Las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) de la cuenca maderera de Santo Tomé y Santa Rosa se encuentran en un delicado momento, luego de que la inflación en la materia prima llegara hasta el 90 por ciento y sumados los problemas en el abastecimiento del combustible y tarifazo eléctrico, entre otros.
El presidente de la Asociación de Madereros de Santo Tomé, Raúl Falero realizó un análisis respecto al actual escenario económico que enfrentan las Pymes en comunicación con el medio Argentina Forestal. «En enero, se pagaba por la tonelada de rollos de pino puesto en monte, en promedio, unos 2.000, 2.200 pesos. En junio cerramos con 3.200, 3.400 pesos la tonelada, y en agosto se aplicará otro incremento», indicó.
«Los precios son fijados por las grandes forestales proveedoras de madera de la zona. En promedio aplicaron por mes un 7 por ciento de aumento», detalló Falero. Estos incrementos, sumados a los tarifazos eléctricos que llegaron hasta el 80 por ciento, aumentos de salarios por los acuerdos establecidos y sobreprecios al combustible motivados por el desabastecimiento, producen un complejo panorama para los empresarios madereros.
Sumado a los progresivos incrementos, el cupo de venta que establecen algunas de las empresas proveedoras de materia prima, afectan directamente a la rentabilidad de las Pymes.
Los empresarios de la cuenca maderera del Centro provincial consideran que las formadoras de precios en el mercado forestal correntino son Bosques del Plata (Cmpc), Pomera Maderas (Grupo Insud) y Evasa (Empresas Verdes Argentinas SA). «En enero, se pagaba por la tonelada de monte en pie de pino desde 1.800 a 2.200 pesos en promedio, y en junio, el precio rondaba los 3.200 pesos la tonelada», indicaron.
La preocupación en el sector pasa por saber cómo se continuará trabajando en los próximos meses, de continuar perdiendo competitividad ante el incremento de costos, que no se pueden trasladar a los precios de venta de los productos porque se vuelven impagables y afecta en la pérdida de clientela.
EMPRESAS RESISTIENDO
«Venimos amortizando los costos y absorbiendo la pérdida de rentabilidad día a día, para seguir trabajando, atendiendo a nuestros clientes y manteniendo las fuentes de trabajo. Si decidimos parar la producción, después sabemos que será mucho más difícil volver al mercado», indicó Falero.
Por su parte, desde Entre Ríos, el gerente de Operaciones de Masisa Forestal Argentina, Fernando Dalla Tea, se refirió a las complicaciones que se enfrentan en el trabajo de la cosecha mecanizada y el flete de rollos por la crisis de gasoil en la Mesopotamia, que consideró se complica más la situación por los aumentos frecuentes de combustible, «sumados a los altísimos sobreprecios que se pagan en la región».
Consultados los empresarios industriales de Corrientes, tanto en la cuenca maderera de Santo Rosa y de Santo Tomé, recalcaron que la industria también paga sobreprecios de combustible en la zona.
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