El Gobernador alista algunos enroques, dos o tres salidas y nuevas caras representativas de su impronta de gestión. Desde el entorno del mandatario correntino reconocieron a EL LIBERTADOR que, prácticamente, ya tiene todo definido para su nueva mesa chica que comenzará a funcionar el 10 de diciembre. Aseguraron que, en esta conformación, es clave el mantenimiento del equilibro entre ricardistas, «monistas» y valdesistas.
02-POLITICA-1ué va a hacer Valdés, con su Gabinete? Eso sólo lo sabe Valdés. Quien crea que alguien influye en él, no conoce a Gustavo, pero ni un poquito», manifestó a EL LIBERTADOR una alta fuente de la Casa de Gobierno, cercana al reelecto Gobernador.
«Ni siquiera los ministros de ‘paladar negro’, Claudio Polich, Adán Gaya, Juan José López Desimoni, Horacio Ortega o Claudio Anselmo, tienen certezas de si serán ratificados en sus puestos», reconoció quien integra el círculo allegado del mandatario provincial.
De esta manera, casi sin quererlo, evidenció un detalle crucial en cuanto al Gobierno de los radicales y aliados. Reveló una especie de pertenencia interna que cada ministro tiene.
Así, se pueden trazar tres vertientes que conforman el Gabinete. Los históricos ricardistas, los siempre presentes «monistas» (del riñón de Vignolo, también conocidos como la Cooperativa Universitaria) y los encumbrados valdesistas.
Estos tres sectores conviven, a veces a regañadientes, para sostener el poder vernáculo. Una alquimia que lleva años, con un trabajo tras bambalinas de los referentes no sólo del radicalismo, sino también de los líderes de las demás fuerzas que integran ECO. Decenas de escaramuzas se sucedieron a la fecha, logrando un funcionamiento que demanda manu militari. Y con las modificaciones que alista Valdés, hay promesa de discusiones, resentimientos y heridas difíciles de cicatrizar. Lo que demandará un trabajo artesanal que permita sostener el ímpetu dentro de la tropa.
TODOS EN EL
BOLILLERO
Entonces, de cara a la segunda gestión, el ituzaingueño planea remover algunos funcionarios, sin tener aún la certeza si -a quienes les toque salir de las oficinas principales de las carteras ministeriales- ocuparán otros espacios. Están todos bajo examen, ministros, secretarios, subsecretarios y directores. «Todos están en el bolillero para cambio», aseveró la fuente consultada.
En los ministerios, las especulaciones en base a información calificada y otras más de corte especulativo, con olfato político de los viejos empleados, aparecen señales que podrían indicar que algunos ministros seguirán y otros podrían despedirse de su actual labor en la gestión pública.
«Hay un dicho que viene desde que Gustavo es concejal y da cuenta que: Valdés no echa a nadie», remarcó una persona que conoce al Mandatario desde su paso por el Deliberante capitalino.
No obstante, estar a la altura de las exigencias del Gobernador, no es tarea fácil para algunos miembros del Gabinete. «La dinámica que le ha imprimido a su gestión no dio lugar al ‘chamuyo’; los objetivos trazados no se alcanzarían si sus generales no estuvieran enfocados en un trabajo sostenido, con criterio claro, empeño y olfato político», añadió.
Es oportuno recordar que, desde su asunción en 2017, Valdés aplicó una sistemática revisión de gestión que comenzó con las citas a todos los ministros en el salón Amarillo de Casa de Gobierno. A veces, en el Azul. Cuando eran convocados a este último reducto, sabían que era para aplicar algunos retos. Se convirtió en una costumbre que, en dichos convites, las puertas permanecieran cerradas, dejando a la prensa observar a algunos funcionarios saliendo con sus semblantes de preocupación, lo que revelaba el tirón de orejas previo del mandamás de la Provincia.
Quienes no le respondieron de inmediato, o intentaron sacar pecho con su pertenencia a una de las 3 vertientes mencionadas, tuvieron una salida anticipada decorosa. Algunos fueron como legisladores, otros a cargos de tercer orden en coquetas oficinas.
Así se fue manejando el Gobernador, sacándose a los que no engancharon su sintonía, evitando provocar malestares generales, compensando las remociones con oportunidades para nuevas figuras, entre otras acciones estratégicas capaces de sostener el fino equilibro interno de la alianza.
Uno de los detalles que más énfasis puso para evaluar a sus funcionarios tuvo que ver con la «modernización del Estado». Es, quizá, el eje bisagra que arrincona a los cortesanos de Valdés que «peinan canas», y están hace tiempo en las poltronas del poder.
El hecho de tener que reconvertirse se tornó inevitable en los nuevos tiempos de la política y la gestión, con una juventud que pide pista para traer las innovaciones negadas durante tantos años a la Provincia.
