El último paso fue a lo grande para el seleccionado argentino, que se ayer se consagró campeón invicto de la primera Eurocopa de fútbol sala de Talla Baja, luego de derrotar en la final jugada en Murcia, al local, España, 11 a 2.
La fiesta fue completa para la «albiceleste», que como se sabe tiene en su plantel a los correntinos Facundo Rojas y Sergio Rolón, quienes se dieron el gusto de dejar su marca en la finalísima, anotando un gol cada uno.
El representativo nacional, que jugó el certamen en calidad de invitado luego de ser campeón de la última edición de la Copa América en Perú, tuvo un torneo arrasador, que se inició con una goleada por 6 a 0 sobre España en el debut. Luego, le asestó un contundente 5 a 0 a Alemania, con lo cual terminó primero en el grupo B y accedió a las semifinales.
En dicha instancia, el rival volvió a ser Alemania, que se vio superado por los argentinos, vencedores por 9 a 1. En tanto que en la restante semi, España había derrotado 10 a 4 a Reino Unido.
El moño perfecto llegó con otra actuación de alto vuelo en la definición, ante una España que, con el aliento de su público llegaba con sed de revancha, pero que se rindió a los pies de la superioridad argentina.
Tanto asombraron los gigantes que se coronaron campeones que hasta los propios ingleses y alemanes alentaban al son de «¡Argentina, Argentina!».
El plantel argentino lo conformaron: Joaquín Baronio y Cristian Soto Geoffroy (arqueros) Facundo Rojas, Eduardo Cervantes, Sergio Rolón, Catriel Brassesco, Gonzalo Broggi, Franco Chazarreta, Daniel Sierra, Ángel Ielpo, Marcelo Ayala, Pablo Antúnez, Jonathan Álvarez, Eduardo Barrionuevo y Emanuel Corbalán, y la delegación se completó con Mariano Rojas (entrenador), Víctor Bojorque (ayudante técnico), Joaquín Suárez (preparador físico), Cristian Sarmiento (kinesiólogo), Bárbara Corbalán (utilera) y Karen Franco (prensa).
En esta competencia, también tomó parte en carácter de invitada el seleccionado de Egipto, campeón de África.
Esta selección es un proyecto que lleva años gestándose en Corrientes y extendiéndose luego a toda la Argentina. De la mano (y los pies) de Facundo Rojas los Pulga y Pelusa fueron tomando forma y contenido. Jugar a la pelota, pero cambiar la mirada, un objetivo no menor y que a veces pocos entienden, un proyecto de vida personal y colectivo, porque allí en donde todos somos cada uno puede encontrar su lugar.
Pero el campeonato que busca sellar un ganador, un protagonista efímero que levante una copa eterna mira mucho más allá y piensa en cambiar las miradas. «Fue una hermosa fiesta de la inclusión, hermandad y respeto hacia la Argentina», confiaron desde el seno de la selección.
El juego que desplegó Argentina desde el inicio del campeonato sorprendió a ajenos, aunque no a los propios chicos que repitieron la performance que desarrollaron en Perú donde se consagraron campeones de la Copa América frente al rival que les arrebató de las manos el primer torneo organizado en la Argentina.
UN GESTO QUE
CONMUEVE
Y HERMANA
Durante todo el torneo la caballerosidad estuvo presente y fue mucho más que fútbol. Tanto así, que el propio Papa Francisco invitó a los integrantes del combinado argentino a visitar su residencia.
Pero como de hermanar se trata, los argentinos extendieron la invitación a los otros países, sin mezquindades y con este mensaje: «Porqué sólo nosotros visitaríamos al Papa si el proyecto es de todos». De esta manera, se compartió la invitación a referentes de cada selección y salvo Marruecos, Egipto e Irak, podrán asistir todos a la casa del Santo Padre.
Argentina no vuelve con las manos vacías, pero tampoco con el corazón descansado. Vuelve con el pecho inflado y agigantando la figura de un proyecto que es de uno y es de todos, que busca cambiar las miradas e incrementar la cantidad de personas que participan. Tanto así que se sumaron federaciones como la de Estados Unidos y Colombia, por primera vez, a la reunión que se llevó a cabo de la Federación Internacional de Fútbol de Talla Baja (Fiftb) que preside el correntino Facundo Rojas.
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