La tradición cristiana dicta el armado del arbolito cada 8 de diciembre, un ritual que este año se encontró con una tendencia que pisa fuerte: la nobleza y calidez de la madera. Promueve una celebración más consciente, que busca fomentar el trabajo artesanal, el uso de madera local y el consumo responsable.
Cada 8 de diciembre, los hogares se visten de fiesta para la llegada de la Navidad. La tradición cristiana dicta el armado del arbolito, un ritual que este año se encuentra con una tendencia que pisa fuerte: la nobleza y calidez de la madera. El clásico árbol de plástico, pesado, brillante y eternamente igual, comienza a ceder su protagonismo ante una alternativa simple, moderna y profundamente sustentable.
Esta propuesta, que ya es un fenómeno consolidado en países europeos como España y Dinamarca, irrumpe en la región con una impronta local. No se trata solo de estética, sino de una celebración más consciente que busca fomentar el trabajo artesanal, la compra de madera local y el consumo responsable en estas fiestas de fin de año, señala el oportuno y plausible informe el prestigioso medio digital Argentina Forestal.
GIRO CÁLIDO Y
MINIMALISTA
El atractivo de estos árboles de madera radica en su tono natural y cálido, que se decora con sencillez y estilo. La estética que prima es minimalista: luces LED de tonalidad amarilla, detalles reciclados y piezas artesanales que le confieren un alma única a cada montaje.
Uno de los propósitos es reducir el consumo excesivo. Los adornos plásticos y descartables son reemplazados por piezas duraderas, de materiales orgánicos o reciclados, que se integran perfectamente a una decoración atemporal y sostenible. Como bien señalan los diseñadores de interiores, menos es más. La clave está en crear un ambiente festivo con materiales que cuenten historias, no solo que ocupen espacio.
La tendencia ya tiene un ejemplo cercano y palpable en la región del Litoral. En las ferias de emprendedores correntinos y locales céntricos se pueden adquirir las estructuras navideñas estables y prácticas fabricadas en madera. Cada pieza es pensada para acompañar a las familias en varias navidades, permitiendo reinventar el rincón festivo con una marcada identidad local.
LO PRÁCTICO Y
LO CONSCIENTE
La versatilidad de los árboles de madera los vuelve ideales para cualquier hogar, especialmente los pequeños, ya que se apoyan directamente sobre cualquier superficie y se adaptan al espacio disponible.
Además de su bajo impacto ambiental -la madera es un material noble, renovable y versátil-, ofrecen beneficios prácticos que las familias valoran en el ritmo acelerado de fin de año: fácil montaje y almacenamiento, ya que no requieren esfuerzo para armar, desarmar ni guardar y el mantenimiento es nulo.
REGALAR CON
ALMA Y BOSQUE
La invitación es a reflexionar sobre el impacto de nuestras decisiones de consumo. Al elegir obsequios de fin de año y elementos de ambientación provenientes de bosques gestionados de forma sostenible o de las comunidades locales y artesanos, estamos haciendo mucho más que comprar.
«Al elegir estos regalos naturales o en madera renovable, estamos apoyando la economía familiar y valorando la cultura de los artesanos locales o comunidades originarias, además de reducir nuestra huella ambiental», explican desde la Red de Comunicadores Forestales y Ambientales de América Latina y el Caribe, que desde 2018 impulsa la campaña de Acción Climática y Consumo Responsable.

