Desde que Javier Milei resultó como el más votado de las Primarias en el país, se observó una especie de atrincheramiento de la dirigencia política «tradicional» y los medios no desentonaron. Tal fue así que, aprovechando la atracción del histriónico candidato a Presidente de La Libertad Avanza, comenzaron a tenerlo de invitado y en cada entrevista él se las ingenió para ser noticia.
Lo hizo mediante algunas de sus propuestas. Para muchos, polémicas, pero para otros tantos, todo lo contrario.
Desde canales ultra kirchneristas como C5N, pasando por la TV Pública, el conservadurismo de La Nación y el «filomacrismo» de Clarín, posicionaron las frases y afirmaciones tajantes del libertario ante la opinión pública, dejando como resultados masivos apoyos al presidencial y contundentes cuestionamientos a quienes hicieron las críticas.
En Corrientes ocurrió lo mismo, tanto desde el oficialismo como desde la oposición. Quizás porque además se decidió (¿?) -de manera orgánica- lanzar al ruedo mediático a referentes que están hace más de 3 décadas en la política a cuestionar a Milei, así como a quienes representan al modelo K. Todos, en definitiva, sólo sumaron comentarios críticos a sus quejas contra el libertario.
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