La sequía es el problema más grave que atraviesa el campo argentino desde hace ya varios meses y que afecta al grueso de sus producciones. Si bien la atención está centrada en aquellas que pueden generar un impacto macroeconómico, como es el caso de los granos, las economías regionales están sumidas en una difícil situación, con algunas actividades como la citrícola y la yerba mate, en esta parte del país, al igual que la lechería, atravesando situaciones de crisis.
Más allá que las denominadas economías regionales comprenden un amplio y variado abanico de producciones diseminadas por todo el territorio nacional, las ubicadas en la franja Este del área agropecuaria del país son las más impactadas por la falta de lluvias, déficit que ya lleva tres años. Así, la producción de algodón, arroz, mandioca, té, tabaco, legumbres y hortalizas se suman a la preocupante lista de las actividades en crisis.
La actividad citrícola es una de las principales economías regionales del Litoral argentino, zona que es fuertemente afectada por la sequía, señaló la información que publicó Infobae ayer, que se suma a publicaciones de EL LIBERTADOR en todos estos años y en estos últimos meses de modo reiterado, al igual que todos los medios en la provincia.
En la actualidad, la producción de naranjas, mandarinas, pomelos y limones se ve seriamente afectada en la región y se descuentan fuertes pérdidas para la presente campaña.
Nicolás Carlino, un reconocido productor de la ciudad de Monte Caseros, cuya explotación se encuentra a la vera del río Uruguay y su familia se dedica a ese cultivo hace ya más de tres generaciones, fue uno de los entrevistados y asegura que ni él, ni su abuelo de 75 años vivieron una sequía como la actual.
«La seca nos pegó muy mal. Todo el mundo está complicadísimo en la zona. Las plantas vienen con un estrés hídrico importantísimo y la producción ha caído mucho este año», dijo Carlino, quien asegura haber pérdido el 50 por ciento de la producción por la falta de lluvias. En este sentido, señaló que «estamos recién en enero y ya no queda casi nada de fruta en plantas, que normalmente se podría aguantar hasta fines de febrero, pero ya no sirve más, o se quemó o se secó, perdiendo toda la calidad para ser comercializada como fruta fresca. Dentro de un mes va a ser noticia la naranja por los precios que va a alcanzar», anticipó.
También ayer otro conocido productor, Miguel Rosbaco, dijo lo propio a LT 7 Radio Provincia de Corrientes, antes de las 8, en el programa Equipo de Noticias.
POR VARIOS AÑOS
En cuanto a Nicolás Carlino, relató que el problema que genera la sequía se seguirá sintiendo en los próximos años, ya que los cítricos «no son plantas que se recuperan en seguida». Además, asegura que «hay plantas que murieron, quintas de pomelo de 15 años donde el 30 por ciento de las plantas se me murieron. Tengo una quinta que planté hace un año y medio con 1.700 plantas la perdí por la sequía. Inclusive aquellos que tienen riego han tenido una merma de producción cercana al 25 por ciento porque no hay forma de suplir la merma en el agua que tenemos».
SUELDOS Y
A SOBREVIVIR
Por último, sostuvo que la actualidad productiva permite solamente «pagar sueldos y en el resto de las cosas estamos sobreviviendo. Si uno vive sólo de la quinta, no se puede, solo los productores están tendiendo a desaparecer. El que sale de la actividad no vuelve más por el volumen de inversión que tiene que hacer».
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