes que lucharon en Malvinas, gesta coincidente con la fecha de nuestro aniversario, con la promesa de sostenernos como estandartes de la información y de las emociones del pueblo, con la impronta corajuda como la que cultivó en estas tierras nuestro Padre de la Patria y leitmotiv de este lugar, el General San Martín.
Luego de EL LIBERTADOR, salió a la luz La Voz del Chaco -en 1999- y Formosa en 2000, diarios que el año venidero y el que le sigue cumplirán también 25 años de vida.
Por Jaime Meza.
Jefe de Redacción.
Coordinador multiplataforma.
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