El Gobierno de Corrientes sumó la porción de bosque paranaense más grande del Iberá, reforzando la protección de 1.236 hectáreas destinadas a la restauración ecológica mediante la reintroducción de especies extintas.
La Fundación Rewilding Argentina donó a la Provincia estas tierras con el objetivo de garantizar para siempre la protección de su biodiversidad y seguir con los trabajos de recuperación de especies nativas.
De esta manera Corrientes continúa su política de producción de naturaleza, con una clara visión basada en la conservación de sus áreas protegidas para el disfrute de futuras generaciones.
Yerbalito, es un área de 41 mil hectáreas inserta en la cuenca Iberá, con humedales, montes y vida silvestre bajo la categoría de conservación más efectiva para la protección de la biodiversidad: los parques nacionales y provinciales. De esta manera, el Parque Iberá protege ahora más de 750.000 hectáreas, uno de los parques naturales de mayor superficie protegida de Argentina.
La oficialización del traspaso del área protegida se llevó a cabo, con la presencia del ministro de Turismo, Sebastián Slobayen; el coordinador del Comité Iberá, Sergio Flinta; la directora Ejecutiva de la Fundación Rewilding, Sofía Heinonen y la encargada de Relaciones Públicas de esa entidad, Marisi López, además de prestadores de servicios turísticos y guardaparques.
Al respecto, el titular de Turismo indicó que se trata de un paso más dentro de una estrategia que se viene llevando adelante desde el Gobierno Provincial como una política de estado, que es la consolidación de las áreas protegidas como un recurso no solo ambiental, sino también de desarrollo turístico y de generación de oportunidades para los correntinos. “Corrientes es una provincia que se desarrolla a partir de su naturaleza y por eso el Iberá es nuestro emblema”, agregó.
Este viernes 19, la comitiva recorrió los montes, bosques, lagunas y pastizales de Yerbalito, la carpa que oficia de Centro de Recepción para autoridades, investigadores y corresponsales de la prensa —diseñada al estilo africano, elevada del suelo sobre una tarima para no interferir con el paso de la fauna—, y el jaulón de presuelta de aves, donde se aclimatan muitúes y guacamayos rojos antes de su liberación definitiva.