Coqui o Wado son las dos variantes que viene planteando, desde hace unos meses, el ex legislador. Ambos están muy cerca entre sí. Se mostraron juntos en un par de oportunidades, dejando más de una lectura. Ambos apoyaron el posible desembarco de Aníbal Fernández como Interventor en el PJ, que no se terminó dando, pero que Martínez Llano valora. En la alquimia electoral no se descarta que Wado termine siendo la carta de triunfo para Provincia de Buenos Aires, donde no hay segunda vuelta y en la que el apoyo de Cristina es determinante. Con la mirada puesta en una elección difícil, el Ministro camina el país, recorre el mundo y se presenta como una cara nueva que genera expectativas, así como adhesiones incluso en sectores tradicionalmente refractarios al espacio del que viene, al kirchnerismo y al propio peronismo. Su perfil moderado contrasta, y sin expresiones grandilocuentes contribuye a que sea una de las figuras relevantes del tiempo que se viene. El tiempo dirá.
04-POLITICA-8Un diálogo con el programa Una palabra, ayer por LT7, bajo la conducción de Rubén Duarte, el ex diputado nacional, Rodolfo Martínez Llano analizó el paso de «Wado» de Pedro por Corrientes, y se refirió al escenario político nacional y al partidario provincial. Así se desarrolló la entrevista en sus partes principales:
Termina una semana políticamente fuerte, con la Convención Radical de Corrientes que se reunió, con la visita de Wado de Pedro. Antes de ir a lo partidario, me gustaría analizar sobre esta suerte de cortocircuito con el Gobierno de Corrientes. Valdés acusó al Gobierno nacional de discriminación, por el contrario, Wado de Pedro dijo que no es así, que hay más de 135 obras en ejecución en territorio correntino ¿Cuál es su mirada?
-Los hechos y las realizaciones están a la vista. El Gobierno nacional ha volcado sobre Corrientes tres veces más recursos de lo que ha hecho el Gobierno anterior. Más allá de que, por entonces, se hablaba de los beneficios de la alineación, Nación-Provincia-Municipio. Es cierto que hubo algunos cortocircuitos, que diría que son responsabilidad de algunos funcionarios que no funcionan. No creo sea la mirada del Ministro del Interior respecto de estos temas. Claramente era una visita, más allá de lo institucional, algo por sí saludable, pero, en su agenda en Corrientes, había reservado un tiempo para dialogar con el Gobernador, firmar algún convenio. Lejos estuvo el propósito del Ministro político del Gobierno nacional ningunearlo. Quizás esta no haya sido la actitud de otros funcionarios, el caso de la visita que se realizó a la zona de Yacyretá que pertenece a otra área de Gobierno. Hay temas que en lo personal no compartí, como fue la decisión de mantener cerrado el paso Ayolas-Ituzaingó y la demora de la habilitación del aeropuerto de Paso de los Libres. Pero es nuestra responsabilidad desde Corrientes hacer saber lo que consideramos errores. En el caso del paso fronterizo, el Presidente receptó el planteo y ordenó se avance con la habilitación. En el caso de la no invitación al Gobernador ni al Intendente de Ituzaingó, creo que no fue lo correcto. Pero esta no es la forma de actuar del Ministro del Interior. Creo que, quizás, Valdés se haya equivocado. El que se enoja en política pierde. A veces, hay que tener una mirada más reflexiva, sobre todo teniendo en cuenta que siempre del diálogo se puede sumar algo para las necesidades de Corrientes.
En su doble rol de empresario periodístico y de dirigente político, tuvo ocasión de hablar con el Ministro del Interior. La primera actividad fue la de reunirse con los propietarios de los medios gráficos.
-Sí. En la planificación de la visita del Ministro, que se hizo en Buenos Aires, se contemplaron varias actividades, algunas se confirmaron, otras se descartaron. El tiempo era acotado. Algunas se adecuaron y algunas no se cumplieron, como fue la del diálogo, aunque sea breve, con el Gobernador. Otra que no se pudo cumplir y que el Ministro lamentó fue con la Iglesia. El propósito estuvo y entiendo que hubo una conversación vía telefónica. Ni monseñor Andrés, ni el Obispo Emérito estaban en la provincia. Fue la intención que tenía el Ministro de poder acercarse al Obispo Emérito, también al de Corrientes y ninguno de los dos estaba. Esto no fue una omisión de Wado, sino que simplemente no estuvieron en Corrientes ninguno de los dos. El diálogo fue una invitación que se le hizo desde la Cámara de Editores de diarios de Corrientes al Ministro para conversar. Acordamos que la reunión se hiciera en el diario El Litoral. El Ministro participó. Tuvimos una reunión de cerca de dos horas.
No trascendió mucho el contenido de esa reunión ¿De qué se trató?
