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El primero en irse fue el vocero presidencial. Y por temor de que se produjera un efecto contagio dentro del albertismo, el propio Jefe de Estado procedió a reformular su Gabinete. Las expresiones de la Vicepresidenta implosionaron en Balcarce 50. Más allá de un intento del primer mandatario, de sostenerse en sus trece, tuvo que ofrecer señales a un cristinismo expectante.

La presentación de renuncias de los ministros que responden a la Vicepresidente, dejó en evidencia el malestar para con el Presidente con un pedido implícito para que tome medidas que hasta las Paso no estuvo dispuesto a tomar. El recambio de ministros se torna imperativo para el tiempo que se viene. Según los trascendidos, Alberto se mantendrá en sus trece hasta donde pueda.