Stravaganza celebra sus diez años en el teatro Luxor de Villa Carlos Paz, con un impresionante vestuario diseñado por Alarcón y Alarcón, Ricardo y Federico, padre e hijo oriundos de Bella Vista. Del taller en su casa, donde armaban trajes de carnaval cada verano, hoy viven la emoción de ser parte del impactante espectáculo dirigido por Flavio Mendoza.
«Todo el mundo nos preguntó si éramos hermanos. No, padre e hijo», contó Federico entre risas, al ser entrevistado por EL LIBERTADOR. Ricardo con 68 años y él con 38, comparten este «regalo» de la vida.
«Mi papá tiene más felicidad que yo, todos los días lo ves y se nota su alegría. Toda su vida la dedicó al carnaval y ahora, estar en una obra de teatro y con artistas así, muy conocidos, es un regalo que le dio la vida. Yo estoy más feliz por él que por mí», expresó.
«Nosotros nunca nos imaginamos nada de la vida sin carnaval. Mi papá se jubiló de lo que trabajaba, yo me recibí de periodista y los dos dejamos ambas cosas para dedicarnos de lleno a esto. Toda la vida tuvimos comparsa, pero ahora es todos los días, todo el año, por eso lo de pandemia fue para nosotros algo muy malo. El carnaval es prácticamente nuestra vida», afirmó.
Federico también contó que al taller armado para el show en Villa Carlos Paz -entre los dos y Aima, su mejor amiga- fue bautizado como Corrientes Porá por el elenco. «Son muy buena onda, es una experiencia que no pensábamos que fuéramos a vivir de esta forma», compartió.
«A pesar de la pandemia, esto nos cambió totalmente el ánimo y nuestro trabajo. Ahora sentimos que tiene que ser con mucha más responsabilidad que antes, con más exigencia, ajustar todo lo que hacíamos antes. No es fácil llegar a un espectáculo como Stravaganza, que es un mega show. Yo no pensé nunca que iba a armar algo tan grande», aseguró.
UN DESAFÍO
Al hablar de la confección de los trajes y pasar de diseños de comparsas a un espectáculo de la envergadura de Stravaganza, explicó que se trata de «un desafío diferente y grande, porque son dos cosas muy distintas».
Y sobre esto, aclaró: «No es lo mismo un vestuario para un corsódromo, que uno que va arriba de un escenario. Son puntos de vista distintos, con impactos visuales y funcionalidades diferentes».
«Los trajes de carnaval tienen una funcionalidad de dos meses, los fines de semana, y estos se usan dos veces al día. Entonces, estos deben tener otro tipo de resistencia y materiales, adaptándose a los cambios de vestuario que tienen. Para nosotros es una experiencia enriquecedora porque hay muchas cosas que conocíamos», apuntó.
EN EL ESCENARIO
«Ver todo el vestuario que se hizo arriba del escenario y la gente aplaudiendo de pie al final, fue hermoso. Nos dimos cuenta como la gente lo quiere a Flavio Mendoza en Carlos Paz de una manera impresionante», expresó.
El contacto se dio a través de una artista muy conocida, la vestuarista y comediante Gaby Girls, con quien se conocían hace dos años, al trabajar juntos en la confección de tocados. «La convocaron para Bendito tu eres, la obra de Sergio Goicochea, con la dirección de Flavio Mendoza, así que antes de Stravaganza, ya trabajamos con Flavio en esa y Tabú», contó Federico.
Todas se estrenaron este año, Bendito tu eres, en invierno, cuando las restricciones por la pandemia se fueron flexibilizando, y en octubre fueron convocados para trabajar en Stravaganza, desde ese mes, en la realización de los trajes.
«Al principio fue difícil porque no nos queríamos mover de Bella Vista hasta no estar vacunados, más que nada por mi viejo, y una vez que lo estuvimos los dos, comenzamos a viajar a Buenos Aires con todos los protocolos», relató. Y agregó que «nos quedábamos por 15 o 20 días, a veces un mes. Volvíamos a Bella Vista, armábamos otro poco de estructura y viajábamos de nuevo a Buenos Aires».
«Así hicimos todo el año, yendo y viniendo. Difícil, por un lado, pero fue muy linda la experiencia. Fue muy alentador también, porque el año pasado no tuvimos carnaval y para nosotros fue la nada misma», compartió.
SAPUCAY EN EL ALMA
«Mi papá es el que empieza con toda la historia, cuando tenía 18 años y conoce a mi mamá bailando en la comparsa. Después se hizo diseñador, comenzó con las estructuras y los vestuarios. Y yo, a los seis años, toda la vida», contó Federico sobre los inicios de este vínculo de padre e hijo, fundado en una vocación compartida y que comenzó en ese primer baile, en medio de la alegría carnavalera, en el que coincidieron Ricardo y Marisa, quienes luego lo tendrían a él y a su hermana Virginia.
«Como Alarcón & Alarcón, comenzamos hace más de diez años, con un taller propio y la comparsa Sapucay de Corrientes. Fue nuestra entrada al carnaval de Capital, de la mano de Horacio Gómez y Hugo Fernández, que son algunos de los coordinadores de la comparsa. Al pasar los años, comenzamos a conocer a gente de Copacabana y Ará Berá, entonces se hizo un taller más abierto, pero la prioridad es Sapucay», recalcó.
«Mi papá es el fundador de Sapucay de Bella Vista y trabajamos con ellos durante 23 años, el corazón sigue estando ahí», remarcó. «Todo sucedía en mi casa, que funcionaba como el taller de la comparsa, de ahí aprendí todo lo que él hacía y le puse mi impronta, pero todo lo que sé, lo aprendí de él», evocó.
«Y fuimos juntos para todos lados. Encontrarnos acá, para nosotros, es muy lindo. Yo miro a otros vestuaristas y talleristas, tienen amigos, pero lo mío es muy distinto», dijo, con su padre sentado a su lado.
Siempre el uno con el otro, también en el sueño realizado de ver la obra confeccionada con sus manos, como parte del show inolvidable de la vida.
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