El obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecín presidió la misa y compartió la mesa navideña en el hogar de ancianos San José, encuentro fraternal en el cual el reconocido locutor y periodista Carlos Gómez Muñoz, animó la celebración con el recitado del poema Amarradero del Viento, ocasión en la que el Obispo anunció el regreso de su antecesor emérito, monseñor Oscar Faifer, que a partir del próximo año residirá en esta Diócesis.
Por la solemnidad de Navidad, Canecín visitó, como lo hace cada año, a los ancianos del Hogar San José, llevando un mensaje de esperanza para que, pese las dificultades, celebren con alegría la llegada del Niño Jesús y bendijo a los que están enfermos y agradeció al personal por el servicio que cumplen diariamente.
«Dios nos ofrece su amor» es una parte de la canción Noche de Paz que inspiró en la oración de estos días al prelado diocesano, quien señaló «Jesús es la expresión plena, total, máxima del amor de Dios hacia nosotros».
Invitó a contemplar en esta fecha «a un Niño pequeño nacido de una madre Virgen, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Contemplemos a un Hijo pequeño recostado en el pesebre, que es la expresión plena del amor de Dios para con la humanidad».
Destacó entonces que «Dios nos ofrece su amor y respeta la libertad del ser humano que Él mismo creó», porque «el Señor hizo al hombre, varón o mujer, que son capaces de decir Sí y también de decir No. Y ese es el misterio grande la libertad humana».
Más adelante agradeció a Dios porque «hay personas que en una actitud de fe supieron recibir el ofrecimiento de Dios» y resaltó a María que es «la máxima expresión de Madre. Ella, con su expresión de apertura y de docilidad, hizo viable y posible que Dios entre en la historia y nos ofrezca su amor».
Apuntó que «Jesús es la Palabra, con mayúscula, que se hizo hombre semejante en todo, a excepción del pecado» y expresó luego: «Dios no tiene más que decir a la humanidad por fuera de lo que nos dijo en Jesús. Allí está todo dicho», enfatizó.
Pidió «mirar y escuchar a Jesús para conocerlo, porque en Él Dios nos ofrece su amor» y agregó que «cuando nosotros somos capaces de recibir lo que Dios en Jesús nos ofrece, poco a poco, vamos viviendo lo que Dios quiere y también nuestras vidas deben ser un ofrecimiento de amor a los demás».
«Navidad: Dios nos ofrece su amor. El mismo que se hizo Niño, se hizo Pan por amor a cada uno de nosotros», concluyó.
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