Está a metros de la plaza Libertad, en uno de los muros de lo que fue la vieja estación del ferrocarril. Es una obra del grupo Ñande Arte y rescata recuerdos de lo que fue un símbolo de desarrollo para Corrientes.
Por Noelia Irene Barrios
EL LIBERTADOR
Por calle Roca casi San Martín, a metros de la plaza Libertad, un grupo de artistas realizó un mural que recuerda lo que fue un emblema de prosperidad para la provincia: el «trencito» Económico. La obra es un homenaje que recupera el simbolismo del ferrocarril correntino para la memoria comunitaria, con distintos trabajos agrupados en un mismo espacio y a la vista de quienes decidan hacer un viaje de identidad y nostalgia al pasado.
Esta galería a cielo abierto está emplazada en uno de los muros de la vieja estación, que hoy es la sede del Ministerio de Producción. Los realizadores son «Guada» Morlio, Ailén Chaco, Lane Falcón, Marcos y José Kura, Agustina Nadal y José Mizdraji, integrantes del grupo Ñande Arte que trabajaron junto con la Municipalidad de Corrientes en el espacio que ahora se luce en consonancia con la remodelada plaza Libertad.
IDENTIDAD
El gran mural esgrafiado que compone esta galería a cielo abierto está conformado por imágenes que recuerdan características de los viajes en sus distintos ramales. Es por eso que están presentes los animales (vacas, pollos chanchos, etcétera), las frutas, maíz y otros alimentos que formaban parte de la carga que iba en los vagones de una localidad a la otra.
También está presente al escritor y periodista, Rodolfo Walsh que, en 1966 visitó la provincia y fue uno de los ilustres que pudo viajar en el trencito. De hecho, su crónica es mencionada con una de las imágenes más amplias. Lleva el nombre con el que el Económico fue conocido a nivel nacional: «El expreso de la siesta».
Los murales también muestran los paisajes de campos y pastizales por los que pasaba el trencito en sus viajes al Interior provincial. Las estaciones con mujeres esperando o despidiéndose, el niño en brazos, y los hombres trabajando para cargar los vagones. Tampoco faltan la vendedora ambulante y la guitarra del algún músico que acompañaba el trayecto entonando una canción para los pasajeros.
En definitiva, una obra que invita a hacer un recorrido al pasado y que tiene implícita la frase con la que Walsh inmortalizó al Económico en su crónica: «Es indudable que el día que desaparezca, desaparecerá con él un objeto de cariño para muchos, y acaso el único tema que infaliblemente hace sonreír a cualquier correntino».