El investigador del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Sebastian Lagrange, dialogó con Radio UNNE 99.7 Mhz sobre las diferentes terminaciones utilizadas en producción de carne en el país, sus beneficios y contras para el medio ambiente.
El INTA apuesta la producción de carne a pasto mediante diferentes proyectos ejecutados junto a productores de la Provincia de Buenos Aires. Se trata del sistema de engorde más beneficioso, no solamente para la terminación de la carne, sino también menos nocivo en cuanto a emisión de gases de efecto invernadero.
El especialista contó que “el INTA hace un tiempo está con un proyecto de producción de carne en sistemas pastoriles, para ello acompaña a una red de productores con el objetivo de llegar al consumidor con un corte de un animal exclusivamente terminado en un sistema pastoril”.
“Esto tiene muchos beneficios ambientales, ya que ayuda a mitigar el cambio climático debido al secuestro de carbono por parte de los pastizales, reduciendo las cantidad de metano y por otro lado dando al consumidor carne con un perfil de ácidos grasos beneficioso para la salud humana”, explicó.
EN CAMPO
Lagrange comentó que los estudios que evidencian estos resultados se dieron en el sudoeste de la Provincia de Buenos Aires, cerca de Bahía Blanca, una zona ganadera y semiárida donde el régimen de precipitaciones es de alrededor de 600 milímetros, en la que se apunta a producir carne saludable y amigable con el medio ambiente.
“Buscamos que el consumidor pueda elegir si desea consumir una carne terminada a pasto o corral que hoy no la tiene. Hoy el 50% de los animales son terminados a corral, a base de granos, maíz. El cincuenta restando es repartido entre animales suplementados en la terminación, que reciben algún tipo de granos, y los que son exclusivamente alimentados a pasto, dependiendo de cada zona. En cualquier caso, la terminación a pasto es un porcentaje menor frente a la predominancia de los terminados a granos”, detalló.
BENEFICIOS
Frente a este contexto, el especialista explicó las virtudes que aporta la producción a pasto. “Yendo a los extremos, comparando animales exclusivamente terminados a pasto versus 100% en corral o a granos, podemos decir que son productos totalmente diferentes. La carne terminada en base a pasto generalmente tiene ácidos grasos saludables como el Omega 3 en una concentración mucho más alta frente a los terminados a corral”, contó.
“Por otro lado, los ácidos grasos saturados son mucho más altos en la carne terminada a granos que a pasto y la grasa tiende a ser más amarilla por las vitaminas que provienen de los pastos. En cambio, la grasa blanca proviene de sistemas de engorde a corral y uno tiende a elegir esas carnes creyendo que es un animal joven y carne en buen estado y en general no es así”, explicó.
En este sentido, Lagrange se refirió también a las emisiones de gases producidas por la ganadería, un tema en boga a nivel mundial, explicando que “el metano es emitido por todos los rumiantes por su proceso digestivo independientemente del sistema de engorde. De hecho, como los granos son más rápidamente digeridos, emiten menos metano por kilo consumido”.
Y aclaró que “la diferencia está que en un sistema pastoril, esos pastos captan el carbono que está en el aire, entonces el metano que emiten los animales luego de descompuesto se convierte en dióxido de carbono que es captado por los pastos, incrementando el nivel de carbono orgánico en el suelo. O sea que los animales no incrementan el nivel de metano atmosférico”.
Por otro lado, detalló que “en el caso del corral, al no haber pasto para captar ese carbono que emiten los animales, el metano va como emisiones de metano y no tiene la posibilidad de ser capturado por los pastizales”. Pese a esta descripción de los pros y contras de la alimentación a granos y pasturas, Lagrange cerró explicando que “países como Argentina, que tienen una terminación de base pastoril más grande que otros países, la ganadería en el país contribuye en una muy baja proporción al calentamiento global”.
Fuente: Medios Unne