Lucas Victoriano es el nuevo entrenador de Instituto en la Liga Nacional de Básquetbol.
El ex Regatas Corrientes realizó declaraciones que hicieron ruido en Corrientes.
«Instituto es un club que quiere mejorar todos los años. Me gustó lo que charlé con el presidente (Juan Manuel Cavagliatto), deportivamente quiere lo mismo que yo; me cerró por todos lados», confesó el flamante entrenador de la gloria.
«Me seduce la idea del club de ir por más», sumó el tucumano de 43 años desde Madrid, donde vive su familia. En cada receso, Victoriano viaja a la capital española para reencontrarse con su mujer, Paula Palomares, jugadora de básquetbol profesional, y con su hija Carlota, de siete años, amante de los deportes como sus padres.
Evaluó algunos acercamientos de clubes europeos (Polonia e Italia) para estar cerca de su familia, pero «no me llenaban en los deportivo», contó Lucas, integrante de la Generación Dorada, aunque no se colgó el Oro con la Selección nacional en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Fue, junto con su amigo Leandro Palladino, el último «corte» del entrenador Rubén Magnano.
«Me gusta que me quieran de verdad, me lo demostraron, es fundamental para trabajar. En mi carrera jugar por el título es el próximo paso que quería dar, es lo que queremos el club y yo».
Con el paso de los años crece la presión en Instituto, ¿qué te genera?
-Hablé con Juan Cavagliatto de este tema. A mi gusta la presión, no me afecta. Lo importante es que no sea desmesurada porque se transforma en contraproducente para los jugadores. Cuando es tanta la presión agranda al visitante más que al local, eso no podemos permitirlo. Sé donde me meto.
Victoriano es un jugador que se apoya en los jugadores, los llena de confianza y al que le gusta entrenar mucho. «Mis equipos carburan con el tiempo, me gusta mucho el trabajo. Soy un entrenador que practica mucho. Los jugadores se tiene que adaptar, por eso necesito tiempo», sostuvo el técnico de 43 años.
«Con tiempo de trabajo vamos a jugar bien, así fue en los equipos que trabajé. Nos hacemos un equipo peligroso por la intensidad, los jugadores tiene que adaptarse, estar preparados, a entrar, producir, salir y volver a entrar y producir. Así nos hacemos un equipo largo, de 10 jugadores difícil de frenar”, explicó Victoriano sobre su filosofía de juego.
«Estoy seguro de mi manera de trabajar. Me considero un líder horizontal, le dejo mucha libertad a mi gente. Soy muy observador, pero no meto, los dejo trabajar y eso crea una atmósfera de trabajo muy buena», remarcó.
¿Sos un entrenador que le da mucha confianza al jugador?
-Sí. Me gusta estar pendiente de ellos, saber lo que sienten, lo que piensan. Estoy muy pendiente para que el que juegue bien, lo haga muy bien, y el que lo hace muy bien, sea un jugador excelente. Me gusta mejorar al jugador.
¿Tenés algún entrenador que te haya marcado o aprendiste de todos los que tuviste en tu carrera?
-Mi filosofía la fui armando con lo que no me gustaba de los técnicos cuando yo era jugador. Además, hay un entrenador que tuve, Jesús Mateo (hoy asistente técnico de Pablo Laso en Real Madrid) que me inspiró mucho. Después de Rubén (Magnano), que es otro tipo de entrenador, tomé el valor por el trabajo, algo de Julio Lamas, que me llevó de Tucumán a Olimpia de Venado Tuerto, y de Guillermo Vecchio, que me habló de las ambiciones. Un poco por ahí.
Victoriano está con la energía a pleno para empezar a trabajar en Instituto, pero aún no sabe cuándo llegará a Córdoba para comenzar a entrenar con el plantel. «No se sabe todavía cuándo va a empezar la Liga. Vamos a hacer una pretemporada de seis semanas, eso seguro. Un tiempo antes voy a Córdoba para conocer el club, las instalaciones e instalarme en la ciudad. Y lo más importante, conocer el ADN del club, saber todo», completó Victoriano.
