La Universidad Nacional del Nordeste impulsó el proyecto «Uso sustentable de especies nativas maderables, frutales y medicinales», haciendo foco en el Parque Nacional Mburucuyá, que vinculó a docentes de la casa de altos estudios, investigadores, como docentes y alumnos de una Escuela de la Familia Agrícola de la zona.
El proyecto estuvo a cargo de la doctora María de las Mercedes Sosa junto a su par María Betiana Angulo, a un grupo de docentes y estudiantes de las Facultades de Ciencias Exactas y Ciencias Agrarias; el Instituto de Botánica del Nordeste (Ibone); docentes y alumnos de la Escuela Secundaria de Familia Agrícola (EFA) de Pago de los Deseos (Saladas) y personal del Parque Nacional Mburucuyá (PNM).
Según explicó Sosa, el proyecto se planificó para que además de analizar las especies nativas con valor potencial como maderables, frutales y medicinales, «se formulen acciones de aprovechamiento sustentable de los recursos del bosque nativo». También surgieron en los encuentros de análisis y debates, una serie de estrategias de conservación de estas especies.
Los términos de la propuesta coinciden con el Objetivo 15 de los ODS consensuado con la ONU y a partir del cual hay un compromiso de «gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad».
Como mecánica de trabajo, se implementó una agenda con charlas, talleres, trabajos de campo, recolección de frutos y semillas para generar bancos de germoplasmas e implementar viveros.
El Parque Nacional Mburucuyá es una área protegida que alberga una gran diversidad y variedad de ambientes, fue utilizado como centro de estudio donde los estudiantes aprendieron a reconocer las especies.
La actividad extensionista brindó a los participantes nuevos conocimientos de los recursos nativos que se tiene en la región y el aprendizaje de estrategias de conservación del germoplasma nativo.
«No menos importante -expresó la doctora Sosa- fue poder actualizar la geolocalización de los recursos y confeccionar protocolos de germinación».
Estos protocolos involucran una serie de pruebas de germinación, para generar las condiciones óptimas ambientales necesarias y conocer la capacidad germinativa de cada especie y de esa manera propagar las plántulas.
La directora del proyecto detalló cómo se llegó a la nueva información y conocimientos que ahora se dispone.
«Se partió del conocimiento científico de los docentes y alumnos universitarios y de la EFA de Pago de los Deseos, sobre las plantas nativas de la región con valor potencial como maderables, frutales y medicinales. Esa recopilación de datos fue plasmada en calendarios fenológicos, claves y fichas técnicas que contribuyeron con la correcta identificación».
Los calendarios fenológicos permiten conocer las épocas de floración y fructificación para saber en qué meses colectar frutos y semillas.
«Posteriormente se elaboraron protocolos de germinación de especies nativas con el asesoramiento de la ingeniera agrónoma Paula Alayón Luaces (FCA-Unne). Las semillas recolectadas fueron llevadas a campo a fines de obtener plántulas para generar viveros».
De esta manera, se completó todo el proceso que implica la formulación de acciones para el aprovechamiento sustentable de las especies nativas maderables. «Quedó de manifiesto la necesidad de intensificar la relación de la Universidad con el medio, sobre todo en zonas rurales donde se encuentras asentadas las EFAs y brindarles información adicional a fin de mejorar su calidad educativa», concluyó la doctora Sosa.
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