RUMORES
En los pasillos de la Casa Rosada correntina, las especulaciones están a la orden del día. Las conversaciones puertas adentro de cada ministerio se suceden a diario, buscando dilucidar cómo será la movida de ajedrez que se desarrollará a la hora de amar el gabinete que acompañará «al Valdés» versión segundo mandato, capitaneando los destinos de Corrientes.
Los allegados reconocen que los ajustes y cambios son una señal de salud para el estilo de gobernar del Jefe del Estado provincial. Sobre todo, en las segundas líneas del gobierno, donde podrían darse la mayoría de los cambios, teniendo en cuenta que algunos funcionarios desembarcan en la Legislatura provincial.
Además, «hay varias subsecretarías que necesitan un ‘refresh’, que vienen desde las gestiones del ex gobernador Ricardo Colombi, y que no habrían podido reconvertirse a la dinámica que exige Valdés a sus funcionarios», señaló la fuente cercana al Gobernador. «También están quienes no cumplieron con las expectativas, y que cesarán en el cargo al finalizar el primer mandato del otrora Ministro de Gobierno y Justicia, como verdadero hombre fuerte de la política correntina», añadió.
Uno de los trascendidos que más fuerza cobró en los últimos días fue que uno de los anotados para salir de la «casa del Gran Hermano correntino» sería el Ministro de Seguridad. Varios vaivenes no sólo relacionados con la pandemia, sino con cuestiones latentes en el Interior que nunca pudieron subsanarse colaboraron para que esté con luz roja.
Otro de los que se alejaría de la mesa chica de Valdés sería el titular de Justicia. Y completaría la «sangría» ministerial el responsable de Industria.
En estos dos últimos casos, la motivación tendría (además del desempeño de gestión) condimentos estrictamente políticos. En uno de los casos, una interna feroz del Ministro con su líder partidario, lo que habría colaborado para que el mandatario correntino definiera. El otro, por los roces constantes entre el radicalismo y la fuerza que representa el por ahora funcionario. Estos cruces hasta tienen replicación nacional, en lo que se convirtió en una guerra fría entre los de Alem y los macristas.
«Valdesistas»
En el Gobierno señalaron que Raúl Schiavi «está en capilla». El Ministro de Industria «no ha cumplido con las expectativas del cargo como tampoco estuvo a la altura de la circunstancia. Ni actualmente, ni mientras el macrismo gobernó el país», aseveró una persona allegada al Gobernador. El objetivo de Valdés de industrializar la provincia, «le quedó lejos», y muchas de sus funciones fueron absorbidas por otros funcionarios de la primera línea ante su falta de resolución. «Sumado a que perdió su jerarquía dentro del PRO Corrientes, su permanencia en el Gabinete es en principio poco probable. Figuras como Sofía Brambilla se quedaron con el manejo del partido, y su alejamiento de las filas amarillas no le sumó puntos a Schiavi con el Gobernador», agregó la fuente consultada.
De los ministros puestos por Valdés, Claudio Polich parece el más firme en seguir en su puesto. Le reconocen versatilidad para concretar las obras públicas que el Gobernador fijó como así también las metas de su primer gobierno. Si bien llegó ya iniciada la gestión, ha logrado dejar su sello tanto en lo político como en la gestión. Además, fue una herramienta fundamental que contribuyó a la reelección de Eduardo Tassano en Capital. El proceso de pavimentación de calles realizado por la Provincia fue clave, para dejarlo sin chances al ex socio Gustavo Canteros y sus tropas «proyectistas», que osaron emprender una disputa por la Capital poniéndose como oponentes del frente gobernante.
Otro de los que consideran que no desentonó con la misión encomendada fue el ex intendente de Yapeyú y ex legislador provincial, Adán Gaya. Desde el Ministerio de Desarrollo Social pudo sobrellevar las distintas vicisitudes que fueron producto de la pandemia, donde muchos correntinos necesitaron de la contención del Estado, ante los avatares económicos, como así también las personas que fueron víctimas de la enfermedad. Es uno de los políticos más respetados del equipo por el gobernador Valdés. Fue uno de los responsables de la performance electoral en la región de la tierra colorada, donde gravita políticamente, inclusive en tierras donde el oficialismo provincial no es gobierno.
Si bien López Desimoni no ha tenido mayores sobresaltos en el manejo de la seguridad durante los últimos dos años, donde la pandemia jugó un rol determinante para que los hechos delictivos desciendan drásticamente, en el entorno de Valdés ponen foco en las internas dentro de la «Cúpula Policial» de Corrientes, lo que jaquea su gestión debido a que «lo vacía de poder y, peligrosamente, atenta contra la cadena de mando», concepto fundamental para continuar al frente del manejo de la fuerza. El Gobernador lo conoce muy bien, ya que su debut en el Ejecutivo provincial como político de alto vuelo, allá por el 2009, fue justamente en la cartera que manejaba la Policía. López Desimoni es reconocido como uno de los «amigos personales» del mandatario, que integra el «círculo rojo», ya que caminan juntos desde tiempos que ambos eran concejales de la Capital, y entre sus esposas guardan una profunda relación de amistad.
