Hace poco menos de un año, Corrientes celebraba en sus tierras conservadas el ingreso de Malú, una hermosa yaguareté nacida en cautiverio que poco a poco se transformó en un símbolo de unión entre estos lares y los dominios bajo el mando de los hermanos uruguayos.
A su llegada, los biólogos de Conservation Lund Trust y del Centro de Reintroducción del Yaguareté (CRY) no tardaron en señalar que, debido a su condición particular, nacida y criada en cautiverio antes de llegar a Corrientes, lejos de los sanos hábitos que moldea el instinto natural, como la caza, Malú, jamás podría vivir en libertad.
Malú había sido enviada al Gran Iberá por la Estación de Cría de Fauna Autóctona «Uruguay Tabaré González Sierra» de Piriápolis, institución creada en el año 1980, a instancias del intendente municipal de Maldonado, Curutchet, y del naturalista Uruguay Tabaré González Sierra.
A partir de entonces, ambos puntos, a sólo doce horas de distancia en automóvil, quedarían enlazados bajo una misma promesa: ampliar la lucha por la recuperación de las tierras naturales que antiguamente habitó el Yaguareté. Pero esta vez, más allá de la frontera argentina.
«Es preciso señalar que nosotros no estamos en Uruguay», señala Marisi López, consultada al respecto por EL LIBERTADOR, y amplía «pero nosotros trabajamos con ellos en conjunto permanentemente, intercambiando opiniones y complementando información porque trabajamos problemáticas comunes».
«Sabemos y estamos trabajando en una iniciativa con Malú, recibiendo a personas interesadas de ampliar los territorios del Yaguareté a Uruguay», sostuvo.
GRACIAS A CORRIENTES EL
YAGUARETÉ PODRÍA A VOLVER
A VIVIR LIBRE EN URUGUAY
Con los meses, estas breves interacciones entre los biólogos y la coordinación del Proyecto Iberá creadas en torno a las expectativas por la llegada de Malú se transformaron en una avalancha de sensaciones que hoy se expresa de muchas maneras.
Hace poco menos de un mes, artistas visuales correntinos y uruguayos se reunieron en Maldonado, Uruguay, para celebrar un encuentro de arte contemporáneo con un profundo mensaje de apoyo a la recuperación de las antiguas tierras del yaguareté.
En tanto, la Fundación Rewilding recibía visitas en Colonia Carlos Pellegrini para comenzar a dar testimonio del «modelo correntino» al país vecino. «Este es un proyecto que ha comenzado a recibir un flujo constante de personas que van y vienen entre ambos puntos, intercambiando información, datos, y posibilidades», dijo López.
La coordinadora del Proyecto Iberá afirmó que «la gente -por los especialistas- de Uruguay estuvo recorriendo la zona en la que se ha recuperado el hábitat del yaguareté en los Esteros del Iberá», en tanto, la Fundación Rewilding comenzó a complementar su información con la recopilada más allá de esas fronteras para evaluar las condiciones en las que el proyecto de reinserción podría llevarse a cabo.
«Estamos trabajando en conjunto, viendo qué opiniones hay en cada equipo sobre la base de que todos queremos que esto sea posible, porque entendemos que así como hemos logrado intercambios con Paraguay y con Brasil, también podemos lograrlo con Uruguay», dijo López.
La conservacionista destacó que el modelo correntino de reintroducción de especies ha logrado «relevancia internacional» comparable a los que han alcanzado modelos aplicados en países africanos y asiáticos.
«Para trabajar en la conservación del yaguareté es necesario que pensemos con perspectiva regional para integrar a todos los países en los que históricamente habitó el yaguareté, esto es, en todas las zonas donde hoy en día pueden encontrarse ejemplares, como en las que no», resaltó.
PIRIÁPOLIS, UN
PUNTO DE PARTIDA
Las miradas de los conservacionistas ahora se centran en un extenso predio núcleo de proyectos de reproducción y conservación de especies amenazadas que componen la fauna del Uruguay en Piriápolis.
El mismo, es objeto de atracción para miles de personas por ser considerado un lugar de esparcimiento único, en otras palabras, como en Iberá lo es Estancia El Socorro, un quiebre en el paradigma de la conservación que derrumba el impuesto por los zoológicos tradicionales.
El predio en Piriápolis actualmente funciona como centro de educación de la población en los aspectos de protección de la naturaleza y sus integrantes al mismo tiempo que acompaña la mayor concientización de la población sobre los derechos de los animales.
En este lugar, pueden verse más de doscientos cincuenta animales en semicautiverio de cerca de sesenta especies, extremadamente bien alimentados y cuidados, que difícilmente puedan estar mejor en otro lugar que en ese.
A ello, suma una amplia y diversificada propuesta de recreación y esparcimiento, con sala de audio para la presentación y proyección de audiovisuales, visitas guiadas con guardaparques y Senderos Naturales Interpretativos, telario, plumario, áreas de descanso.
A todo ello, se suma un campo de recría de Venado de Campo, Declarado Monumento Natural en Uruguay desde 1985 y senderos de especies autóctonas, un reptilario, recorridos para niños, juegos en madera ecológica, áreas verdes, mesas y bancos, pérgolas, cancha de fútbol y un ascenso al «Cerro Pan de Azúcar» con una visita a una cruz en su cumbre.
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