La pandemia del Covid-19 ha afectado los hábitos de la población en general, y con una mayor gravedad durante los días de aislamiento estricto. Tanto grandes, chicos, pero sobre todo jóvenes y adolescentes aseveraron las consecuencias.
Especialistas de la salud remarcaron una preocupación con el incremento de casos en los trastornos de la conducta alimentaria. ¿Qué es?, son alteraciones y desórdenes mentales que afectan a la ingesta y al peso de la persona que los padece.
En diálogo con EL LIBERTADOR, Marianela Ackermann, directora del Departamento de Nutrición y Diabetes del Centro Integral de Endocrinología y Nutrición (Cien) explicó en qué consiste la enfermedad, y cómo impacto en la provincia. También detalló cuáles son los distintos factores desencadenantes, y cómo se trabaja para detectar a una persona con el problema y poder ayudarle con un tratamiento.
-¿Qué son los trastornos de la conducta alimentaria?
– Los trastornos de la conducta alimentaria, son psiconeuroendócrino, están dentro del manual DSM-5 de enfermedades mentales, que tienen una base psicológica muy importante. Además, son multideterminados, es decir, hay factores que son predisponentes, desencadenantes, y de mantenimientos.
El factor predisponente quiere decir que no cualquiera tiene un trastorno en la conducta alimentaria, hay una vulnerabilidad en las personas. Por ejemplo, con determinados factores socioculturales, y eso nos compete a todos porque el ideal de belleza, de la delgadez, más allá de toda cuestión, vivimos en esta sociedad de consumo.
También hay factores individuales como rasgos de personalidad, como la autoestima baja, perfeccionista, exigentes. Y los familiares, tanto de herencia como de vínculos con padres y madres. Por otro lado, hay factores biológicos.
-¿Es importante tratar estos temas con la sociedad?
– Es importante hablar de los factores desencadenante, como las dietas, que hay determinadas muy estrictas, extremas o prácticas en el control del peso que pueden ser gatillo. Por eso, es sustancial no iniciar dietas por su cuenta sino hacer consultas cuando deciden hacer algún tipo de modificación en la alimentación.
Además, hay determinados factores estresantes en la vida de las personas. Y de mantenimiento que se da con este circuito, que si en la conducta alimentaria no hace el tratamiento adecuado es posible que el individuo sostenga durante mucho tiempo, y muchos años. Incluso pueden mutar, ósea alguien puede comenzar con un trastorno por atracones, a tener una bulimia o comenzar con una anorexia. Tienen una base común, pero hay determinadas características, y el más frecuente es de comedor por atracones.
-¿En qué consiste el comedor por atracones?
– Son personas que tienen atracones, pero que no tienen conductas compensatorias. Es decir que, no tienen ni vómitos, ni ejercicio extremo o uso de laxante como conducta compensatoria, que si lo tienen quienes tienen bulimia nerviosa.
-¿Los trastornos no son identificativos a simple vista?
– Las personas con trastornos en la conducta alimentaria no tienen un cartel que diga que tengo, y no siempre lo cuentan en la consulta. A veces es algo vergonzoso contarlo, excepto en la bulimia nervioso que es bastante notorio ya que baja mucho de peso, y en general suelen consultar acompañadas por sus padres.
Volviendo, tanto en los atracones o la bulimia nerviosa, muchas veces son personas que consultan por exceso de peso ya que visualmente tiene sobrepeso. Entonces con la consulta al especialista, y que este indague de la manera adecuada para poder establecer un diagnóstico, para que el paciente pueda contar que le esta pasando y pedir ayuda, es la única manera de hacer un diagnóstico, arribar a un tratamiento, y una recuperación.
A veces consultan, pero no por el problema sino porque creen que lo visible, el peso, el cuerpo, la imagen corporal, su relación con la comida, parecería que eso es el problema, pero en realidad es la parte visible, esto es mucho más profundo, y es solo en la consulta con el especialista que se podrá arribar a un diagnóstico y así poder ayudar.
También esto tiñe la calidad de vida, ya que es algo que tiene a la comida mucho tiempo en la cabeza de la persona, la alteración de la imagen corporal, la disconformidad con la imagen, el hecho de tener una mala relación con el cuerpo, la imagen. Y la persona con baja autoestima, perfeccionismo, autoexigencia, autocontrol, con baja tolerancia a la frustración, esto se traslada muchas veces, a otras áreas de su vida.
-¿Cómo se trabaja el tratamiento?
– En el tratamiento se trabaja en equipo, es decir, el médico especialista en nutrición con el psicólogo especialista en conducta alimentaria, muchas veces el psiquiatra tiene que formar. Y es así porque son enfermedades complejas, y muchas veces están subdiagnosticadas, y si no son tratadas se pueden perpetuar en el tiempo.
Asimismo, pueden afectar por un lado salud física, que puede traer complicaciones como deshidratación, perdida de nutrientes. En el caso de las mujeres con anorexia nerviosa con trastornos hormonales, pérdida de masa muscular, incluso hasta pueden poner en riesgo la vida, dependiendo del tipo y la severidad.
También, afecta a la salud física, su calidad de vida, y a sus familias, porque en toda familia donde hay un trastorno de la conducta alimentaria, hay padres angustiados, preocupados por la salud.
-¿Cómo identificarlo?
– El primer paso, es identificar el trastorno para poder hacer el tratamiento especializado. Muchas veces, las personas que tienen no recurren a buscar ayuda como es el problema, sino que acuden a consultorios de nutricionista, y no todo licenciado de nutrición está preparado para tratar enfermedades tan complejas.
No son enfermedades nuevas, pero han venido aumentando en el último tiempo. A la vez, en este punto de vista sociocultural, asistimos todos a esta cultura de la delgadez e ideal de belleza, la sociedad de consumo, de juventud eterna. Estamos todos inmersos en esta realidad, que sería buenísimo poder cambiarla, es decir, comprender que cuando elegís a una persona para compartir tu vida, no la elegís por el cuerpo que tiene, la elegís porque es creativa, divertida porque es solidaria, generosa, porque te hace bien su compañía, y no por que tenga tales y cuales medidas, o tal cuerpo.
Es importante comunicar que somos mucho más que un cuerpo, que como nos vemos no condiciona nuestra vida, o el peso en la balanza no nos identifica como persona. Más allá que sabemos que la obesidad es una enfermedad, y que el sobrepeso no es algo bueno para la salud. Pero una cosa es el exceso médico de peso, y otra cosa es, la obsesión con el cuerpo, la delgadez como modelo a seguir o conseguir, ya que, en ese modelo rígido, de ideal, idealización de cuerpo, es de ese lugar donde tenemos que tratar salir, y de salir como sociedad.
-¿Y cómo observó en Corrientes esta problemática?
– Hay una elevadísima frecuencia, lo vemos en la clínica, y todos los días vemos personas con trastornos en la conducta alimentaria, de todas las edades. Ya de muy jovencitas, sobre todo mujeres, vemos la angustia que genera en la persona y su familia.
Por eso, la importancia al hablar de cuáles son los hábitos que tenemos que tratar de instalar, pero siempre desde la salud, de la prevención, de generar buenos hábitos para sentirnos cómodos con nuestro cuerpo. Pero intentando salir de ese lugar, que tiene que ver con la exigencia, con la perfección, con ideales rígidos porque somos actores desde el punto de vista de la salud y nutrición. Necesitamos transmitir señales a la población saludables, de cuidar la salud sin que el cuerpo sea el centro y eje de todo.