Por Noelia Irene Barrios
EL LIBERTADOR
Las dos grandes epidemias que azotaron a Corrientes a mediados del 1800, se dieron casi en simultáneo y, además de provocar centenares de muertes en una población también golpeada por la Guerra de la Triple Alianza, generó una crisis sanitaria sin precedentes. En la Capital, el cementerio público de La Cruz se desbordó y los sepultureros no daban abasto. Las autoridades decidieron entonces disponer de un espacio de emergencia para enterrar a las víctimas de la cólera y la fiebre amarilla, mientras avanzaban en la construcción de lo que luego sería el San Juan Bautista. El camposanto temporal fue utilizado por casi tres años antes de ser clausurado. Estaba ubicado en el barrio San Benito y allí, en ese terreno, hoy hay una cancha de fútbol.
El escritor, docente e historiador, Enrique Eduardo Galiana recordó este espacio que funcionó en la ciudad hace poco más de 150 años. «Hubo un cementerio del que la gente se olvida. Antes del San Juan Bautista, se enterraba a los muertos en un lugar creado para las víctimas de la fiebre amarilla. Se llamaba San José y estaba donde hoy está la cancha del club Ferroviario, al lado de la actual parroquia San Benito», explicó, en un video compartido por la página Historia de Corrientes.
También, en una nota publicada hace cuatro años en un diario local, el historiador Federico R Rainero mencionó al camposanto olvidado. «Las autoridades no daban abasto con las medidas sanitarias ni con la inhumación de los muertos. El cementerio de La Cruz vio desbordada su capacidad, y tuvo que habilitarse el de ‘La Limita’ o San José (en el actual barrio San Benito), lugar que luego se convirtió en plaza, para después terminar siendo una cancha de fútbol», precisó.

UN REGISTRO
Aunque hay pocas referencias directas al lugar, un edicto municipal que databa de febrero de 1869, mientras remitía la cólera y comenzaban a aumentar los casos de fiebre amarilla, da cuenta del cementerio al que se nombra también como «La Limita». La disposición fue publicada ese año por el periódico La Esperanza, de circulación provincial y ya fue referenciada por EL LIBERTADOR en otra nota en la que hablaba de las víctimas de esa enfermedad.

«Ningún colérico podrá enterrarse fuera del cementerio ‘la Limita'», rezaba el cuarto artículo del edicto municipal, dando cuenta de la existencia del camposanto solo para casos vinculados con ese mal.
Por los datos históricos, se estima que el cementerio San José fue clausurado a mediados de 1871, cuando se habilitó el San Juan Bautista, que continúa funcionando hasta hoy.
Como fue en un periodo de crisis, no hay mucha información disponible sobre cómo se hizo el traslado de los restos que estaban en el terreno de «La Limita». Solo se sabe que mucho tiempo después, en la zona estuvo una plaza, luego la parroquia del barrio y por último, la cancha de fútbol. «Hoy en día el área del San José está ocupada por instalaciones deportivas», es lo único que responde la Inteligencia Artificial.