-Es que justamente tenemos que separar lo empresario, de lo periodístico y de las cuestiones que hacen a la relación con un funcionario de ese nivel, que sabido es que tiene aspiraciones mayores. Asumimos el compromiso de que el diálogo que se mantuvo, que fue profundo, abierto, sincero, no iba a trascender en sus detalles. Te diría que fue un análisis en general de la situación nacional, provincial, la mirada a futuro. Los códigos nos obligan al cumplimiento, porque él fue bastante abierto, sincero. Mis colegas, tanto Carlos Romero Feris, como Juan Carlos Romero quedaron muy gratamente impresionados, algo que es común con quienes comienzan a conocer a Wado. También estuvo invitado, por la gente de prensa del Ministro, el director de radio Sudamericana. Cierto es que también después tuve una reunión a solas con el Ministro, cuyo contenido tampoco voy a revelar porque hablamos de algunas cosas que hacen al trabajo que se viene llevando a cabo. Él es un hombre que escucha mucho, que atiende la visión de uno, más allá de que él tiene su propia impronta, maneja información, los tiempos, pero generalmente coincidimos, como él expresó días atrás.
Tu cercanía con Wado data de tiempo atrás, inclusive cuando puede tiene elogiosas palabras hacia tu persona, lo que no es un dato menor, es algo muy importante.
-Trato de tener relación con todos, más allá de la grieta. Trato de aportar mi visión, por eso es que he estado en las últimas semanas con Wado, Zannini, con el ministro de Justicia, Martín Soria, todos vinculados a Cristina, pero también con aquellos relacionados a Alberto, como «Juanchi» Zabaleta o Aníbal Fernández. Y aunque algo hablamos de Corrientes, nos enfocamos en temas que hacen a lo nacional. Mi diálogo con Wado habitualmente se vincula a temas de la política nacional, expresando mis opiniones que, repito, en muchas coincidimos como él mismo lo ha expresado. En otras no, por ejemplo, en el tema de la boleta única. No le encuentro motivo para que no se apoye. Tampoco coincido, y se los he dicho, con lo que considero una mala praxis para con la Corte Suprema. No es inteligente la estrategia que se viene siguiendo. No sólo con la Corte, sino con la Justicia, porque en definitiva logra el efecto contrario al buscado, que es abroquelarlo y ponerlo en una actitud a la defensiva para con un gobierno que tiene la necesidad de interactuar con los otros dos poderes. Con la Justicia hay cables cortados y me parece que eso no es bueno. Considero que no es bueno este proyecto de ampliación de números de miembros de la Corte.
Observé en la visita, la actitud militante de Wado de Pedro. No es que vino vestido como candidato. Lo vi más como un hombre todo terreno ¿Podrá ser candidato a la Presidencia de la Nación o se va a quedar en la provincia de Buenos Aires?
-Cuando conversamos sobre la agenda a cumplir en Corrientes aporté ideas. Algunas se tomaron, otras no. Se habló de las distintas actividades y entre ellas el hecho de conversar con el justicialismo. Disentí con la idea de una reunión en algún lugar con referentes de distintos sectores. Expresé la conveniencia de que la reunión se hiciera en la sede del PJ, que es el símbolo del poder partidario, con implicancias hacia adentro y hacia afuera. Wado siempre escucha y después, lógicamente, hace lo que cree mejor. Haber hecho la reunión en el partido le sirvió mucho a él mismo y a los peronistas de Corrientes, que se sintieron jerarquizados. Un hombre que por segunda vez viene al partido. A mí como a otros sectores nos habían pedido que se invitara a los dirigentes más relevantes. Me permití insistir en que la reunión tenía que ser abierta y pública, que fueran todos los que quisieran, porque si no hay compañeros que con razón se enojan. Lo que tenemos que hacer es contener y valorizar a todos. A la postre, coincidieron que el escenario multitudinario y prolijo le sirvió al peronismo de Corrientes y también al propio Wado, como militante y dirigente político, con proyección y aspiraciones nacionales. Esa foto recorrió el país. Lo mostró a él frente a los compañeros del peronismo en una actitud cuya lectura está relacionada con lo que se viene hablando. He sido uno de los impulsores iniciales de esta posible candidatura, porque lo veo con actitud en un momento en el que son pocas las personas que pueden salir con esta responsabilidad. Cuando digo pocas, estoy viendo que, más allá de «Coqui» Capitanich y Wado de Pedro, no hay dentro del justicialismo otro candidato con fuerza como para ir a una elección difícil como va a ser la de 2023. Si ustedes ven un video, que creo que fue subido en la web de EL LIBERTADOR, le dije, delante de mis colegas: «Presidente». Él prefiere no confirmar, se ríe, pero está claro que está construyendo y lo estamos ayudando.
