El más reciente Índice de Ventas Minoristas Pyme de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), correspondiente a abril de 2025, arroja un panorama matizado para el sector. Si bien las ventas a precios constantes registraron un crecimiento interanual del 3,7 por ciento, marcando una recuperación respecto a periodos anteriores, la comparación mensual desestacionalizada mostró una contracción del 1,8 por ciento. No obstante, el acumulado del primer cuatrimestre del año exhibe una variación positiva del 14,9 por ciento, reflejando una tendencia de crecimiento a largo plazo.
Este escenario general estuvo signado por un contexto complejo, donde las ventas se mantuvieron estables o con leve actividad, pero con márgenes de rentabilidad muy reducidos debido al elevado costo de los servicios, impuestos y alquileres. El bajo poder adquisitivo de los consumidores continúa limitando el consumo a lo indispensable, generando un ambiente de incertidumbre y dificultades para la sostenibilidad de muchos comercios.
En el detalle por rubros, Alimentos y Bebidas experimentó un crecimiento interanual del 6,3 por ciento, aunque con una caída intermensual desestacionalizada del 0,9 por ciento. Su acumulado del año es del 19,8 por ciento, siendo el rubro con mayor crecimiento en el cuatrimestre. A pesar de las cifras positivas, las ventas se mantuvieron con márgenes muy ajustados, predominando las dificultades para cubrir costos fijos crecientes y mantener la rentabilidad. El consumo sigue retraído, enfocado en productos básicos, y preocupa el aumento en carnes, verduras y servicios públicos, sumado a la competencia de grandes cadenas.
El sector de Perfumería destacó con el mayor crecimiento interanual, alcanzando un 9,1 por ciento, aunque registró una significativa caída intermensual desestacionalizada del 6,5 por ciento. El acumulado del año es del 18,6 por ciento. Este rubro atraviesa un momento muy delicado, con ventas sostenidas únicamente a costa de fuertes descuentos que han mermado drásticamente la rentabilidad. Los márgenes son cada vez más estrechos por el aumento de costos fijos y la imposibilidad de trasladarlos al consumidor, mientras que la apertura de importaciones ha erosionado el mercado, desplazando a productos locales.
Por su parte, el rubro de Farmacia mostró un crecimiento interanual del 3,8 por ciento y una leve variación intermensual desestacionalizada del 0,1 por ciento, con un acumulado del 16,9 por ciento. El consumo se mantuvo estable, impulsado por la llegada de los primeros fríos y el aumento de enfermedades estacionales. Si bien la estabilidad del dólar trajo cierta tranquilidad en los precios, los aumentos de medicamentos continúan siendo una preocupación, y el rubro sigue afectado por el bajo poder adquisitivo de la población, la elevada carga impositiva y los altos costos de los servicios.
Bazar, Decoración, Textiles de Hogar y Muebles presentó un crecimiento interanual del 3,4 por ciento, pero sufrió una importante contracción intermensual desestacionalizada del 6,1 por ciento, con un acumulado del 16,5 por ciento. Este sector atraviesa una situación compleja marcada por la incertidumbre económica, los altos costos y la baja rentabilidad. La falta de financiamiento accesible, el impacto negativo de los feriados y el retiro de promociones bancarias fueron factores que limitaron las ventas, concentrando la demanda en productos económicos.
En Calzado y Marroquinería, las ventas registraron un incremento interanual del 3,2 por ciento, con una caída intermensual desestacionalizada del 1,5 por ciento y un acumulado del 13,7 por ciento. Este rubro se encuentra en un momento difícil, con una temporada que no termina de arrancar, y las ventas se sostienen principalmente gracias a promociones y financiación con tarjetas. Muchos comercios optan por liquidar stock ante la falta de liquidez, resignando rentabilidad en el proceso.
El sector de Ferretería, Materiales Eléctricos y de la Construcción creció un 1,6 por ciento interanual, con una leve caída intermensual desestacionalizada del 1,3 por ciento y un acumulado del 12,9 por ciento. Si bien algunos locales detectaron mayor estabilidad respecto al año anterior, las ventas continúan por debajo de lo esperado. El aumento de productos importados más baratos y el freno de la obra pública limitaron el repunte, mientras que el fuerte incremento de costos fijos erosiona la rentabilidad.
Finalmente, Textil e Indumentaria mostró un crecimiento interanual del 1,9 por ciento, con una contracción intermensual desestacionalizada del 2,6 por ciento y el menor acumulado del año, de 8,4 por ciento. El panorama general es el de una temporada gris, marcada por el retroceso en la rentabilidad, ventas débiles y una alta carga fiscal. La competencia desleal con Chile, con una marcada diferencia de precios, y la presión impositiva son factores asfixiantes que obligan a los comerciantes a reducir sus márgenes o incluso cambiar de régimen fiscal para subsistir.
En este escenario, las causas comunes que atraviesan a los distintos sectores incluyen el bajo poder adquisitivo que limita el consumo, el constante incremento de los costos fijos (tarifas, alquileres, salarios, impuestos), la alta presión fiscal que dificulta la rentabilidad, la competencia con productos importados y la falta de acceso a financiamiento adecuado.
Ante esta coyuntura, el 86,7 por ciento de los empresarios encuestados señaló que la reducción impositiva es la medida prioritaria que debería implementar el gobierno para apoyar al sector Pyme, seguida por iniciativas que estimulen la demanda interna. A pesar de los desafíos actuales, una mayoría de los comerciantes (56,7 por ciento) mantiene una postura optimista y espera una mejora en la economía de sus empresas de cara al próximo año, proyectando un futuro que requerirá de medidas concretas para reactivar la actividad y asegurar la sostenibilidad del sector.
