La inusitada protesta de una vecina de la ciudad de Alvear en la costa del río Uruguay, se viralizó en las últimas horas. Cansada de los ruidos de las motocicletas que circulan -al parecer con escape libre-, por el microcentro durante la madrugada, decidió llamar la atención de las autoridades municipales, policiales y judiciales instalándose con su colchón en la vereda del municipio.
Ocurrió en la mañana de este jueves y la vecina aseguró que los ruidos de motocicletas no la dejan dormir durante las noches.
Pasadas unas horas el sol hizo su trabajo y esta ciudadana tuvo que abandonar su protesta, indicó un medio libreño que se hizo eco de la inusual reacción de la mujer y la publicó en sus redes.
Finalmente la vecina habló este viernes y contó su versión a Radio Sudamericana: “tuve un ataque de nervios por los ruidos molestos”.
María Irene, comentó que vive a una cuadra de la Municipalidad, y el reclamo viene desde hace años en la ciudad. “Durante las noches es zona liberada, hacen mucho ruido, circulan sin casco, con botellas de alcohol en las manos. Salen todos los días”, remarcó y aseguró que en el centro nadie duerme.
En la madrugada de este jueves 3, tras despertarse sobresaltada por los ruidos alrededor de las 4, llamó a la Policía, que no llegó y decidió salir a la calle a correr a algunas motos. “Mi idea era asustarlos, no daba más, la policía no llegó y me vine adentro. Las motos seguían pasando y yo seguía con toda esa carga de adrenalina esperando que abran el Municipio para ver si yo realmente solucionaba algo y cuando me iba agarré un colchón”, agregó.
“Yo vivo a una cuadra de la municipalidad. Agarré un colchón me lo puse al hombro, como local me fui a la municipalidad, me pusieron alcohol en gel en las manos, entré salude a todos porque nos conocemos todos y acomodé mi colchón en la oficina del juzgado y me acosté. El juez no estaba en ese momento. Mi idea era esperarlo pacíficamente acostada en un colchón pero no pude”, relató.
Agregó que luego tuvo un cruce de palabras con el Secretario de Gobierno que pidió a la policía que la sacaran de allí; mientras ella pedía una ambulancia. Los agentes la habrían arrastrado con el colchón, pero finalmente la mujer decidió salir caminando y se instaló en la vereda.
Consiguió que la recibiera el Juez de Faltas, pero considera que solo no va a poder solucionar la problemática. “No hay nada que en este pueblito, el más alejado de la provincia se pueda hacer”, sostuvo la mujer.
“Yo salí, me los enfrenté porque estaba fuera de mis cabales; puse en peligro mi vida. Me siento mal. Anoche no pude dormir porque también hubo ruidos de motos”, afirmó.
Finalmente contó que seguramente habrá «venganza» de los motoqueros el fin de semana y mencionó que esta mañana volvieron a proferir gritos afuera de su casa.