Con hincapié en el difícil momento social, sanitario y económico, en el país y el mundo, desde la Comisión Arquidiocesana de Justicia y Paz de Corrientes enviaron un mensaje para la población por el Día del Trabajador.
Es el siguiente:
A nuestros hermanos y hermanas trabajadores:
Compartimos estas líneas en el Día Internacional de los trabajadores y trabajadoras desde dos realidades que atraviesan esta jornada. Para los católicos, esta fecha coincide con la solemnidad de san José Obrero y, además, con el Año de San José convocado por el Papa Francisco. La otra realidad que nos aflige es la pandemia causada por el Covid-19.
En la dura realidad de estos días, por la dramática extensión de la pandemia con su secuela de enfermedad y muerte, se han acentuado la pobreza, la falta de trabajo, la exclusión, así como las expresiones de un creciente enfrentamiento político (Salir juntos y mejores, Obispos de Argentina).
A pesar de estas sombras densas que nos rodean, Dios sigue derramando en la humanidad semillas de bien. La actual pandemia nos permite rescatar y valorar a tantos compañeros y compañeras de viaje que, a pesar del miedo, reaccionan donando la propia vida. Reconocemos agradecidos cómo nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes que, sin lugar a dudas, escribieron los acontecimientos decisivos de nuestra historia compartida: médicos, enfermeros y enfermeras, farmacéuticos, empleados de los supermercados, personal de limpieza, cuidadores, transportistas, hombres y mujeres que trabajan para proporcionar servicios esenciales y seguridad, voluntarios, sacerdotes y religiosas, comprendieron que nadie se salva solo. (Fratelli tutti 54, Papa Francisco).
Mediante el trabajo desarrollamos las propias potencialidades, que siempre deben tender al bien de la sociedad y la comunión, participamos de la obra creadora de Dios y nos transformamos con Él en creadores del mundo que nos rodea. El trabajo se convierte en ocasión de realización no solo para uno mismo, sino sobre todo para ese núcleo original de la sociedad que es la familia. Una familia que carece de trabajo está más expuesta a dificultades, tensiones, fracturas e incluso a la desesperada tentación de la disolución. ¿Cómo podríamos hablar de dignidad humana sin comprometernos para que todos y cada uno tengan la posibilidad de un sustento digno?
La crisis de nuestro tiempo, que es una crisis económica, social, cultural y espiritual, puede representar para todos un llamado a redescubrir el significado, la importancia y la necesidad del trabajo para dar lugar a una nueva “normalidad” en la que nadie quede excluido. (Patris Corde, Papa Francisco).
Revisemos nuestras prioridades y trabajemos todos para que nadie en nuestra patria sufra la falta de un trabajo digno. No hay otro camino para lograrlo si no es mediante el diálogo sincero y constante, que esté firmemente arraigado en un verdadero amor a nuestro pueblo. Que San José Obrero nos enseñe a afrontar juntos, como comunidad nacional, esta etapa difícil y exigente.
La Comisión de Justicia y Paz (CJP) es un organismo de la Iglesia Católica, que busca contribuir en la construcción y defensa del bien común en la sociedad, ayudando a promover Políticas de Estado que mejoren sustancialmente la convivencia de todos los correntinos, basados en la difusión de la Doctrina Social de la Iglesia, el diálogo y la búsqueda de consensos.