«Me voy en paz; lo di todo», tiró Luis Fabián Scola. «Intento siempre apartarme de estas situaciones. Estaba esperando que termine el partido. Haber visto a los rivales, a los periodistas, a los árbitros. Me golpeó un poco. Me venía preparando hace un año para esto, pero se me vino un poco todo de golpe todo. Estoy un poco golpeado emocionalmente», agregó Scola, ante las cámaras de TyC Sports en la transmisión en vivo que palpitó todo el país.
Sobre su retiro, resumió: «Se terminó, ya está. Estamos todos viviendo una situación muy especial. Quería llegar hasta el último momento, trabajando y de la misma manera de siempre. A la Argentina le di mi máximo compromiso y mi máximo esfuerzo. Me voy en paz». Durante más de un minuto, tanto sus compañeros como sus rivales lo aplaudieron. También se sumaron a ese pequeño pero sentido homenaje los árbitros y los pocos periodistas que estaban en el estadio.
El homenaje a Scola fue muy sentido, ya que rivales, árbitros y compañeros en pleno partido entre la Argentina y Australia, explotaron con un prolongado aplauso, cuando Scola salió por última vez de un partido de básquetbol con la selección argentina. Emocionante para todos sin dudas.
Cuando sólo falta menos de un minuto para el final del partido por los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, se detiene el tiempo para saludar a una leyenda. Luis Scola partió rumbo al banco de los suplentes y se cortó el aire. Todos, adentro y afuera de la cancha le rindieron tributo al jugador más importante de la historia del seleccionado de la Argentina y uno de las estrellas del básquetbol mundial. Duro de emociones el hombre que apareció en Ferro de la mano del legendario León Najnudel, se derritió ante semejante reconocimiento, frente a tanto agradecimiento. Se permitió llorar en público, como nunca antes.
Conmovido, Sergio Hernández, se secó la humedad de sus ojos frente a tremendo momento. Los jugadores de Australia enrojecieron sus palmas con el único objetivo de decirle «gracias» a Scola. «Fue el jugador de básquetbol más increíble que ha nacido en nuestro territorio», destacó el técnico. Y agregó: «Estoy feliz por el pequeño pero sentidísimo homenaje que se le dio a Luis. La poquísima gente que estuvo en el estadio le regaló un lindo momento».
El capitán histórico de la Argentina trató de hacer equilibrio entre emociones, pero no fue sencillo. Trató de sostener su compostura detrás de su camiseta número 4, a la más gloriosa en celeste y blanco. No fue fácil. Después ensayó un saludo para buscar frenar el homenaje, pero nadie se iba a permitir semejante cosa. Entonces, el hombre que dejó un legado indeleble buscó refugio en una toalla.
EL HOMENAJE
«Intento siempre apartarme de estas situaciones, pero fue un golpe bajo. No sé muy bien qué decir. Estamos todos viviendo una situación muy especial. Me voy en paz. Quería llegar hasta el último momento trabajando y lo pude conseguir», dijo el gran capitán.
Nadie se pudo contener. Sus compañeros no sólo tuvieron el sabor amargo de una derrota, sino por saber que el hombre más determinante del equipo nacional desde hace 20 años, le puso punto final a un cuento magnífico. Y en medio de esa situación, Scola, siempre, pero siempre tuvo el temple para una reflexión mesurada: «Queda mucho, no se termina nada, la selección es mucho más que nosotros. Le di el máximo compromiso y el máximo esfuerzo y los mejores años de mi carrera».
Se trata de poner un freno a una historia que dejó una huella en la Argentina, en España, en la NBA, en China, en Italia, en Grecia, en Londres, en Japón… Ni en un cuento fantástico se podría escribir una historia tan mágica, de tanto compromiso, trabajo y profesionalismo. Por eso se trata de darle descanso a un auténtico guerrero: «Voy a descansar un poco y después ver qué viene. No sé ni qué voy a hacer mañana. Mi vida sigue, así que tengo que bajar el ritmo, parar un poco la pelota y evaluar cómo dar los próximos pasos».
EL SALUDO DE
MANU GINÓBILI
Y CAMPAZZO
«Cuánta emoción en ese último aplauso!! Gracias @LScola4 por enseñarnos tanto en estos años y por liderar con el ejemplo siempre. Un lujazo de compañero. Aplaudo de pie», tuiteó Manu Ginóbili, un instante después de que terminara el último partido de Luifa en la selección argentina.
Por su parte, Facundo Campazzo, el base cordobés debió contener las lágrimas en el banco de suplentes tras la caída sin atenuantes frente a Australia, y luego se emocionó con la última función de Luis Scola en el seleccionado. Un abrazo entre ambos quizás implique un legado: entre Luis Scola, en su último partido con la camiseta del seleccionado, y Facundo Campazzo.
«Fue algo increíble. Único, ser parte de este momento. Se nos ponía la piel de gallina. Aplaudiéndolo de pie…Ser parte de esto, y que esté en nuestro equipo. Hay que valorarlo. Lo disfrutamos mucho. De él y de su liderazgo», reconoció el base de Denver Nuggets.
El ex jugador de Peñarol (Mar del Plata) y Real Madrid (España) no escatimó elogios para el capitán del equipo, el último eslabón activo que quedaba de la histórica Generación Dorada que se subió a lo más alto del podio en Atenas 2004. «Me siento orgulloso y honrado de haber estado acá en este partido. En su despedida…o no. No sabemos. Quiero que no se retire más. Marca un antes y un después; una leyenda. Lo teníamos nosotros. Empujó siempre para adelante. Veía potencial en nosotros y nos hizo creer que somos un buen equipo. Lo vamos a extrañar mucho», dijo el base cordobés, todavía emocionado por lo que acababa de vivir.
Campazzo se animó a hablar de futuro. «Tenemos que empujar, como lo hacía Luis. Ahora nos toca a nosotros. Nuestra energía tiene que estar en lo que viene ahora. En cuál es nuestro próximo objetivo. Ojalá pueda volver a Argentina, estar con mi familia y desenchufarme», deseó. Y añadió: «Esto no es una mala. Al contrario. Saco muchas cosas positivas. La principal: hay un antes y un después de Luis Scola». También se refirió a la importancia de Luifa en el vestuario, en la preparación, en la intimidad del equipo: «Nos contagió los valores, la manera de trabajar… trabajar duro como equipo. Hay que mantener la química de equipo. Todos juntos y trabajando duro, somos un equipo duro de vencer».