El viernes pasado se llevó adelante la inauguración de un monolito recordatorio a los padres de Diego Maradona, Don Diego simplemente «Chitoro» y Doña «Tota», oriundos de Esquina, en la avenida Costanera y Sargento Cabral, en el lugar donde vivían los padres y las hermanas de Diego.
La ceremonia fue en la Costanera, encabezada por el intendente Hugo Benítez y estuvieron presente tres hermanas de Diego Armando Maradona: Ana María, Rita «Kity» y Claudia «Cali», sus hijas, amigos del astro y parte del Gabinete municipal.
Estas fueron las palabras del esquinense Eduardo Balestra, amigo de la familia Maradona: «El papá de Diego era de Esquina, Corrientes, y le transmitió a su hijo la pasión por la pesca».
«Chitoro» Don Diego había nacido el 12 de noviembre de 1927 en la ciudad correntina de Esquina y se mudó más tarde con su mujer a los suburbios de Buenos Aires, donde criaron a sus ocho hijos.
Diego Maradona, o simplemente «Chitoro», el apodo con el que se lo conoció popularmente al padre del mejor jugador de la historia del fútbol mundial, fue un hombre de bajo perfil, pero que supo de sacrificios para acompañar a su hijo en sus comienzos en el recordado equipo Los Cebollitas.
Diego Maradona se casó con Dalma Salvadora Franco, o «Doña Tota» como se la conocía, y tuvieron ocho hijos: Ana, Rita (Kity), Elsa (Lili), María Rosa (Mary), Raúl (Lalo), Hugo (Turco) y Claudia (Cali), entre ellos Diego Armando, o simplemente «Pelusa».
Chitoro supo desde joven trabajar duro y durante años se ganó la vida transportando pasajeros en una balsa. Por esos años, luego de formar pareja con Tota, y haber nacido la primera de las hijas, Don Diego debió tomar una dura decisión: con su mujer trabajando en Buenos Aires con su hija Ana, vendió sus únicas pertenencias en Corrientes y se lanzó a la gran ciudad, llevándose con él a su otra hija Rita.
Luego, con la llegada al mundo de Diego Armando el 30 de octubre de 1960, la familia se agrandó y Don Diego debió trabajar mucho más tiempo en la fábrica de Lanús, para poder llevar el dinero a la casa de Villa Fiorito.
La importancia de Don Diego en el fútbol argentino fue vital y, casi sin saberlo, empezó a forjar los sueños de su hijo Diego, de él mismo y de un pueblo que lo disfrutó durante años.
Chitoro se levantaba a las 5 para entrar a la fábrica de molienda de huesos Tritumol y tras el arduo día de trabajo llevaba a su hijo a las prácticas de Argentinos Juniors, en un viaje interminable y que con el tiempo Diego Maradona siempre destacó.
Incluso Don Diego entabló una relación entrañable con Francisco «Francis» Cornejo, el primer formador de la carrera de Maradona y quien dirigió el célebre equipo Los Cebollitas, de las divisiones inferiores de Argentinos Juniors.
En su libro «Cebollita Maradona», Francisco Cornejo reconoció que los padres de Maradona siempre confiaron en él para guiar los primeros pasos de la carrera de su hijo, y que venían de una zona muy humilde de Villa Fiorito y que «ni Don Diego ni Doña Tota se perdían un partido de Diego en esos tiempos».
Prosiguiendo con su relato acotó: «Desde el mismo día en que me conoció Chitoro tuvo conmigo la misma actitud que su esposa y me dio carta blanca para trabajar con Diego. Lo que yo dijera o hiciera estaba bien. Desde entonces nos volvimos casi inseparables», recordó Cornejo en el libro donde relató sus seis años junto al Pelusa. En algún momento, cuando fue consultado sobre cómo recordaba esos tiempos de los inicios de su hijo y el esfuerzo que él mismo hacía para llevarlo a las prácticas, Don Diego dijo que ese recuerdo «es imborrable».
«La persona que más quería que triunfara era yo. Le lustraba los zapatos, y yo pensaba que podría suplantar a Pelé o si era mejor que él. Cuando fue pasando el tiempo, Pelé se me borró de la mente», reconoció.
BARRILETE
CÓSMICO
Don Diego viajó por gran parte del mundo junto a su hijo y fue testigo privilegiado la tarde del 22 de junio de 1986, cuando su hijo marcó los goles ante Inglaterra en la victoria por 2 a 1 en los cuartos de final del Mundial de México. «El de la mano, nadie lo vio, yo tampoco. Porque fue una mano tan cortita, ahí, que cuando lo pasaron y lo pasaron parece que sacó más la mano. El segundo gol fue una maravilla», reconoció Chitoro en alguna ocasión.
Luego de la muerte de su esposa Don Diego sufrió varias complicaciones de salud, tanto urológicas como cardíacas, y en las últimas semanas debió ser internado en el Sanatorio Los Arcos, donde falleció a las 14.25, acompañado de sus seres queridos.
«Quiero mandar un abrazo enorme a Diego, a toda la familia de Diego a quien siempre nos unió muchas cosas y en estos momentos quiero estar con él y su familia», declaró el entonces seleccionador de Colombia, el director técnico argentino José Néstor Pekerman, desde Chile, donde se jugó la Copa América 2015. El entrenador se dirigió luego a las cámaras para hablarle directamente al astro y ex capitán y ex técnico de la Selección Argentina: «Un abrazo Diego, yo también recuerdo a tu papá colgado del alambrado cuando te veía a vos chiquito con los jugadores del primer equipo. Esa sonrisa, esa bondad, no me las voy a olvidar nunca».
.