Una bola de fuego cayó del cielo sobre un campo de la localidad de San Roque. Ocurrió la noche del martes 20 de enero de 2004 y para los pobladores del lugar fue una experiencia tan desconcertante como aterradora. La noticia del ovni (Objeto Volador No Identificado) de Corrientes, recorrió el mundo. La conmoción fue tal, que movilizó desde el Gobierno provincial a la Fuerza Aérea y la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales. La respuesta se remontaba once años atrás al otro lado del continente.
«El artefacto hizo dos explosiones muy fuertes y estamos evaluando qué puede ser porque hasta ahora el objeto es desconocido», decía el entonces Jefe de Bomberos de San Roque ante las preguntas de la prensa. Oficialmente informaron después que se trató «de un artefacto cilíndrico de 3,6 metros de diámetro y 1,6 de altura».
Mientras algunos pensaron que pudo tratarse de un meteorito, los especialistas que acudieron al lugar del impacto señalaron que tenía inscripciones de letras y números. «Esto muestra que es un artefacto hecho por el hombre», sentenció luego un funcionario provincial.
REPERCUSIÓN
Además de los medios de alcance nacional que rotulaban, por ejemplo, «Investigan un objeto que cayó del cielo en la localidad correntina de San Roque» o «Conmoción en Corrientes por la caída de chatarra espacial», la novedad llegó a los medios internacionales.
La BBC Mundo, con sede central en Londres hizo su reporte del hecho. «Ovni» cae en Argentina», publicaron al día siguiente de la caída del misterioso objeto. En tanto, el medio español La Voz de Galicia tampoco se quedó atrás y publicó: «La chatarra que vino del espacio».
Cada uno, compartió los testimonios de los pobladores que fueron testigos del inusual hecho. Unos más o menos incrédulos. Lo cierto es que, al cabo de unos días, la noticia pasó a ser una anécdota. En especial, cuando al fin se supo qué fue lo que realmente pasó.
Un origen terrenal
Con la llegada de los especialistas, la conmoción dio paso a la búsqueda de respuestas sobre el origen del misterioso artefacto que asustó a todo un pueblo. Algunos temían que pudiera tratarse de un objeto radiactivo. Fue lo primero que se ocuparon de averiguar. El resultado fue negativo.
La Fuerza Aérea Argentina estimó que se trataba de parte de un satélite, así que se pusieron en contacto con sus pares en Estados Unidos para conocer el mapa del recorrido de estos dispositivos en el espacio y tratar de encontrar alguno que hubiera pasado por el cielo correntino antes de la caída.
Las conjeturas fueron varias, pero todo apuntaba en una misma dirección. El origen del objeto extraño, era terrenal. Aunque hubiera caído del espacio.
«La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) determinó -a partir de información aportada por la Nasa- que el extraño elemento sería parte de la tercera etapa de propulsión del cohete lanzador Delta 2, utilizado para colocar en órbita el satélite GPS Navstar 35, lanzado el 26 de octubre de 1993 desde Cabo Cañaveral, en Florida, Estados Unidos», informó Página/12.
Era, en definitiva, lo que se conoce como chatarra espacial. El Ministerio de Seguridad de la Nación explica que este término designa a «todo objeto en órbita terrestre que fue producido por el hombre y que se encuentra fuera de funcionamiento, incluidos fragmentos y piezas que los componen».
«Dependiendo de la altura a la que se encuentran, estos objetos pueden retornar a la Tierra. En general cuanto más grande sea su altura, más tiempo permanecerán en órbita terrestre», completan.
Fue lo que ocurrió con el «ovni de San Roque». El artefacto orbitó durante once años en el espacio, hasta que cayó, causando el pánico de toda una población y la curiosidad de los especialistas.
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