El audiovisual fue uno de los ganadores de la 12ª edición del Festival. Se proyectó junto a otras 59 producciones, provenientes de todo el NEA, Sur de Brasil y Paraguay. Además, fue una de las que más captó la atención del público, que se encargó de votar. Por esa razón, EL LIBERTADOR habló con la directora para conocer cómo fue toda la producción.
«Es un proyecto que surgió dentro de la cátedra de Seminario Taller de Integración de Imagen, Sonido y Multimedia II, en la Facultad de Artes, Diseño, y Ciencias de la Cultura, de la Universidad Nacional del Nordeste», explicó Micaela Zacarías.
Micaela destacó que su realización abarcó casi todo el año, «desde marzo cuando comenzamos con la idea inicial. Hasta la filmación que comenzó en agosto». Y destacó que todo el proceso de preproducción, producción y posproducción, fue acompañado por los profesores. El equipo está conformado: Luz Melani Würth, en la producción; Ana Laura Giménez, escribió el guión; María Laura De los Reyes Vidal, como directora de arte y Zacarías, en la dirección.
El reparto estuvo conformado por: Betty Andino, que hizo de Betty; Diego Roa, como el técnico; y Mauro Santamaría, que interpretó a Jorge.
Pero además, también contaron el apoyo de Braian López, como camarógrafo y encargado del montaje; Juliana Falcón, en la escenografía; Leonardo Scoffield Gnaedinger, director de sonido. Paloma Palma, Zenón Oliva y Juan Rodrigo Perón se desempeñaron como asistentes de sonido.
Memoria
La comedia, de 11 minutos, está inspirada en una historia con la que creció Micaela. «Yo no la conocí a mi abuela, pero siempre me contaban que ella al perder a su esposo confundía a ciertos hombres con mi abuelo, siempre se lo contó con un tono de humor. Y yo sabía que tenía que hacer algo con eso», comentó la joven de 20 años.
Ese fue el punto de partida, comenzaron a trabajar en el guión y decidieron caricaturizar el personaje del técnico, al igual que el de Betty.
Reconocimiento
Técnicamente mi esposo, además de ganar en la categoría universitaria, también se llevó un premio de 50.000 pesos. Al ser consultada sobre en qué piensan gastar esa suma, Zacarías respondió: «Tenemos ganas de seguir perfeccionado técnicamente. Pero también tenemos otros proyectos, una buena inversión iría ahí».
Primeros pasos
Zacarías reconoció que se trató de un «trabajo duro», hasta el momento no había tenido la posibilidad de dirigir un proyecto como este.
Uno de los principales desafíos al asumir la dirección y supo sortear, fue el de transmitir seguridad al equipo, mencionó Micaela. Durante el último día de rodaje, recordó con gracia una anécdota que les ocurrió. Cuando se trasladaban hacia la locación -barrio Canal 13- tuvieron un percance con el auto. «Yo iba manejando, y uno de los chicos me pidió que prenda el aire, y aparté un momento los ojos del camino y de repente escuchamos un ruido. Vuelvo a mirar y veo que nos subimos al parterre y los dos neumáticos izquierdos reventaron», contó.
Ante esa situación, guardaron el auto en el garaje de un vecino (al que no conocían) y caminaron hasta la casa en donde tenían que grabar, añadió la joven realizadora.
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