Tras el violento episodio en el que una mujer agredió a un sacerdote y tiró a la calle una imagen de la Catedral de Goya en la mañana de este viernes 16, el padre Juan Carlos López habló con EL LIBERTADOR y advirtió sobre la necesidad de un espacio de contención tanto para las personas con problemas de salud mental y adicciones.
Precisamente, el sacerdote Juan Carlos López, fue agredido por la mujer que no se encontraba en sus cabales, ingresó al templo catedralicio profiriendo gritos y tomó una imagen del primer Santo argentino Cura Brochero y la arrojó a la calle. Un vecino que presenció la secuencia llamó a la policía que se llevó a la mujer en un patrullero.
El religioso sostuvo que esta persona se encontraba «fuera de sí». Aclaró que se trata de una mujer desequilibrada mentalmente que ya ocasionó otros desmanes en la vía pública.
«Una pobrecita mujer fuera de sí, que anda agrediendo gente en la calle. Vino con este delirio de que los santos son cosas del diablo justo hoy en el día del Cura Brochero. Hoy es su fiesta casualmente y acá hay muchos seguidores de Brochero», relato este viernes 16.
Apenado por el episodio, el padre López señaló: «Este es un caso más acá en Goya. Lo anotamos, por no tener un espacio de contención en la ciudad (para estas personas). La ley de salud todavía no se ha implementado. Las personas con crisis por sobredosis de drogas, por ejemplo, se derivan. No hay donde contenerlos. Los envían al San Francisco de Asís», en referencia al hospital de Salud Mental de la ciudad de Corrientes Capital a más de 250 kilómetros.
Recordó una situación similar ocurrida en el mes de octubre de 2022, cuando un joven al parecer bajo los efectos de alguna sustancia irrumpió en el templo tratando de abrir las puertas a patadas.
El religioso forma parte de la Pastoral de prevención de adicciones, contó que la guardia del hospital regional Dr Camilo Muniagurria los recibe con muy buena predisposición, los atienden pero en definitiva no hay un lugar donde puedan recibir tratamiento, acompañamiento y contención.
«Vemos esta realidad deficiente, que la persona que a veces está en situación de crisis por sobredosis sobre todo, no tenemos donde contenerla», insistió.
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