El Movimiento Sanmartiniano de la Provincia de Corrientes, el Instituto Sanmartiniano de la ciudad de Corrientes y la Asociación Sanmartiniana de la localidad de Yapeyú difundieron un comunicado en el que lamentan, rechazan y denuncian las expresiones vertidas por el candidato a presidir el Banco Central propuesto por la Libertad Avanza, Emilio Ocampo, quien afirmó en una entrevista con el diario Los Andes que «San Martín no fue el Padre de la Patria ni el Libertador de América».
Historiadores, académicos, estudiosos de la historia, historiadores vocacionales y coleccionistas de objetos históricos, «lamentaron, rechazaron y denunciaron las nefastas expresiones de Emilio Ocampo en contra del General José de San Martín, perpetradas a través de los medios de comunicación masivos en el transcurso de esta semana, afirmando que San Martín no fue el Padre de la Patria ni el Libertador de América».
«Desconocemos qué valor tiene el señor Ocampo como economista, si es que tiene alguno, no le reconocemos la más íntima identidad que no sea la panfletaria y propagandística para opinar sobre San Martín. Autoridad no tiene ninguna», sentencia la carta firmada por Hugo Hechevarría Seniquel, Jorge Enrique Deniri, Gaspar Moreno, Miguel Recupero, Marta Newman de Barlett, Laura Frías Rodríguez, Matías Gabriel Brazelk, Blanco Cipirano Sebastián y Virgilio Esquivel en la jornada de este viernes 29.
«¿Cuál es el mito? El del Libertador de América y el Padre de la Patria. Tiene connotaciones muy importantes. Si uno es el Libertador de América, ya, de por sí, mira a los demás países desde otro escalón. Alimenta un poco más la idea de excepcionalidad y superioridad, algo que a los argentinos se les critica desde tiempo inmemorial», había dicho Ocampo, para explicar oscuramente el registro del desempeño patriótico de San Martín y Manuel Belgrano.
«Es lamentable que, a la hora de perpetrar campañas políticas, se caiga hoy tan bajo como para no respetar ni siquiera la figura del Padre de la Patria y Libertador de América. Consagrada como tal por la Historia», subrayó en contraste el movimiento sanmartiniano.
DECADENCIA
LIBERTARIA
Otras de las voces en repudio a las declaraciones de Ocampo fueron las de las historiadoras Camila Perochena y Jimena Tcherbbis Testa.
Perochena advirtió que la mirada del libertario sobre el prócer sirve para magnificar el lugar que tienen los ingleses en la historia nacional «para quitarle importancia a San Martín», describió el «uso de la historia» de los líderes de La Libertad Avanza como «bien decadentista» y lamentó el enfoque que el propio Milei aplica a la historia nacional, a partir de 1916, en coincidencia con el voto universal.
«Sobre todo el que hace Javier Milei, con su idea de que el país entró en decadencia a partir de 1916 -indica-. Es una idea fuerte del pasado, porque en ese año se lleva a la práctica el sufragio secreto, obligatorio y universal», sostuvo y remarcó: «Situar la decadencia argentina en el comienzo de la democracia de masas es decir algo sobre la democracia».
La historiadora subrayó que en las interpretaciones de Milei «hay una contradicción cuando reivindica como el momento dorado de la Argentina el período 1880-1916 desde una mirada libertaria». Ese período es el de la construcción del Estado nacional, de consolidación del sistema impositivo, de la burocracia, cuando el rol del Estado fue central. Es una contradicción ver el momento dorado ahí», sostuvo.
«Es preocupante que quien se presume liberal desconozca que fue al calor de las revoluciones hispanoamericanas cuando surgen las ideas liberales para imaginar un nuevo orden político distinto del absolutismo español y que San Martín fue un actor clave en ese proceso», advirtió, por su parte, la historiadora y profesora Jimena Tcherbbis Testa.
Ocampo confunde, intencionalmente, los usos políticos que se han hecho de San Martín con la historia, haciendo él mismo un uso político del pasado. San Martín fue un personaje transatlántico que defendió la causa de la libertad. Su lucha fue a favor de la independencia de América. San Martín no fue sólo un hombre de armas sino también de ideas. A diferencia de Ocampo, creo que un gran atributo del Libertador fue no obsesionarse con el poder y permitir que cada región liberada construyera su porvenir», sostuvo.
«No comprendo cómo alguien que desconoce la historia pretende construir el futuro», expresó.
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