Hace un año, los correntinos se unieron en alegría por una distinción sin precedentes en su historia, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró al Chamamé Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Se cumple el primer aniversario en que se siguió de cerca las deliberaciones en París del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco y ovacionó de pie la aprobación de la postulación del chamamé, que era incorporado de esta manera en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Con ello se alcanzó el reconocimiento internacional para esta música, danza y todo lo que implica. La decisión contempla una gran difusión del chamamé a escala mundial, la circulación de artistas y canciones y también la posibilidad de pensar en políticas públicas a largo plazo, orientadas al género desde la difusión, la producción y la educación.
A un año de aquel día histórico, en diálogo con EL LIBERTADOR, el director de Artes Escénicas, Eduardo Sívori -quien además formó parte del comité redactor de la postulación- manifestó el gran compromiso que implica.
«Ahora empezamos a caminar y es necesario aclarar por qué fue declarado. Saber por qué y qué significa», señaló acerca de la relevancia internacional.
En este sentido, anticipó que sobre eso se profundizará en la celebración que se dará lugar esta noche en las puertas del teatro Vera (ver aparte).
El chamamé no es sólo una danza o música, es una expresión cultural ancestral, que se ha transmitido generación por generación.
La declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad genera un orgullo en la nación chamamecera y en todos los sectores de la comunidad, la concreción de semejante objetivo, es el resultado de un gran esfuerzo de largos años, compartido entre gobernantes y la sociedad civil, especialmente de los cultores de esta exquisita expresión.
A partir del reconocimiento de la Unesco, el objetivo es darle un lugar preponderante a aquellas que forman parte de las tradiciones, que son manifestaciones vivas de los antepasados y son transmitidas a los descendientes, artes de espectáculo, practicas relativas a la naturaleza y que fortalecen la diversidad cultural.
La inclusión en esta distinción por parte del organismo de las Naciones Unidas, implica un impacto a nivel turístico y a partir de ahí si van a generar ingresos y oportunidades.
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