El tiempo dirá cuál es el mejor lugar que corresponde de acuerdo a la realidad del momento en que haya que tomar una decisión. Estimo que están dadas las dos opciones que son la Presidencia de la Nación o la Gobernación del primer Estado argentino. En la Presidencia de la Nación, el problema que va a tener el justicialismo será ordenar la casa y tratar de hacer una buena elección para llegar a la segunda vuelta. Y está muy claro que, en una segunda vuelta, el perfil de él es muy bueno, es un candidato fuertemente competitivo porque no genera rechazo. El principal activo que tiene el Ministro es su apertura. A pesar de ser un hombre vinculado a La Cámpora, a Cristina, al kirchnerismo, y lógicamente al peronismo, es alguien que aparece más allá de todo esto, capaz de sumar. Algo determinante para un ballotage, en el que el perfil de un candidato moderado contribuye a tratar de capitalizar las contradicciones que existen en el escenario político nacional.
En algún reportaje diferenció lo que es su visión respecto de lo que es el radicalismo como partido nacional de tradición centenaria, de otras expresiones nuevas de la política nacional. En el Consejo de la Magistratura, en el cual ha estado, ha tenido muy buen diálogo con la oposición. Se lo considera un buen interlocutor para poder resolver cuestiones de fondo. En el mundo empresario, estuvo en la reunión Llao Llao, con lo más granado del empresariado. Luego, en otros ámbitos. La cercanía con la Iglesia se mostró con la visita del Papa Francisco, una reunión reservada de la que trascendió poco de más de hora y media. Con los medios también tiene una muy buena relación. Argentina necesita en el tiempo que se viene alguien que ponga la cuota de moderación, diálogo, en la búsqueda de soluciones a los problemas y en la definición de políticas de Estado.
¿Cuándo arranca el proceso de normalización del PJ correntino?
-Ya debió haber arrancado. Yo le he expresado en más de una oportunidad a Zabaleta que no podemos tener un interventor ausente, hay que tener uno en el terreno. Antes que nada, fijar las reglas de juego de lo que va a ser el proceso electoral en cuanto a la Carta Orgánica, el reglamento electoral, el cronograma electoral y decisiones fundamentales que hay que tomar para que el proceso de la elección conduzca a la unidad del partido. Mi posición es que deben desdoblarse las elecciones en las 74 comunas de las elecciones provinciales, para fortalecer toda la estructura desde abajo. No quiero que intervenga la política provincial o nacional en los acuerdos locales para poder definir las autoridades o la conformación del Congreso del partido, que es la suma de las 74 localidades. Esto es muy importante, el no trasladar a los municipios pujas provinciales. Entiendo que hay que dejar que cada localidad pueda definir democráticamente, mediante el voto, la legitimación territorial. Este es uno de los errores. La falta de profesionalidad de la gente de Buenos Aires y el desconocimiento del territorio hacen que crean que la unidad es la conjunción de 5 o 6 personas, pero de lo que se trata es de ver el nivel de legitimidad y representación de los interlocutores para que esa unidad sea sustentable. Estando en junio, es absolutamente inaceptable que habiendo pasado tantos meses todavía no podamos siquiera modificar la Carta Orgánica. Y eso es una falta de presencia, en evidencia. Necesitamos un interventor dedicado a pleno a la realidad de Corrientes.
Es decir que hasta que no se den esas cosas, con un interventor ausente, el proceso de normalización y mucho menos las elecciones internas son poco probables.
-No diría poco probables, pero no van a ser constructivas y van a profundizar las diferencias. Avanzar en un proceso de normalización sin reglas de juegos claras, supone que van a haber lógicos tironeos, disputas. Creo que la interna debe hacerse en términos políticos, no mediatizándola o judicializándola frente a decisiones que puedan adoptarse que sean lesivas a la transparencia que debe tener un proceso electoral. Todo esto tiene que entenderlo gente que conozca del oficio, de cómo se construye una elección. En el caso mío, vengo de internas desde hace 40 años, he pasado distintas elecciones y en todas ellas siempre he sumado experiencias. Armar una elección interna es algo muy fácil, pero de lo que se trata es que eso sirva para tener un partido fuerte, porque de lo contrario, si no regulamos a través de la Carta Orgánica la forma de cómo se van a integrar los cuerpos de conducción, vamos a tener verdaderamente una cosa bastante complicada. Tenemos, en los últimos tiempos, dos cosas que alteran el resultado final. Por un lado, la paridad de género, que el justicialismo la ha incorporado; y por el otro lado, el sistema D’Hont. Entonces, de la lista que va a la elección interna después te sale como que pasa por una licuadora. Esto es una realidad no fácil de manejar. «La única verdad es la realidad», decía el general Perón. Los de Buenos Aires muchas veces creen que descubrieron la pólvora. Hay que dejarlos hacer. Muchos hablan, pero al momento de la organización y de poner la plata, que siempre hace falta para toda elección, al final el poncho no aparece.
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