Con el objetivo de abordar la atención de niños, jóvenes o adultos con discapacidad visual o ceguera, se propone trabajar desde que se detecta la discapacidad y luego la etapa escolar.
En una entrevista de EL LIBERTADOR, con la profesora de Ciegos y Disminuidos Visuales, Norma Pastorino, quien estuvo en la ciudad para desarrollar una charla informativa para familias, organizado por la Asociación Fotos del alma.
En referencia a la etapa educativa, la especialista explicó que «en la escuela se trabaja fundamentalmente, siempre que sea posible, en integración, o sea, la inclusión escolar. Que el niño vaya a las escuelas comunes, a la escuela de su medio, si es posible a la escuela que van sus hermanos, si es posible a la escuela que le quede más cerca».
A partir de ello detalló que las palabras inclusión e integración no se contraponen sino por lo contrario son complementarias.
«La inclusión del chico lo hace la escuela, aceptando al niño con discapacidad visual en su grado. Pero después, una vez que está incluido, hay que integrarlo. Porque de nada sirve este niño que sepa todo lo que hay que saber, pero que no esté en contacto con sus compañeros, que no tenga comunicación social con sus compañeros. Entonces, una vez que está incluido, es necesario que también se integre», sostuvo.
Continuó diciendo que la inclusión y la integración es «saludable para el niño, saludable para la sociedad, y es un objetivo deseable, pero lograble».
Consideró que en estos casos es necesario una maestra integradora «porque fundamentalmente cuando ingresa a la escuela tiene que aprender a leer y escribir. Y la maestra de grado no tiene por qué saber lengua de señas, braille y demás. Entonces, la maestra integradora es el nexo entre la maestra de grado y el niño. Y es la que enseña a leer y escribir en el sistema braille. Y después la preparación de material. Hay para matemáticas un aparato que se llama abaco, que es una adaptación del abaco chino, que con eso se hacen todas las operaciones, los mapas, el relieve, el cuerpo humano, todos los materiales que la maestra va a presentar en el aula».
INFANCIA
La profesora indicó que en general se empieza a trabajar con bebés desde que se detecta la discapacidad. En este sentido recomendó: «Si nace con discapacidad visual, desde el nacimiento o desde que la familia está elaborando el duelo y puede acercarse a una institución. Porque se acercan a la institución cuando ya se dan cuenta que es irreversible el diagnóstico. Entonces, cuando llega el bebé, puede tener ocho o diez meses, y se empieza a trabajar en lo que se llama estimulación temprana o atención temprana donde se trabaja fundamentalmente con la mamá, porque la principal estimuladora es quien está todo el día con el bebé».
Continuó: «Se dan a la mamá las indicaciones para que ayude a que el bebé se vaya desarrollando normalmente. O sea, que pueda aprender a caminar en el momento que debe aprender a caminar, que pueda aprender a hablar, que pueda desarrollarse como se desarrolla un bebé que tiene vista».
Importancia de la rehabilitación
La Norma Pastorino fue la directora del Instituto Valentín Haüy. Estudió en Córdoba, creó también el profesorado para estudiar la carrera de Ciegos, también creó la Escuela N° 26 para niños ciegos. Además, consiguió un Hogar de fin de semana en el barrio 17 de Agosto para personas ciegas adultas que vinieran del interior a rehabilitarse.
La rehabilitación es un proceso donde las personas ciegas aprenden lo mismo que aquellas personas que no portan discapacidad y que les permite vivir independientes, libres, autogestivos. Se aprende orientación y movilidad que es el uso del bastón, las posturas para caminar solos por toda la ciudad, actividades de la vida diaria.
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