Horacio Ortega es otro de los ministros valdesistas de «paladar negro». Su alta capacidad técnica lo destaca y, ello, ha logrado que exista un equilibrio en el Gabinete provincial, siendo el encargado de comunicar y ocuparse de los temas importantes y sensibles para el Gobierno con resultados positivos. La llegada del Carlos «Mono» Vignolo, sin dudas fue un suplemento más que positivo. Varios de los ejes planteados en la gestión Valdés han recaído en el ámbito del Ministerio de Coordinación y Planificación, los cuales se han planteado como plataforma de gobierno. Ortega es un nombre que suena para dejar la Jefatura de Gabinete para ir a Seguridad. Cartera que ya ocupó en la gestión de Ricardo Colombi y demostró tener oficio para el manejo de la tropa, contentando al personal muchas veces enfrentando a la jefatura y alineándola.
Claudio Anselmo, quizá es el ministro de perfil más bajo, desde que asumió no ha llegado a posicionarse como un hombre trascendental del andamiaje «valdesista», por lo menos puertas afuera. No obstante, tiene una alta consideración puertas adentro del gobierno por sus contactos con el sector de la yerba mate, una de las joyas productivas de la provincia. Asimismo, el hecho de que su secretario de Agricultura y Ganadería, Norberto «el Pájaro» Mórtola, sea uno de los hombres de mayor confianza de Valdés, lo apuntala bastante en su función, más allá de su reconocida trayectoria en ámbito privado, y conocimiento técnico profundo en el sector yerbatero. Todo indicaría que, durante el segundo período de Valdés, su trabajo será fundamental para el proyecto de provincia sobre el que pivotea el mandatario provincial.
«Monistas»
Carlos Vignolo, es un peso pesado dentro de actual esquema, dirige las riendas de una de las vertientes radicales que manejan los ministerios. «No hay dudas de que seguirá; el manejo que hizo durante la pandemia volvió a mostrarlo como un funcionario eficiente, con visión y la experiencia necesaria, que le permite sacar lo mejor de las adversidades. Junto a Ortega le dieron una impronta futurista a la gestión Valdés, que con el Plan Corrientes 2030, se ve plasmado», destacan en Gobierno.
Sobre Marcelo Rivas Piacentini, en la Rosada correntina opinan que ha llevado de la mejor manera las arcas de la Provincia. Con él Valdés no tuvo que preocuparse con las finanzas de Estado, y logró aplacar cualquier reclamo salarial por parte de la plantilla de empleados públicos.
Orlando Macció es otro de los seguros. Junto a Vignolo representan el reaseguro de que Valdés no tendrá internas dentro de la Unión Cívica Radical local y que reinará la paz puertas adentro del Gobierno. No obstante, Macció será clave en los próximos años para avanzar con el proceso tecnológico que sueña el Gobernador. Su área se presenta como clave para lo que viene. El peso específico del «grupo Universidad», le da plafón a los ejes que plantea el ituzaingueño para su gobierno.
«Ricardistas»
«Susana Benítez tiene logros suficientes para seguir al frente de Educación», aseguraron desde el patio de Casa de Gobierno. También le destacan el consenso docente, sin sobresaltos en una cartera que siempre suele ser un polvorín. Los gremios tienen buena sintonía con la Ministra.
Ricardo Cardozo fue el piloto de tormenta de Valdés en un período histórico en cuanto al manejo de la pandemia en un área clave: la salud. Más allá de la polémica generada respecto al siniestro vial que protagonizó, donde llevaba vacunas anti Covid-19, lo cual fue utilizado por la oposición para sacar rédito político, el Gobernador «lo considera un muy buen Ministro, que conoce el territorio y los actores como nadie». Se convirtió en un eje fundamental de gestión, con logros que están a la vista. Su salida sería para más adelante, y por la puerta grande.
«Peruchista»
En tanto en el Ministerio de Justicia, la continuidad de Buenaventura Duarte dependerá de su ratificación en el hormiguero de Encuentro Liberal. «Primero, debe pedir la bendición puertas adentro del presidente de su partido, Pedro Cassani, para que su nombre sea elevado al Gobernador para permanecer en el cargo», aseveraron a este medio desde el entorno de Valdés. Advirtieron que la relación entre el funcionario provincial y el titular de la Cámara baja se habría tensado por cierto desconocimiento del ex Fiscal al líder goyano. «Será cuestión de esperar si Valdés pide por él», añadieron.
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